Es una evidencia que el sector del vino en Catalunya ha venido experimentando progresos de manera sostenida en el tiempo a partir de apuestas por la calidad. La oferta de vinos ha mejorado y la demanda le ha ido en correspondencia.
Gran parte del vino embotellado que produce Catalunya está amparado por las once denominaciones de origen (DO en adelante) que existen actualmente (Alella, Catalunya, Conca de Barberà, Costers del Segre, Empordà, Montsant, Penedès, Pla de Bages, Priorat, Tarragona y Terra Alta). El conjunto de DO cuenta con unos 7.500 viticultores inscritos, unas 40.000 hectáreas de viña y más de 600 bodegas en total. Todo este grupo de personas y de empresas se gobiernan por estrictos reglamentos en el cultivo y en la elaboración, de manera que salen al mercado con garantía de cumplimiento de las respectivas normas. De hecho, aquellos que operan bajo una DO ofrecen al consumidor una especie de plus de garantía de calidad con respecto a los que no operan con ellas.
No hay producción de vinos de calidad sin demanda de vinos de calidad. Regularmente se nos informa de testimonios del éxito de la apuesta del sector por la calidad a través de premios y lugares destacados en rankings internacionales otorgados a vinos catalanes. Para citar uno prestigioso de ámbito estatal, en la última Guía Peñín 2021, de los 32 vinos españoles que reciben puntuación de 95 o más (sobre 100), 14 son catalanes (un 44%), la casi totalidad de ellos con DO.
Vayamos al mercado. Para situarnos, según la empresa de estudios de consumo Nielsen, en España en 2020 (un año atípico a causa de la pandemia) la venta de vino con DO a través de los canales alimentación y hostelería fue de 337 millones de litros y un valor de 1.856 millones de euros (con una reducción próxima al 40% en el canal de la hostelería respecto a un año antes). Las DO catalanas representaron una cuota de mercado del 9,3% del mercado español; ahora bien, si las ventas se refieren a España sin Catalunya, la cuota del vino catalán baja hasta el 3,4%, de modo que el vino con DO catalana donde más se vende es en Catalunya.
El hecho de que por séptimo año consecutivo la suma de DO catalanas sean líderes en el mercado catalán envía una señal de que el sector está haciendo las cosas bien
La venta de vino tranquilo (sea o no de DO) en Catalunya en los dos canales de Nielsen el 2020 fue de 86 millones de litros (65 en el canal alimentación y sólo 20 en hostelería, por la crisis de la covid) y el valor, 362 millones de euros. La cuota del conjunto de las DO catalanas alcanzó en litros la cifra de 41,2% en el canal alimentación y del 42,2% en el canal hostelería. Las DO catalanas también fueron las que más vendieron en valor (33,9%), ubicándose en conjunto cada año a más distancia de la DO tradicionalmente más vendida, que es la de Rioja. Sin embargo, esta sigue siendo todavía, individualmente, la DO más vendida.
El hecho de que por séptimo año consecutivo la suma de DO catalanas sean líderes en el mercado catalán envía una señal de que el sector está haciendo las cosas bien y que la distribución debe ayudar. Precisamente por eso me he preguntado si los datos positivos de penetración en el canal alimentación era el mismo en las diferentes marcas de distribución. Para contrastarlo personalmente, ahora en octubre he hecho un pequeño reconocimiento de ocho supermercados urbanos medianos de cerca de donde vivo, correspondientes a las ocho empresas con más metros cuadrados de superficie de venta en Catalunya (por este orden, según el último anuario de la distribución comercial publicado por la Generalitat: Mercadona, Dia, Bonpreu, Caprabo, Condis, Carrefour, Consum y Lidl). De los frontales de las estanterías de vino, he mirado cuántas botellas eran de vino hecho en Catalunya (tanto con DO como sin).
El resultado global es este: de media ponderada, un 32% de las botellas de los 8 establecimientos corresponden a vinos catalanes. ¿Todos ofrecen la misma proporción? No, por debajo del 10% figura Dia; le siguen por debajo, con el 14-17%, Mercadona y Lidl; con cerca del 35% Carrefour, Condis y Consum; algo por encima del 40% Caprabo; y Bonpreu por encima del 80%. Desde el máximo respeto a la estrategia de oferta de vinos de cada canal, lo cierto es que en este ejercicio mío un tanto peculiar se pone de relieve que, globalmente, la distribución refleja bastante la realidad del sector del vino catalán, a pesar de la existencia de casos extremos, por debajo y por arriba.
Aplicado al canal de la hostelería, hacer un circuito de reconocimiento como el descrito no era fácil de hacer, como el lector puede suponer. Sin embargo, que los datos de Nielsen muestren en este canal una alta penetración de los vinos con DO es un buen indicador, tanto de cantidad como, sobre todo, de la calidad.
Y en conjunto, detrás de todos ellos, un reconocimiento a las apuestas por la calidad que han hecho y que siguen haciendo miles de campesinos y elaboradores repartidos por todo el país. Es la vía.