"Cada placa solar que no ponemos, cada molino de viento que no instalamos, es más regresión del Delta de l'Ebre". Así de descansado se quedó el conseller de Territori i Sostenibilitat, Damià Calvet, en declaraciones hechas durante una entrevista en Els Matins de TV3. Qué vergüenza, conseller. ¿Demagogia con el territorio más castigado? Indigno de un político del Govern. El Delta se hunde por la falta de sedimentos y caudal, no porque no se pongan nuevos aerogeneradores en una tierra agredida que ya no puede asumir más. No merece repetir en el cargo. Lo que sí que merece es un toque de alerta, una colleja que le espavile las ideas y que le vuelva la mirada hacia el sur también para cuidarlo y no sólo para poner más instalaciones energéticas que no personas viven en él.
"No es una lucha entre el mundo urbano y el rural", añadió, convencido. Típica frase que dice alguien que forma parte del primer grupo y, ¡eh!, que de por sí el grupo en cuestión no tiene nada de malo, pero personajes y declaraciones como estas no ayudan nada pero que nada a verlo con buenos ojos. Con esta hipocresía no llegaremos muy lejos. Dejad de mirar el Ebre con la condescendencia de quien se cree superior pero disimula; dejad de verlo como una zona lejana e insólita: somos Reserva de la Biosfera de su país, que también es el nuestro, que es el mismo que queremos soberano. Leemos en prensa que las negociaciones del pacto de gobierno entre ERC y Junts dicen que avanzan bastante y, según fuentes de los negociadores, ya se han consensuado gran parte de las políticas de territorio. A ver: cuando se consensúan gran parte de las políticas de territorio... ¿quién hay en la reunión que no sea de Barcelona o alrededores?
El Delta se hunde por la falta de sedimentos y caudal, no porque no se pongan nuevos aerogeneradores en una tierra que ya no puede asumir más. No merece repetir en el cargo, conseller
Si yo hubiera metido la pata así, querría esconderme bajo tierra, rectificaría, pediría disculpas y trataría de esconder el error. Él no, chicos. Él, Damià Calbot, saca pecho de ello y lo tiene como tuit fijado en su cuenta de Twitter. Qué ofensa. Me consta su capacidad de trabajo y seguramente debe ir acompañada de cierta bondad, pero con eso no basta si el trabajo va encaminado contra una parte de tu propio país y con cinismo. La credibilidad se gana día a día y todo lo bueno que haya podido hacer a lo largo de los años se esfuma en cuestión de segundos cuando se falta al respecto de esta manera. No, si todavía tendremos que escuchar que nos digan que en el sur tenemos la culpa de ir tarde en la transición energética cuando resulta que aquí hace años que ya tenemos todas las nucleares, gran parte de las hidroeléctricas, térmicas y centrales eólicas y se produce el 70 por ciento de la energía del país cuando sólo se consume, aproximadamente, el 15.
¿Y si acercamos los lugares de producción a los lugares de consumo? ¿Por qué se considera más rentable instalar producción de energía en el campo? ¿Quién saca provecho de esto? ¿Por qué no se escucha a los expertos y se debate en vez de imponer? ¿Por qué no se tiene en cuenta la visión de la gente del territorio, siendo que llevamos el nombre mismo de la conselleria? ¿Por qué se va directo al suelo rural? Pues porque, simplificando, es más barato y a los pueblos pequeños les vendes la moto de que con eso ganaran dinero y es como un chantaje sin el como. Todavía recuerdo hace veinte años, cuando el Plan Hidrológico Nacional, que los de su mismo partido nos decían entonces que "si no vendéis el agua, quizás no tendréis un hospital nuevo". Y así todo, pero los quejicas somos nosotros, claro. Por cierto, el hospital todavía no ha llegado y eso que ya hemos visto anunciar diversas primeras piedras que allí están, solitarias, esperando a sus compañeras para hacer pared.
Cuando se consensúan gran parte de las políticas de territorio, ¿quién hay en la reunión que no sea de Barcelona o alrededores?
Debe ser fácil y divertido eso de especular con lo que no es tuyo: el agua, el aire, el suelo... negocio redondo. ¿Quién se lo cree, que sólo sopla viento en el Ebre y en el Empordà? ¿Dónde hace viento? Allí donde los medidores lo indican. ¿Dónde están instalados los medidores? Hay que gestionar la oferta y no la demanda, porque puestos a exigir, todo el mundo querrá parte del pastel aunque no tenga hambre y más si quien lava los platos es otro. Id moviendo arenas del Delta de aquí allá, venga, que mientras no baje agua por el río de nada servirá. Por un lado nos metéis un hachazo y por el otro nos ponéis una tirita para evitar la hemorragia, sin daros cuenta de que se desangra todo el cuerpo y no sólo una extremidad. Y mientras tanto, aumentan los beneficios de las grandes empresas —que tienen de ecologistas lo mismo que Donald Trump— y que igual se visten de verde y te plantan una ristra de molinillos, como se ponen el esmoquin y prorrogan la vida útil de una nuclear ya prejubilada. Son una veleta del mal tiempo, nunca mejor dicho.
En paralelo, llega el nuevo impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono en los vehículos de tracción mecánica. En los anuncios que vemos por todas partes, muy bien pensados, te dicen que no se trata de un impuesto a tu coche, sino que es un impuesto al CO2 para preservar los días de playa. Qué bonito. Que es la manera de contribuir al compromiso con el medio ambiente y fomentar la movilidad sostenible, dicen. Y sí, quizás sí, pero hay medidas contradictorias y declaraciones desafortunadas y eso no ayuda a la credibilidad del mensaje.
Mirad, en las Terres de l'Ebre —y estoy segura que en las de Ponent también— es imposible vivir sin vehículo particular y no por gusto, ¿eh? La oferta de transporte público es tan lamentable que si no tienes coche, no podrías aceptar la mayoría de ofertas de trabajo que te caen a las manos o hacer vida normal (por cierto, transporte público que depende del mismo Departament de Territori que ahora te pide más sacrificios con la boca llena de sostenibilidad). Nos obligan a ir en coche particular y ahora nos multan por hacerlo, pero si reivindicas energías limpias sin masificación, entonces eres, como poco, culpable del calentamiento global.
Cada vez hay más huertos urbanos y más placas solares en el campo. ¿Hola?
Cada vez hay más huertos urbanos y más placas solares en el campo. ¿Hola? ¿Por qué no se instalan placas fotovoltaicas en los tejados de cada edificio nuevo que se construye o a espacios ya industrializados y se deja el suelo rural para lo que su nombre indica? ¿Por qué cada comarca no asume su porcentaje de producción energética? La responsabilidad de la transición ecológica tiene que ser compartida. No vale hacer recaer la carga en los de siempre y encima, después, culpabilizarlos con amenazas demagógicas.
Acabamos con la frase entera del conseller, la que tiene fijada arriba de todo de su Twitter, y con un fragmento de la cual empezaba este artículo: "Cada placa solar que no ponemos, cada molino de viento que no instalamos, es más regresión del Delta de l'Ebre, es menos nieve y menos glaciares en el Pirineo, son menos lluvias, es más temperatura. Es poner en riesgo el paisaje, la agricultura o la biodiversidad que queremos preservar". Cuanto más lo léais más estremece. Que dicha por cualquiera ya sería grave la cosa, pero si encima quien lo suelta es un cargo de gobierno que se supone que tiene que gestionar con equidad y respeto... Pero todos tranquilos, seguro que ahora salen a decir que son críticas de boina, vacías y partidistas. Por suerte, sabemos que afirmar desde la política que otros están politizados —sólo porque critican tu gestión— es poco menos que paradójico.