Tal día como hoy del año 1911, hace 112 años, en Barcelona; moría Josep Espasa i Anguera, que fue el editor más prolífico y más prestigioso de la Catalunya a caballo entre los siglos XIX y XX. Josep Espasa, con su hermano Pau, sería el fundador de la editorial Espasa Germans (1860); que, con el transcurso del tiempo, se convirtió en la principal empresa de su sector en Catalunya y en España. Publicó la segunda edición del Diccionario de la lengua catalana con la correspondencia castellana y latina (1866), obra de Pere Labèrnia y redactado en ortografía prefabriana; y las Poesías catalanas (1875), obra de Frederic Soler "Pitarra". En 1905 inició la publicación, en fascículos semanales, de la Enciclopedia Espasa, en castellano.
Josep Espasa i Anguera era el prototipo de la persona del mundo rural, que partiendo de cero, pero con una extraordinaria inteligencia natural y una desmesurada capacidad de trabajo, fue capaz de triunfar profesional y socialmente. Nacido el año 1840 en la Pobla de Cérvoles (Les Garrigues), en un entorno muy humilde (su padre era sastre rural) y en un escenario castigado por la crisis (la Catalunya interior estaba devastada por los efectos de las Guerras Carlistas); cuando todavía era pequeño hizo el camino de la emigración con su familia. Entre los ocho y los dieciocho años (1848-1858) trabajó como peón en las grandes obras públicas de Barcelona; y formó parte de los primeros grupos de trabajadores que iniciaron el derribo de la muralla de la ciudad.
A los dieciocho años dejó el trabajo de peón y empezó a trabajar de repartidor de libros a domicilio. Este nuevo empleo sería decisivo. Josep, prácticamente no había asistido a la escuela, pero era un autodidacta con un buen nivel cultural y con un gran olfato para los negocios. Activo y enérgico, con veinte años (1860) arriesgó sus pequeños ahorros para crear un centro de suscripciones que sería el precedente inmediato de su negocio editorial. El mismo año surgía Espasa Germans, en la calle Robadors de Barcelona; que tuvo un gran crecimiento y que en 1881 se convertiría en Espasa y Compañía. Después de su muerte, la editorial Espasa se fusionó con Calpe (1925); y los nuevos socios impusieron el traslado de la sede central a Madrid.