Trump como personaje histriónico, sin vergüenza y aparentemente bobo, resultaría bastante cómico si no fuera porque tiene la maleta nuclear y porque es del todo imprevisible. Aun así, mi tesis es que Trump fomenta el multilateralismo, y este es un hecho que nos puede ayudar a evitar una nueva guerra mundial. Trump es incapaz de mantener una estrategia más o menos equilibrada y continua a largo plazo. Nos lo ha demostrado en los primeros cincuenta días de mandato presidencial, declarando que quiere invadir Groenlandia, anexionarse Canadá, convertir Gaza en una nueva Costa Azul, poner aranceles a China, México y Europa, cobrar por adelantado la paz en Ucrania, y un largo etcétera de propuestas como mínimo mediáticamente explosivas. Menos gracia hacen los despidos del "motosierra" de Musk. Sin embargo, estoy dispuesto a demostrar que con sus boutades, maravillosa e intraducible palabra francesa que se utiliza para definir aquellas intervenciones pretendidamente ingeniosas destinadas a impresionar, Trump nos puede ayudar a no hacernos daño. Es arriesgado lo que voy a hacer, pero creo que se puede sostener.

Parto, pues, de la base de que Trump es multilateralista. Es decir, que como solo piensa en Estados Unidos como juguete personal, está dispuesto a disparar contra todo lo que parece que le lleve la contraria. Lo hace compulsivamente, sin estrategia definida a largo plazo, solo para abusar de su posición un ratito. Es el clásico "malote" de patio de escuela que solo se divierte metiéndose un rato con los más débiles. Se lía a bofetada limpia con todo el mundo, pero solo hace durar el juego para demostrar que manda y que puede hacer lo que le apetezca. En este sentido, no creará alianzas a largo plazo ni se opondrá con determinación a ninguna superpotencia porque se lo pasa bien jugando a hacer de presidente y tampoco quiere que lo agobien mucho. Recordemos que cuando las cosas se pusieron feas con la Covid, al margen de que poca gente le hizo caso, acabó perdiendo las elecciones porque los americanos querían ser gobernados por gente solvente, y no por presentadores de shows. La raza humana tiene, no obstante, memoria corta, y los demócratas americanos poca maña, porque han permitido que el hombre del saco volviera a gobernar. Eso sí, parece que con pocas ganas de hacer política clásica, y muchas de jugar al pillapilla. Opino que es multilateralista porque no tiene una obsesión definida, no quiere un enemigo en concreto, sino marear la perdiz un poco en todas partes. Y creo que eso puede salvarnos en el corto plazo de una guerra mundial que no sabemos todavía ni como será ni como acabará.

Mi tesis es que Trump fomenta el multilateralismo, y este es un hecho que nos puede ayudar a evitar una nueva guerra mundial

El bilateralismo es el problema. Mientras las dos grandes potencias mundiales no se enfrenten bélicamente, las probabilidades de una gran guerra mundial disminuirán. Pongamos por caso que China quisiera enfrentarse a Estados Unidos. Pediría como mínimo que Irán y Rusia se pusieran de su lado. Estados Unidos llamaría a Europa e Israel. Y con poco más ya tenemos el conflicto bien armado. Hemos visto morir a mucha gente en Ucrania y Gaza como para pensar que esto no nos puede pasar. Sí que puede pasar. Si reflexionamos como se complicó todo antes de la Primera Guerra Mundial, y poco después, en la segunda, entenderemos mejor cómo el bilateralismo lleva, en caso de escalada, a una guerra total sin piedad.

Pero os reservo para el final un indiscutible argumento de autoridad: Tucídides. En el primer párrafo del primer libro de la guerra del Peloponeso, nos dice que se pone a relatar el conflicto entre los peloponesios y los atenienses, porque sería importante y el más memorable de todos los conflictos precedentes. Cito textualmente: "Así se lo hacía creer el hecho de que ambos Estados iban a ella en la plenitud de toda su potencia y el ver que los restantes pueblos del mundo griego, los unos acto seguido y los otros teniendo la intención, se iban uniendo a uno o a otro de los dos bandos". Parece que Trump no tiene esta intención, ya que, para él, lo primero es que América se gane la vida lo mejor posible, que los americanos blancos de toda la vida vivan sin que el Estado les toque las narices y que las fronteras americanas estén más protegidas que nunca. En su "America first", el resto del mundo no es su problema. Si la idea de Tucídides de que sin bilateralismo no hay conflicto grave es cierta, Trump nos estaría alejando, posiblemente sin saberlo ni quererlo, de una tercera guerra mundial. Otra cosa es que, con su imprevisibilidad o en su impericia, debilite a Estados Unidos o nos deje a los europeos sin ayuda externa. Y no tengo claro que con la llegada de la extrema derecha, especialmente en Europa, sea una buena idea dejarnos solitos.