"Ara ve Nadal, matarem el gall i a la tia Pepa li’n darem un tall…". Sí, lo habéis adivinado, ya tenemos la Navidad encima, o al menos el alumbrado; los anuncios de perfumes y juguetes; las promociones de turrones, y las ganas de amar y ayudar a todo el mundo. Yo este año tengo muy claro qué voy a pedir a los Reyes (Magos) de Oriente: que el catalán sea la única lengua oficial de todos los Països Catalans. Será la única manera de salvarlo de todos los depredadores lingüísticos que intentan exterminarlo por medio de mentiras y calumnias históricas. El PP, VOX y el PSOE quieren hacernos creer que el castellano también es la lengua propia de los Països Catalans. ¿El adjetivo Catalans no les hace sospechar que podrían estar equivocados? Si la lengua propia fuera el castellano, ¿no se llamaría Castelluña y Países Castellanos? Llamadme lógica, pero me parece que no dan pie con bola; están tan centrados en ser intolerantes y cerrados de mente que no les llega la sangre a la cabeza.
Os aviso, empiezo un flashback emotivo. Hace unos años me fui a pasar una temporada a Edimburgo (Escocia) con un par de amigas. Llegadas allí, como suele ocurrir, conocimos a algunas personas de diferentes lugares, entre las que se encontraba alguna chica española. Un hermoso día de julio, con toda nuestra inocencia, iniciamos una alegre conversación con una de mis amigas catalanas; en catalán, OBVIAMENTE. ¿Os podéis creer que una de las chicas, claramente española, que habíamos conocido nos dijo, perdón, nos ordenó, que habláramos en castellano porque no nos entendía? En Escocia, repito, no en Madrid. Interrumpió una conversación entre dos amigas catalanas y nos ordenó que habláramos en castellano. Con unos ovarios más grandes que dos sandías. Que nos lo ordenara en Madrid, sería grave, pero, ¿¡en Escocia!? Naturalmente, le dije que hablaría castellano su madre y exageré aún más mi catalán cerrado de Banyoles.
La anécdota ejemplifica la actitud de prepotencia que tienen algunos españoles hacia los catalanes; viven inmersos en un delirio que les hace creer que somos sus súbditos
Esta es solo una anécdota de muchas que ejemplifica la actitud de prepotencia que tienen algunos españoles hacia los catalanes (los mismos que entonces nos dicen que somos unos intolerantes y unos fascistas por querer hablar catalán en Catalunya); viven inmersos en un delirio que les hace creer que somos sus súbditos. Ya veis que haber viajado no es garantía de nada. Por supuesto, también he conocido a españoles tolerantes y abiertos de mente; faltaría más. Pero la historia no acaba aquí, ese viaje fue fantástico porque hubo otro español, que también se creía que estaba en el Reino de Castilla en la época de la Inquisición, que se ofendió porque había un chico que hablaba gallego y, cuando le dijo que le hablara en castellano, este le respondió que no lo sabía hablar. Se quedó más blanco que una geisha. ¡A qué español se le ocurre ir a Escocia a defender el castellano! ¿Que no saben la historia de Escocia, tampoco?
Esto son solo anécdotas del pasado, ahora vivimos una situación mucho peor en Catalunya: el catalán está siendo sustituido por el castellano y todavía nos quieren hacer creer que somos los catalanes los que intentamos exterminar la lengua castellana, una lengua que es la cuarta lengua más hablada del mundo, con más de quinientos millones de hablantes. La lengua castellana no es la lengua propia de Catalunya, ni de los países de América del Sur (pero esto es problema de ellos, bastante trabajo tenemos nosotros aquí), ni de las Illes Balears, ni de la Catalunya del Nord (claramente), ni del País Valencià (¿verdad que no se llama País Castellano?). Y el valenciano no es una lengua distinta del catalán; esto es solo una estrategia política para dividir a los hablantes de una misma lengua y destruirla lentamente. Por todo ello entenderéis que esta Navidad pida a los Magos de Oriente (y no a Papá Noel o Santa Claus) que salven nuestra lengua, el catalán, el valenciano, el mallorquín o como la queráis llamar.