"La peor de las ignorancias de tipo histórico es la ignorancia de los hechos que hemos visto nosotros mismos".
G.K. Chesterton
La imagen simpática la deja Puigdemont posando en una boca Guimard con una sonrisa dedicada a Marine Le Pen para responder a su aseveración de que "será implacable" y no le permitirá hacer política en suelo francés en cuanto gane las generales francesas. Es de esperar que no las gane, aunque la cosa va fastidiada, y es casi seguro que, para cuando eso suceda, el expresident y actual diputado del Parlament esté haciendo política ya en España y no necesite el beneplácito de la neofascista francesa.
Y es que la vertiginosa espiral de acontecimientos del inicio de semana no ha torcido las esperanzas de los indepes en torno a la aplicación de la amnistía. No pinta mal. Carles no había ido a París sólo a mandarle fotos con sarcástico amor a Marine, para que viera que no sólo es que campe por el sur de Francia, sino que se le había colado hasta la cocina; la breve incursión en la ciudad luminosa tenía más enjundia. La instructora en el Supremo del pseudocaso Tsunami había oficiado a Francia, constándole que el expresident andaba por allí, para que le notificaran que tiene abierta una causa por terrorismo en el Tribunal Supremo y allí se plantó el imputado para dejar claro que siempre ha estado a disposición de los órganos judiciales europeos. Sólo a raíz de esa notificación se personó ayer su abogado en el TS pidiendo a la instructora que le instruya de la causa y le notifique las resoluciones que haya dictado. Eso significa que hasta que no reciba el auto en el que daba diez días para informar, no le corre el plazo, lo cual lo alarga mucho más. No parece, en todo caso, tener prisa la magistrada Polo, de la que me atrevería a decir, por lo que no dice en sus resoluciones, que tiene clarísimo lo que le ha tocado instruir. O sea que siendo que la causa habla del gravísimo delito de terrorismo y de otros cuatro más, Polo ni tiene prisa ni ha dictado cautelares ni ha enviado oede alguna. Nada. Terrorismo del fino. No pinta mal.
Pronto sabremos si el llanero Llarena sigue en solitario, si a Marchena le conmueve la concisión del de ERC y si a la señora del Tribunal de Cuentas le sale a cuenta ir con una prejudicial al TJUE para que no se la admitan
Gran diferencia con su colega Llarena, al que ya sólo le queda entre manos un delito de malversación que está incluido en la amnistía, por mucho que se empeñen en quererlo sacar. En ese sentido, la Junta de Fiscales de Sala de ayer sirvió más para escenificar lo fracturada que está la Fiscalía respecto a Álvaro García que para perjudicar a los políticos amnistiables. Por muy poco, el informe fiscal a favor de la amnistía total no tendrá que ser impuesto por ordeno y mando sino que salió adelante con respaldo. La Fiscalía le dirá a Llarena que la malversación es amnistiable; la Abogacía del Estado le dirá que la malversación es amnistiable y las defensas le dirán que la malversación es amnistiable. Llarena se queda solo con Vox si persiste en la postura de ir contra las propias argumentaciones previas del Supremo y se empeña en defender que hubo enriquecimiento patrimonial por haber gastado dinero en un referéndum. Ya les dije que incluso habiendo detención no sería muy larga y es que la malversación no da para más. Fíjense si no da para meter a alguien en prisión que el famoso diputado del PP Casero, el que se equivocó y votó la ley de Yolanda Díaz, estaba en ese momento imputado por una malversación por la que ha sido finalmente condenado y ni condenado ha entrado en prisión.
Lo de Suiza también ha sido buen golpe. Los suizos serán aburridos, ordenados, milimetrados, pero son gente seria. Intentar colarles lo de Tsunami como organización terrorista que lo es por organizar una manifestación que fue terrorista debe haberles hecho saltar el engranaje mejor calibrado de su puntual cerebro. Por comparación, más surrealista resulta García-Castellón —a cuatro meses de la jubilación: tictac, tictac— explicando en una entrevista que le da muy igual lo que digan los suizos porque cada legislación "opina una cosa" sobre lo que es terrorismo o no. ¿Ven qué verbo utiliza? Opinar. La legislación no determina y el juez no interpreta, sino que es cuestión de opinión. Por la boca muere el juez.
No pinta mal, pues, para los políticos indepes. El Tribunal Constitucional poco podía hacer y poco ha hecho en el caso de los votos telemáticos para la Mesa del Parlament. La petición de la anulación cautelar de los votos ha sido desestimada y, la verdad, parece que el PP la hizo con la boca pequeña. Faire semblant. Más que nada porque, incluso anulados, Rull seguía llevando ventaja de 57 a 42, así que nada hubiera cambiado. Otra cosa que se resolverá cuando sea sin consecuencias reales. Así debe ser. El propio Congreso ha aumentado los supuestos en los que los diputados pueden votar telemáticamente para incluir los viajes y estancias "oficiales" en el extranjero, en una decisión que tomaron los grupos de la cámara y lo mismo podrá hacer el Parlament. Si uno lo piensa, quien puede ser diputado tiene que poder votar y lo que tendría relevancia constitucional sería que no se le permitiera, no el formato en que lo hace.
Y luego está Junqueras, que ha informado a la sala II de su derecho a acogerse a la amnistía en 28 líneas en un alarde de economía procesal.
Pronto sabremos si el llanero Llarena sigue en solitario, si a Marchena le conmueve la concisión del de ERC y si a la señora del Tribunal de Cuentas le sale a cuenta ir con una prejudicial al TJUE para que no se la admitan. No va a faltar movimiento mientras corre el cronómetro para saber si hay investidura en Catalunya o se repiten elecciones o para comprobar si Sánchez se tiene que superponer a ellas al quedar palmariamente claro que no puede gobernar. Puede pasar que se quede solo con su proyecto de ley de prensa —que dudo que el periodista que vive en Puigdemont le respalde, sobre todo después de no haber votado la norma europea— o bien que entre todos los partidos conservadores, incluidos PNV y Junts, le aprueben alguna norma de tipo económico que él no quiera. Que no sé cómo se explicaría que tú no puedas legislar y la oposición sí.
No pinta mal, pero tampoco pinta aburrido, ya verán.