La política de tipos cero del BCE está provocando la cólera de los ahorradores alemanes, lo que de retruque abre una confrontación indeseada entre los bancos del norte y del sur de Europa. La ausencia de remuneración de los depósitos y de las inversiones a largo plazo puede dar lugar a que parte del ahorro busque vías alternativas. En España, aceptando esto, se tiene también en cuenta el delicado momento del ciclo económico. Y eso cambia la perspectiva.
El presidente del Banc Sabadell, Josep Oliu, preguntado en una reunión con la prensa económica, sobre si la banca sería capaz de romper el tabú y cobrar a sus clientes por mantener dinero en sus cuentas o de pagar a alguien por pedirle un préstamo, declaró que esas mismas dudas se las plantea él. “Nunca habíamos previsto tipos de interés negativos, ni nuestras relaciones contractuales están preparadas ni fueron pensadas para el escenario en el que estamos entrando”, dijo.
En Alemania, donde el Bundesbank mantiene una posición muy crítica respecto a la política del BCE de recurrir al “dinero helicóptero”, fórmula inventada por Milton Friedman y que consiste en repartir dinero prácticamente gratis para que la gente consuma, se han levantado voces muy respetadas contra las últimas decisiones adoptadas el 10 de marzo por Mario Draghi.
Según el think tank IFO, el más prestigioso de Europa, el BCE está rebasando su mandato
Desde el think tank IFO, el más prestigioso de Europa, se ha dicho que “se trata de una política oculta para salvar a los bancos zombies que quedan en Europa y a los Estados al borde de la quiebra”, según ha declarado su expresidente Hans N. Sinn. En su opinión, el “BCE está rebasando su mandato”.
Axel Kleinlein, responsable de la Asociación de Asegurados (BDV) ha advertido que “con esta política, la gente que quiere asegurar su vejez no recibe intereses. Y teniendo en cuenta la inflación, podría incluso perder dinero. Cada día resulta más dudoso apartar dinero para mañana”.
No toda Alemania está de uñas. “Los bancos serán recompensados por sus créditos de manera que puedan paliar positivamente la mayor estrechez de sus márgenes financieros. Esto contribuirá probablemente a aumentar ligeramente el volumen de préstamos”, dice Jan Schildbach, del Deutsche Bank.
Para un buen conocedor de estos problemas, Gilles Moëc , de BoA Merrill Linch, estas medidas “tratan de proteger a los bancos frente a un problema de liquidez. Estos nuevos programas quieren sobre todo ser un arma contra un “credit crunch” (una crisis de financiación) en los países periféricos como Italia, Portugal, o España”.
Ya lo decía Alan Greenspan, “las recuperaciones sólidas siempre comienzan por la reposición de stocks”
De ahí viene el choque. En los países del Sur, el crédito ayuda a las economías, que, como la española, ha crecido a buen ritmo gracias a su demanda interna, empujada por el consumo (donde también ha influido la mejoría del empleo) y la inversión. El Banc Sabadell anotó que “el total de préstamos en bruto a clientes había crecido un 21% en 2015”.
Para Josep Oliu, que critica los tipos cero porque esta medida “desincentiva el ahorro, genera dificultades legales de interpretación de los contratos y pone presión sobre los márgenes de los bancos” mientras duda de su capacidad de apoyar, “como pretende, el despegue de la inversión productiva”, tiene sin embargo un aspecto positivo: el momento en que llega. “Estamos en una fase de reposición de stocks tras siete años parados”. Es un momento delicado esta fase del ciclo. Necesita viento a favor. Ya lo decía Alan Greenspan, el célebre ex presidente de la Reserva Federal, “las recuperaciones sólidas siempre comienzan por la reposición de stocks”. Igual Draghi, que estudió con el sucesor de Greenspan, Ben Bernanke, en el MIT, donde eran partidarios de las políticas no convencionales, escuchó también esta sentencia.