Epi y Blas, la rana Gustavo, Coco, Triqui, el monstruo de las galletas… Quienes no sean de la EGB puede que no recuerden a la gallina Caponata, a Espinete o a los Los Mundos de Yupi. Aquellas tardes televisivas de muchas infancias. Barrio Sésamo. Fundamental para aprender la diferencia entre arriba y abajo. De no ser por aquello, estaríamos aún hechos un lío. Gran aportación para el aprendizaje de diferencias básicas.
En el universo socialista igual no lo recuerdan pero no es lo mismo arriba que abajo, entrar que salir, coser que descoser, romper que construir… Lo grave no es que ellos no lo recuerden, sino que confundan aún más a su público, a ese 17 por ciento del electorado que según el CIS, aún mantiene su fidelidad al PSOE, tras perder seis puntos respecto al barómetro de julio.
Hace una semana estaban a punto de romper la relación orgánica que durante 40 años les ha unido al PSC. No había marcha atrás. Los socialistas catalanes habían ido demasiado lejos en su indisciplina; habían estallado las costuras de la célebre Declaración de Granada; habían traicionado el espíritu y la letra del acuerdo de 1978; no había ya lugar para sostener una relación asimétrica…. Pues de repente nos desayunamos con que PSOE y PSC negocian la entrada de la ex diputada Teresa Cunillera en la gestora que pilota a los socialistas. Nada más y nada menos que Cunillera, la catalana que formó parte del equipo de primarias de Pedro Sánchez, y que antes de la dimisión del ex secretario general defendió una negociación del PSOE con los independentistas para echar a Rajoy de La Moncloa.
En qué quedamos. No es lo mismo que el PSOE prepare ya la salida de los socialistas catalanes de sus órganos de dirección a que el PSC entre de nuevo en ellos
En qué quedamos. No es lo mismo que el PSOE prepare ya la salida de los socialistas catalanes de sus órganos de dirección a que el PSC entre de nuevo en ellos. Arriba, abajo; entrar, salir; coser, descoser… Entre una cosa y otra hay una gran diferencia. Que no nos cuenten que el comité federal aprobó una gestora con presencia del PSC y cuya vacante estaba pendiente del congreso de los socialistas catalanes porque no cuela.
Si hay cambio de planes, que lo expliquen; si hay división de opiniones entre los barones sobre si conviene o no la ruptura orgánica, política o electoral con el socialismo catalán, que lo cuenten… Y si se trataba sólo de que el PSC era el apoyo orgánico más sólido con el que contaba Pedro Sánchez para su pretendida reconquista y que el demarque de Iceta del exsecretario general lo cambia todo, que lo digan también. Fundamental para que alguien crea eso de que los socialistas se van a dedicar primero a la reconstrucción del proyecto, y luego ya si a eso le ponen nombre al próximo líder de la marca.
Con el PSC o sin él en sus órganos de gobierno, los socialistas no salen de su bucle por mucho que Sánchez ya no esté o Susana Díaz abjure ahora de los personalismos. Será por eso también por lo que, de momento, se ha impuesto el criterio de Andalucía de que no haya un coordinador del equipo que redactará el programa que discutirá la conferencia política previa al congreso. Mejor, un sanedrín coral, plural, intergeneracional y con representación de todos los territorios. No vaya a ser que alguien brille más de la cuenta y se le ponga en pista.
Lo del 17 por ciento aún puede ser peor porque ganar las batallas de dentro no es lo mismo que ganar las de fuera. Lástima que se perdieran Barrio Sésamo.