"Ya me perdonarán, pero aquí faltan mujeres". Patapam. Palabra de Papa. Apenas entrar en una audiencia esta semana y ver a pocas mujeres en la sala, la espontaneidad papal se ha expresado en forma de bofetada. Los presentes, mayoritariamente hombres, han hecho cara de desconcierto y no han contraargumentado, porque la realidad se impone. Faltan mujeres. No mujeres en la Iglesia, pues son la mayoría. Mujeres que manden, que son muy pocas. Mujeres que tomen decisiones, que participen en igualdad de condiciones por ejemplo en una comisión teológica como la que se reunió con el Papa de Roma. El mismo portal de noticias de la Santa Sede, www.news.va, titula: "Francisco: La Iglesia es mujer, hay que desmasculinizarla". Hace solo diez años, un titular así lo leíamos en revistas progresistas, boletines de colectivos de mujeres en la Iglesia o manifiestos de curas secularizados. Hoy, el titular lo pronuncia el mismo Papa de Roma. Galileo ya lo vaticinaba, "eppur si muove".
El Papa Francisco, que no tiene pulmonía, sino bronquitis (lo ha dicho él mismo), no tuvo fuerzas para leer un discurso escrito e improvisó, porque él es más un Papa jazz que un Papa neoclásico. En la audiencia con los miembros de la Comisión Teológica Internacional, el texto que tenía preparado decía que "si no sabemos comprender qué es la teología de una mujer, nunca entenderemos qué es la Iglesia". "La Iglesia es mujer", y uno de los "grandes pecados que hemos cometido es masculinizar la Iglesia" y, por lo tanto, tenemos que "desmasculinizarla, y hacerlo a partir de la teología. No olvidemos que el encuentro del Papa en que pronunció estas palabras es la élite teológica católica. La Comisión Teológica Internacional es un organismo querido por el Papa Pablo VI dentro de la Congregación para la Doctrina de la Fe. No es un grupo de catequistas o pastoralistas, sino un cuerpo de teólogos que examinan la doctrina. Los miembros son 30. Solo 5 de ellos son mujeres. La resonancia del Papa, entrando en la sala y amonestando porque había pocas mujeres en la sala, es todo una advertencia: "Disculpadme la sinceridad por la escasa presencia femenina en el organismo: Una, dos, tres, cuatro. Pobrecitas, están sola. Ay, perdón, cinco". Tenemos que seguir adelante. "Es una tarea que les pido". En un momento de crisis de autoridad generalizada, que un Papa pida parece que sugiera o proponga. El verbo es "pido". Pedir es expresar de manera imperativa a alguien que esperamos algo de él. 30 personas, 5 mujeres. El clamor es evidente. Ya veremos, en concreto, si dentro de unos días la fisonomía de la Comisión Teológica Internacional cambia, o si la respuesta será que todo es muy complicado, que hay más hombres teólogos que mujeres, que lo han propuesto a mujeres pero no han querido formar parte de ella, etc. Estaremos atentos.
En su discurso improvisado, el Papa también anunció que el C9, el grupo de cardenales que asesora al Papa en el gobierno de la Iglesia, tiene como dosier próximo estudiar "la dimensión femenina de la Iglesia". Desmasculinizar la Iglesia. ¡Toma ya! Y sí, ya tiene 86 años, es mayor y tiene que lidiar con una estructura pesada, pero él, que ya las ha visto de todos los colores, en vez de esgrimir argumentos teológicos les dice: faltan mujeres. Sublime. Me ha hecho pensar en la escena evangélica de las bodas de Caná: falta vino. A veces, aquello que parece más banal es lo más relevante.