"¡Me podríais haber avisado: habría ido a la peluquería!". Es la reacción de una vecina del barrio romano de Palmarola, que no sabía que el Papa de Roma había decidido ir hace dos días a un garaje en la calle para hablar con una treintena de familias. De vez en cuando, el Papa Francisco abandona el Vaticano y hace visitas itinerantes para encontrarse con las personas. Dirigió consejos a las personas mayores (sois la memoria) y a los jóvenes (sois una promesa) y dijo que en la vida familiar hace falta tener mucha paciencia y no ir nunca a dormir enojado, porque la guerra fría "es muy fría y se prolonga demasiado".

El formato casero de este encuentro del Papa con los romanos (no olvidemos que es el obispo de Roma) sirvió para poner sobre la mesa que las discusiones forman parte del pan de cada día, pero que la reconciliación es necesaria para un mundo civilizado y que no se pelee. El lugar donde se encontró el Papa con los vecinos no tiene el glamur de los palacios vaticanos ni de las salas donde se le suele recibir. La gente iba con zapatillas de estar por casa, el suelo era de grava y se sentó en una especie de silla de comedor. Se les advirtió con muy poca antelación que la reunión parroquial tendría un vecino especial. Al Papa estos encuentros le dan vida: se lo veía cómodo cuando salió de su coche, uno Fiat 500 L que aparcó en un lugar donde nacen tomates y se situó ante un muro con matorrales donde cabían poco más de unas cuantas sillas de diferentes tipos y materiales.

Decidió hablarles de la comunidad, de la familia y de la vecindad. Las palabras claves para funcionar en familia y en comunidad son tres, según él: perdón, permiso y gracias, repitió en una fórmula que también ha utilizado esta semana hablando como los padres y madres separados: "No habléis nunca mal el uno del otro, y educad en el respeto y escuchad siempre a los hijos, porque las cosas de la vida se aprenden en casa". Es un estilo muy coherente con sus discursos sobre la periferia, el del Papa en el garaje. Aunque siempre habrá quien deje bien aparcados sus consejos, y quien querría que en vez de un Fiat utilizara un coche de alta gama.