La complicada situación actual de la lengua catalana, con respecto a su uso habitual y normativo, a pesar de los esfuerzos de las Instituciones en los últimos años, justifica la necesidad que las personas que nos hemos significado al hacer tareas de comunicación escrita y oral hagamos —como debería hacer todo el mundo que la utiliza normalmente— un esfuerzo más en el sentido de defender y recuperar el uso habitual global de nuestra lengua. No hace falta decir que, si nos centramos en los dialectos y subdialectos del Pirineo, este retroceso se pone de manifiesto de una manera tanto o más preocupante.

El proyecto Paraules que m'agraden toma impulso a principios de marzo de 2020. En aquel momento, me planteo llevar a cabo una tarea que supondrá, inicialmente, un ingente trabajo de recogida y clasificación. Empiezo a ordenar palabras y expresiones que había ido recogiendo, poco a poco, durante muchos años. La base de la obra se centra en la recogida de palabras antiguas, dialectales, vulnerables y en riesgo, especialmente de nuestra zona del Urgellet y del Alt Urgell.

Históricamente, la situación de los núcleos rurales más aislados ha estado crónicamente muy complicada. Las personas de aquellos ámbitos tuvieron que iniciar un lento y continuado abandono de los pueblos y aldeas y fueron llegando al fondo de los valles donde encontraban más posibilidades de trabajo y de calidad de vida.

El año 1869 la construcción del Seminario de la Seu, en la época del obispo Caixal, tuvo un impacto decisivo en el desplazamiento de muchas personas jóvenes provenientes de las comarcas vecinas —habitualmente, los segundones de las casas— que tenían que hacer sus estudios. Estas personas llevaron sus dialectos propios a nuestra comarca. Algunas de ellas, al finalizar su formación, se quedaron a ejercer en estas regiones y fueron generalizando el conocimiento de sus hablas originales escritas y habladas.

Más adelante, la intervención de Josep Zulueta en la industria lechera (1925), el crecimiento progresivo de las ofertas laborales en Andorra, la creación de la empresa Taurus en Oliana (1962) así como, también, otras posibilidades ocupacionales, fueron teniendo un efecto de atracción y de reordenación de las personas dentro de la misma comarca. Y estas mujeres y hombres fueron aportando su habla nativa.

Nuestros antepasados vivieron momentos históricamente muy convulsos pero supieron hacer que nuestra lengua superara aquellos momentos de enorme fragilidad debida a los complejos acontecimientos políticos y sociales que se fueron sucediendo. Así, nuestros padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos, supieron conservar la lengua con pocos conocimientos, básicamente por transmisión oral. En algunos casos, cuando tenían que dejar sus casas aisladas y venían a vivir en el fondo de los valles, se les recriminaba que hablaran un catalán "demasiados de pueblo". Tuvieron que adaptar su habla a las formas más aceptadas que se les pedían en aquel momento de transformación prestada del léxico. Años más tarde, estas mismas personas se sorprendían cuando iban dándose cuenta de que el catalán normativo era, precisamente, aquel que hablaban en los pueblos cuando eran más jóvenes.

Nuestros padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos, supieron conservar la lengua con pocos conocimientos, básicamente por transmisión oral

En el Pirineo, observamos una gran variabilidad dialectal entre una y otro valle y, también, dentro de la misma comarca. La nuestra, el Alt Urgell, tiene unas características sociodemográficas singulares por el hecho de ser una zona de transición de los dialectos vecinos: Cerdanya, Pallars Sobirà i Jussà, Alta Ribagorça, Andorra, el Solsonès, y la Noguera... y también como zona de paso y de comunicaciones de todos estos territorios.

Se trata, pues, de un área poblacional donde podemos encontrar, a diferencia de otros lugares pirenaicos con valles más estrechos y cerrados, una gran riqueza en formas dialectales. Esta realidad me lleva a poder decir que el Alt Urgell no tiene un dialecto propio sino diversos dialectos. Hemos recorrido, una por una, las diversas regiones de nuestra comarca. Cada valle tiene sus peculiaridades y sus rasgos diferenciales desde el punto de vista lexicográfico y fonético.

Desde Bassella, los valles de Tuixent-La Vansa, hasta el Baridà, las Valls de Valira o las aldeas del Coll del Cantó, a la hora de hacer una recopilación exhaustiva, tenemos que incluir todas las variantes existentes del léxico.

En el caso concreto de la zona Sud de l'Alt Urgell, me corresponde hacer una mención específica de la obra del escritor peramolano Josep Espunyes —Creu de Sant Jordi 2022— que ha realizado una inmensa tarea de investigación del habla que se pierde de la zona que conocemos como Tresponts avall.

En este punto, también tengo que explicar que las redes sociales me han ayudado a explorar la dispersión territorial de que os he hablado. Pedí la participación en el grupo que denominé "Paraules que m'agraden" de personas que tuvieran interés en este proyecto de investigación. De esta manera, aparte de estudiar individualmente los trabajos ya realizados y publicados en Cerdanya, Pallars, Ribagorça, Andorra, Segrià... he ido observando y moderando las entradas y los comentarios, las aportaciones, las aclaraciones... de las personas que han participado en el grupo y que, en el momento actual, suman más de 400.

En el transcurso de esta dinámica de trabajo, he ido concretando la idea de aceptar entradas de otras regiones que me han parecido interesantes. Con el mismo criterio, he visto que la inclusión de cultismos, latinismos, arcaísmos, vulgarismos, evaluación fonética y etimológica... me ayudaba a salpimentar la simple y pesada relación de entradas ordenadas alfabéticamente y, por lo tanto, a mantener la atención del lector. Igualmente, en función de las participaciones obtenidas en el grupo, he detectado la necesidad de incluir en la publicación recordatorios ortográficos, gramaticales... Poco a poco, he llegado a registrar, entre palabras y expresiones, más de 5.000 entradas diferentes, contrastadas y definidas.

En la parte final de la obra, he pedido y he tenido el privilegio de obtener, la participación como asesoras, y como apoyo en la toma de decisiones en el último tramo de los trabajos de creación, de personas con un gran conocimiento del territorio y del léxico, Joan Obiols (escritor, maestro de catalán y docente), Anna Martí (licenciada en Filologia Catalana y docente) y M. Pilar Ingla (licenciada en Filologia Catalana y docente) Con ellas, decidimos incorporar a Ramon Berga en los trabajos de diseño y de ilustración por su sensibilidad e intuición, y por la creatividad de sus trabajos.

En los prólogos de los compañeros Isidre Domenjó y Joan Obiols encontraréis sus reflexiones en torno a esta obra y en la bibliografía que cierra la obra se puede encontrar, también, la relación de las obras consultadas que incluyen los trabajos hechos sobre otras zonas concretas del Alt Urgell y de las comarcas vecinas. Desde estas líneas quiero expresar mi reconocimiento y mi admiración por el trabajo hecho por todos estos profesionales.

Mi prioridad es hacer una contribución, en base al habla de nuestra co-marca del Alt Urgell y del Urgellet, al patrimonio cultural colectivo y trabajar por la viabilidad y la calidad del uso de nuestra lengua.

Finalmente, este trabajo está abierto a añadir las propuestas que nos quieran hacer llegar las lectoras y los lectores. Tenemos que vivir la lengua como una herramienta viva que tiene que conservar su esencia. Pero también nos tenemos que adaptar al dinamismo que, como valor de nuestro patrimonio cultural, tiene que tener. Y lo tenemos que poder hacer con normalidad y libertad, en base a la igualdad y al equilibrio que necesitan todas las lenguas, sin otros fenómenos externos que lo dificulten.

Nos gusta que se nos tenga en cuenta porque, culturalmente, el Pirineo también existe

Tenemos una joya en forma de un léxico y de una fonética con una gran riqueza dialectal que nuestros antepasados nos legaron. Se lo tenemos que agradecer y hacerles homenaje. Tenemos que saber y poder ordenar, conservar y dar a conocer este legado, puesto que desde nuestra perspectiva próxima, la que tenemos la gente que vivimos allí de una manera estable, nos gusta que se nos tenga en cuenta porque, culturalmente, el Pirineo también existe.

Desde este entorno territorial pirenaico, el cual, para ser correctos y respetuosos con la tierra y su gente, tendría que poder tener más conocidas y reconocidas sus singularidades, os explicamos nuestro proyecto y os pedimos que os hagáis eco de él.

*Joan Aixàs i Obiols es autor del libro 'Paraules que m'agraden'