Era previsible que la Audiencia de Madrid no archivara por completo la causa contra Begoña Gómez y también que la devolviera al punto de partida. Pero los tres magistrados de la Audiencia Provincial, aunque aparentemente delimitan la causa, en realidad dejan al juez Juan Carlos Peinado el campo abierto para que investigue cómo y cuánto quiera de la actividad académica de Gómez. Deja más causas abiertas para investigar a la mujer del presidente de las que acotó el pasado mes de julio. Los límites al rescate de Air Europa y Globalia no estaban ya en discusión. Ahora, además de los contratos del empresario Carlos Barrabés, Peinado podrá investigar por supuesto tráfico de influencias toda relación de Gómez con la Universidad Complutense, desde la concesión de la cátedra, al máster y la empresa que dio de alta, Transforma TSC.  

Con indicios y sin ellos. Al menos, de momento. Que la UCO no vea delito en las once contrataciones de Barrabés, no significa que no lo vaya a encontrar más adelante. Los delitos pudieron haberse cometido antes, previos a la adjudicación. La batería de recursos de la defensa de Gómez insistían al juez en concretar “de qué se la investigaba”. Los tres magistrados, seis meses después de la apertura, entienden que no es necesario. La causa es un “objeto vivo, moldeable, de decantación sucesiva” y el procedimiento penal no es "inmutable, fijo y predeterminado" desde el inicio de la instrucción. 

La reparación, si la causa acaba en nada, es un debate que ahora queda lejos. Por lo pronto, seguirá el show judicial.

¿Y ahora qué? Y ahora todo sigue siendo posible en el juzgado de Peinado. La Audiencia rechaza la parte de la investigación sobre la que no podía autoenmendarse (Globalia, rescate de Air Europa), pero deja el campo abierto a las acusaciones de las organizaciones ultras Hazteoir.org y Manos Limpias. A los jueces no les gusta la intención de Peinado al poner la lupa penal en "todos los actos, conductas y comportamientos" de Gómez "desde que su esposo es presidente del Gobierno", pero en la práctica cabrán numerosas piezas. 

En lo político, Isabel Díaz Ayuso ha vuelto a adelantar a Alberto Núñez Feijóo sin previo aviso. Coincidiendo con el día en que el PP intentaba bloquear en el Senado la norma que convalida a presos de ETA las penas cumplidas en otro país. Una ley que acabará en el BOE, porque el PP votó a favor y no hubo veto, ni enmiendas. Mientras el PP nacional estaba enredado en deshacer el error, la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid contra Gómez echaba a andar. Y lo hará con el plato fuerte en la primera sesión. Begoña Gómez será la primera en ser llamada a declarar. Un show, según el socialista Juan Lobato, inútil en la política madrileña, pero eficiente para la permanente confrontación con Sánchez. “Ayuso dispara y Feijóo está a por uvas”, decía Lobato. La presidenta de Madrid deja a Feijóo con la estrategia coja en el Senado. El líder del PP ha pretendido guardarse las comparecencias Sánchez-Gómez. Modular las llamadas a familiares y guardarse la baza para más adelante. Ahora irá de segundo plato a la comisión de la Cámara Alta.

Otro perímetro inmediato del auto judicial ha sido el impacto en la carrera de Begoña Gómez. Mientras Peinado tiene el campo casi expedito para investigarla, la Complutense ha cancelado el máster a veinte días de empezar. Alega falta de alumnos. Gómez asegura que tenía 49 alumnos matriculados. 12 habían pagado la señal y 4 tenían la matrícula hecha. El año pasado fueron 18. ¿Quién quiere alojar un máster en medio de imputaciones y fuego cruzado? La reparación, si la causa acaba en nada, es un debate que ahora queda lejos. Por lo pronto, seguirá el show judicial en el juzgado 41 de Madrid.