La noticia de TV3 colgada en X se acompaña con una imagen del ministro Marlaska y unas declaraciones suyas: "la Policía Nacional y la Guardia Civil se integran en el sistema de emergencias CAT112. Cualquier llamada de auxilio al 112 tendrá una respuesta policial mucho más rápida". Y, citando la información, Josep Lluís Alay añade el siguiente mensaje: "Ya lo tenemos aquí, las pocas competencias autonómicas catalanas de seguridad se van al garete. Lo anuncia el gran represor Marlaska, que nos ha estado persiguiendo todos estos años: inventor de la acusación de terrorismo y gran manipulador de la trama rusa".
El rapapolvo de Alay resume el sentimiento de una gran parte del ámbito político y ciudadano catalán, alarmado por el persistente desmontaje de nuestra soberanía que está emprendiendo el gobierno socialista. No hay duda de que el binomio Sánchez-Illa tiene como estrategia el desmontaje autonómico y la desnacionalización de Catalunya, en un proceso perfectamente pautado de recuperación de competencias que teníamos asignadas después de mucha lucha. El fin de semana pasado Pedro Sánchez anunciaba, en el marco del congreso del PSOE, la creación de una "gran empresa pública de vivienda", "capaz de construir y gestionar viviendas desde la Administración General del Estado", cosa que implica, de facto, la invasión de las competencias exclusivas en vivienda que tiene Catalunya. Y ahora la reunión de la Junta de Seguridad entre el Govern de la Generalitat y el ministerio de Interior, que tenía que afianzar los pactos ya cerrados (y que se tenían que aplicar desde el pasado mes de julio) para la transferencia de competencias a los Mossos de la seguridad de los puertos y aeropuertos, ha hecho justo lo contrario: el Estado no solo no ha cumplido los pactos y ha cedido las competencias prometidas, sino que ha invadido, sin ningún tipo de respeto ni vergüenza, las competencias que ya teníamos. El resultado es fulminante: por primera vez la Guardia Civil y la Policía Nacional responderán al CAT-112 y podrán operar en Catalunya. Como decía la diputada Gemma Geis en un tuit oportuno, "llamas al 112 y te responde el 155".
Es una desestructuración de la soberanía de Catalunya perpetrada por el PSOE, aprovechando la oportunidad de controlar todos los poderes catalanes
No es una cosa menor, ni una anécdota más en la larga retahíla de recortes competenciales que sufre Catalunya. Al contrario, Salvador Illa y Grande-Marlaska saben perfectamente que, invadiendo competencias en materia de seguridad, están tocando el tuétano de la reivindicación nacional. En este sentido, es pertinente recordar la lucha de los primeros años de la Generalitat, con Miquel Sellarès como director general de seguridad, con el fin de conseguir tener una "policía nacional", bajo el amparo de un modelo nacional de seguridad. El modelo competencial de los Mossos fue un caballo de batalla indómito y recurrente que Catalunya fue consiguiendo paso a paso, con muchas dificultades. Y ahora, de un plumazo, sin despeinarse, introducen a la Guardia Civil y la Policía, cargándose años de consenso, de acuerdos y de reivindicación catalana. Es una desestructuración de la soberanía de Catalunya perpetrada por el PSOE, aprovechando la oportunidad de controlar todos los poderes catalanes. Un auténtico desastre que nos devuelve a la condición de simple Diputación grande: no podemos endeudarnos, no controlamos las finanzas, nos desmontan las competencias en vivienda, nos violentan el idioma y ahora nos invaden las competencias en seguridad. Y Salvador Illa es el mastermind de la operación "desnacionalizar Catalunya", culminando la obra que el ínclito ministro Wert dejó inconclusa: aquello de "españolizar Catalunya", de infausta memoria. ¡Qué será que, a la hora de recortar los derechos catalanes, los socialistas son más eficaces que los peperos!
Lo más dramático es que este proceso desnacionalizador lo ha facilitado ERC invistiendo a Salvador Illa, a pesar de conocer el talante, el pensamiento y los antecedentes del personaje. La frivolidad y/o falta de sentido de país del partido republicano hará un daño incalculable a Catalunya que, sin duda, quedará herida. Ciertamente, es incomprensible la deriva de los republicanos los últimos años. Solo falta que recuperen a mosén Junqueras, cuya cobardía lo ha llevado, incluso, a esconder qué pensaba sobre investir a Illa. Como mínimo Rovira no se escondía, a pesar de que su frase al volver de Suiza, "hemos venido a acabar el trabajo que dejamos a medias", la perseguirá siempre. Por supuesto que han venido a acabar el trabajo..., el trabajo de España...