Pink es el nombre que los miembros del equipo que investiga el yacimiento de Atapuerca han dado a los restos fósiles del humano más antiguo encontrado hasta la fecha en Europa. Corresponden a la zona medial facial izquierda de un hominino que vivió entre 1,4 y 1,1 millones de años atrás.

La sierra de Atapuerca es un lugar privilegiado, sus condiciones geológicas hacen que haya cuevas y "simas" donde se han ido acumulando los sedimentos de los últimos centenares de miles de años. Los homininos se refugiaron en ellas, y albergan restos de las distintas oleadas de ocupación, tanto de las herramientas de piedra que utilizaban como de restos animales y —cuando hay suerte— de restos de humanos que habitaron allí. Hace tiempo que se encontraron restos de Neandertal de hace unos 500.000 años. Uno de los grandes hallazgos, en la Gran Dolina, en el año 1994, permitió la identificación de los restos de un hominino de hace unos 850.000 años. La reconstrucción de su rostro a partir de los restos mostraban una similitud sorprendente —a pesar de presentar diferencias— con los humanos modernos, con una cara más plana y menos arcaica, eran los restos del Homo antecessor, en esos momentos, la especie humana más antigua identificada en Europa. Hay otros restos de humanos en la zona del Cáucaso, en la actual Georgia, de casi dos millones de años. Los homininos salieron del África múltiples veces para ir a recorrer Euroasia, pero es difícil encontrar restos lo suficientemente conservados.

Por el momento, Pink es un fragmento del rostro del humano más antiguo de Europa, a la espera de restos más antiguos, si es que existen

Los restos de Pink se han encontrado en la Sima del Elefante, una de las cuevas de Atapuerca, de aproximadamente 15 metros de ancho, con unos 25 metros de sedimentos que se han dividido en 16 grupos de estratos distintos. En el mismo estrato donde se ha encontrado este fósil (estrato TE7), hay restos de huesos de animales con señales de herramientas afiladas y algunas herramientas de piedra. La datación radiológica y sedimentaria sitúa el estrato en el Pleistoceno temprano, entre 1,5 y 1,1 millones de años. La sorpresa y el interés particular de los restos de Pink (son varios fragmentos que permiten la reconstrucción por las superficies de juntura, como podéis ver en la imagen adjunta) es que son lo bastante informativas como para permitir una reconstrucción facial. En el artículo publicado en la revista Nature, se muestran las comparativas de estos restos con una reconstrucción facial 3D de otros restos de homininos para observar sus similitudes y diferencias. Estos restos pertenecen a una cara arcaica diferencial, que se parecería más al Homo erectus que al H. antecesor, de aquí que, a falta de más datos, lo hayan clasificado como Homo affinis erectus. Cabe destacar que se han encontrado restos de H.erectus en África y Asia y se trataría de la primera prueba de que los H.erectus también llegaron a Europa, y esto permite datar dicha llegada. Eso sí, por el momento —y como dice María Martinón-Torres—, Pink es un fragmento del rostro del humano más antiguo de Europa, a la espera de restos más antiguos, si es que existen.

Imagen de los restos fósiles de Pink (catalogados como Homo affinis erectus) encontrados en la Sima del Elefante y datadas de hace 1,4 a 1,1 millones de años. Visión frontal (a), lateral (b) y superior (c, donde se pueden distinguir las raíces de los dientes), publicada en Huguet y colaboradores Nature 2025 (doi:10.1038/s41586-025-08681-0)

En la sierra de Atapuerca, pues, se han encontrado restos de dos especies distintas de homininos, con una separación de pocos centenares de miles de años, en el Pleistoceno temprano. Se podría hipotetizar si ambas poblaciones podrían haber coexistido durante un corto periodo de tiempo si las condiciones climáticas no fueron muy dramáticas (aproximadamente hace 900.000 años fue una época de glaciación en toda Europa), los H.erectus pudieron sobrevivir sin necesidad de migrar, o bien se extinguieron antes de la llegada de los H.antecessor. Hace falta mucha más investigación para aclarar estas páginas de las primeras migraciones humanas y los primeros asentamientos en Europa.

Y ahora os preguntaréis por qué han llamado afectuosamente Pink a estos restos fósiles (aquí encontraréis un vídeo exhaustivo sobre la presentación en público de estos restos). Según algunos miembros del equipo, como Eudald Carbonell, estos restos estaban esperando a ser descubiertos, igual que La cara oscura de la luna, el nombre de un conocido disco de Pink Floyd. Además, la palabra pink denomina al color rosa en inglés, y la persona que los descubrió, junto con un estudiante pregraduado, es Rosa Maria Huguet, profesora de la Universitat Rovira i Virgili y miembro del IPHES, y una arqueóloga incansable. A veces, los nombres pegan.