Si no fuera tan serio el problema, me echaría a reír, pero la deriva de ERC hace de todo menos gracia, porque arrastra el futuro del país sin ninguna vergüenza. Lisa y llanamente, todas y todos sabemos que este dinero nunca se quedará en Catalunya, no con un pacto como este. No seré yo quien diga qué tienen que hacer, solo faltaría; pero tampoco es cierto que puedan hacer lo que quieran. En cualquier caso, lo que me da más vergüenza es el poco nivel no ya de la propuesta, sino el relato que quieren vender a la ciudadanía.

El invento de esta propuesta de concierto económico solidario me suena a una gala barata de verano de estas que se hacen al fresco para tener entretenida a la gente. Me pensaba que con la limpieza que han hecho, en temas de comunicación en el partido, volverían a la seriedad y a la buena política, pero no parece que sea el caso. Estoy segura de que una buena parte de las idas y venidas de estos días han girado en torno al nombre de la cosa, porque el pacto ya tenían claro que lo querían hacer. Y por eso una vez le han podido poner un nombre que les ha parecido de buen producto, se han tirado de cabeza. ¡Sin entender que este es un mercado maduro!

No sé si la cúpula de ERC se ha mareado por el calor o si lo que se ha instalado en el partido es un desconcierto permanente que no les deja entender qué pasa

¿Dónde está el buen producto? Porque no lo parece ni de lejos, porque ni cuando lo explican es creíble y porque ya sabemos también qué es lo que ERC entiende por "traspaso de Rodalies". Aparte de que ya es habitual, que no todo se puede explicar, y menos de una manera fácil cuando tienes delante una ciudadanía que se ha tenido que informar para mantener una lucha sostenida por sus derechos. El serial de la financiación de Catalunya en el estado español es como una serie latinoamericana de cuando yo era joven —ahora quizás tendría que decir turca, pero no he visto ninguna—, larga y detallada, con los intestinos de las relaciones al descubierto, con los personajes y sus maneras de hacer las cosas muy bien pautadas, con un montón de secretos al descubierto. En la cual te acabas sumergiendo como si hablaras de la propia vida y de tu familia y, por todo ello, recuerdas todos los detalles de la historia y tienes bien estudiado el problema. También porque no solo has visto todos los capítulos, sino que los has discutido con la concurrencia.

No sé si la cúpula de ERC se ha mareado por el calor o si lo que se ha instalado en el partido es un desconcierto permanente que no les deja entender qué pasa, cuando menos, a ojos de una parte de la ciudadanía. Cierto es que cualquier pacto en política puede tener dos relatos, el real y el oficial, pero, aun así, no veo más que ganancias escasas y de poco provecho, más allá de las inmediatas. En todo caso, el espectáculo no es nada edificante, no me parece digno de un partido con su historia. Alguien os lo tenía que decir, y espero que alguien más os lo diga, porque solo de vosotros depende enderezar la situación.