"Esas nuevas verdades que algunos, anticuados, aún llaman mentiras"
G.K. Chesterton

 

No sé si se le puede echar tanta cara a mentir como la que ayer le echó Pilar Alegría oficiando de portavoz del Gobierno de Sánchez. Cierto es que trastabillaba un poco, debía estar aún deglutiendo el sapo de tener que decir lo contrario a la verdad con tanto descaro. Porque fue descaro, un descaro increíble. Mentir por delegación y por conservar el puesto. Mentir cuando sabes que todo el mundo que sabe leer una resolución judicial y no está abducido es consciente de tu mentira. Me da más pena que rabia lo de esta mujer, por eso no la voy a enviar a La Bocca della Verità, esa enorme máscara de mármol de Pavonazzo que pesa más de 1.300 kg, situada en una plaza de Roma, de la que dice la leyenda que si mete la mano un mentiroso se la rebana. Y es que no puede dar sino pena ver cómo alguien se arrastra y arrastra sus convicciones y hasta su sentido de la realidad para no perder sus prebendas. Pena y alipori.

Miente la portavoz del Gobierno que dice que lucha contra el fango y los bulos y amenaza con cercenar a todo aquel que los practique, siempre y cuando no sea uno de ellos. Lo de Alegría no fue fango sino légamo. El Gobierno que pretende convencernos de que va a regenerar la democracia.

Mintió al decir que la Audiencia Provincial de Madrid "estima sustancialmente los recursos presentados", pero, bueno, hasta ahí podríamos decir que es como lo de la botella medio llena o medio vacía si no hubiera pasado de eso. No debía ser bastante para el ojo del amo. "Además, la Audiencia señala que hay una investigación genérica, prospectiva y difusa", largó, cuando es exactamente lo contrario lo que dice el auto, que tiene que acabar explicando a señores fiscales y exfiscales, defensores todos, la diferencia entre que una investigación tenga derivadas y lo que en realidad es una investigación prospectiva. Lo que la Audiencia de Madrid dice es: "El objeto del proceso penal no es inmutable, fijo y predeterminado desde el inicio mismo de la instrucción. Todo lo contrario, es un objeto vivo, moldeable y de decantación sucesiva (...) Es indudable que desde el inicio tiene que existir una conducta con apariencia delictiva. Prospectiva es la investigación que se inicia de forma indeterminada en búsqueda de posibles conductas delictivas, pero no aquella que, partiendo de una conducta racionalmente sospechosa (ejercicio de influencia o promesa de ejercicio para condicionar decisiones públicas a cambio de ventajas indebidas), inicia una amplia indagación". Blanco y en botella. Se lo explica con deditos. ¿De dónde sale que "señala que es prospectiva" cuando deja clarinete que justo la de Begoña no lo es? Mentira cochina.

Alegría miente, aun sabiendo que todo el mundo que sabe leer una resolución judicial y no está abducido es consciente de su mentira

"Reduce al mínimo el ámbito de investigación" nos cuenta y es "una sonora enmienda" al juez. ¡Menos mal que lo enmienda, porque el auto solo le sustrae un tema, el de Air Europa, y en lo demás le da un espaldarazo a Peinado! Y ya, para rematarlo, Alegría se despachó diciendo que "la Audiencia valida los informes de la UCO y de la Fiscalía que dicen que no hay ninguna irregularidad". Veamos lo que en realidad dice la Audiencia Provincial de Madrid: "En el informe de la UCO Grupo III de Delincuencia Económica (...) se localizan 99 expedientes de adjudicación (...) sin que todos se hayan financiado a través de Red.es. Sin olvidar que la perfecta adjudicación no impediría la comisión previa del delito de tráfico de influencias. En dicha adjudicación apreciamos datos objetivos en los que se constata la intervención personal de la denunciada en apoyo de las empresas de Barrabés y que justifica la investigación". ¡Menos mal que el tribunal les ha respaldado en casi todo! Pero, alma de cántaro, ¿cómo quieres que te digan que lo de la UCO cuando dice que la adjudicación fue normal no exime de lo que se investiga?

Perdónenme el coñazo de citarles textualmente el auto, pero es que es tan descarada, tan descarada, la mentira y la manipulación, que creo que merecía que les pusiera delante la contradicción para que no quede duda alguna ni posibilidad de tener dudas sobre si respaldar la postura de Alegría, que es la postura del Gobierno.

Lo más peliagudo de todo esto es preguntarse qué se supone que pretenden con esa línea de pleito mediático realizada desde la sede del Consejo de Ministros, porque la instrucción va a continuar. Lo único positivo para la postura del matrimonio Sánchez que contiene el auto es la constatación de que este tipo de delito es muy difícil de probar si no se consiguen confesiones: "El delito de tráfico de influencias, y máxime la controvertida figura del art. 430 CP que denominaremos 'venta de influencias' o tráfico de influencias en sentido estricto, es de difícil concreción en su concreta conducta típica, siendo de muy escasa aplicación práctica, y de compleja prueba salvo que exista algún informante interno". Ahí es donde se podrían agarrar para mantener la esperanza de que esa imputación no irá a ninguna parte, siempre y cuando estén seguros de que no habrá informantes.

Eso tampoco arregla la cuestión de la Complutense, que tiene muy mal aspecto. Sobre todo desde que el Rector Magnífico ha sido imputado, y es que no es lo mismo hacer favores que hacer favores cuando el juez se te puede llevar por delante. De momento, la Complutense ha clausurado toda la relación de Begoña Gómez con la Universidad. Como decía The Economist, que una persona sin titulación universitaria alguna acabe dirigiendo dos másteres y una cátedra extraordinaria en una de las mayores universidades públicas del país no cabe en cabeza alguna. Menos aún se explica lo de poner las cosas a su nombre, después de que le dijeran que era dinero público el empleado. No, eso no pinta bien. Ya lo avisó el PNV: "Hay cosas que no se deben hacer". Entre ellas no pensar que toda la población es iletrada o fanática, o directamente borrega. Les sorprendería el número de ciudadanos que no ha abdicado del pensamiento y que es capaz de reconocer los hechos y separarlos de los relatos de ficción.

No les negaré mi indignación. Es demasiado descarado. Es demasiado irreal. Es demasiado orwelliano. Es demasiado. No hay líder que lo merezca.