Sí, sé que parece un oxímoron presentar la Barcelona Wine Week en Madrid, pero ha sido un gran orgullo hacerlo. Es una feria que he visto nacer, crecer y evolucionar. Heredera de aquel Intervin, que aunque a mí me dio tantas alegrías, se había convertido en el bar de Alimentaria, y hace cinco años dio un giro para continuar la hiperprofesionalización, y le ha ido de maravilla. Queda lejos aquel parecido a ferias que se abren a los winelovers, como Vinitaly. Creo que pocas veces he pasado tanto miedo en el trabajo como mujer como en el parking de la Feria de Verona, con algunos italianos que eran todavía más peligrosos de lo habitual al volante. Cada uno de ellos podía romper el alcoholímetro, y eso que cuando los profesionales catamos, escupimos para no tragarnos el alcohol.

¿Por qué la BWW triunfa internacionalmente? Ante todo, no nos engañemos: por su ubicación. La London Wine Fair ya tuvo su momento álgido. Prowein, la gran feria del vino de la última década, está en un lugar tan poco inspirador como Düsseldorf. Y no nos engañemos: todo el mundo tiene un amigo para visitar en Barcelona, ¿verdad? En Alemania no tantos, y ni el clima ni la gastronomía tampoco acompañan.

La Wine Paris es tentadora, tras haber pasado la gran feria de Burdeos a la capital por falta de espacio. Es verdad que a los Grands Crus Classés les encantaba tener a todo el mundo del vino a sus pies, pero esto ya es de otra época. Esta selección se hizo para la exposición de París de 1855, con unos criterios que distan mucho de los actuales. Tengo que confesar que nunca suspendí ninguna asignatura en mi vida, pero que prefería ir a catar vinos de todo el mundo y dejarme los exámenes de junio para septiembre durante mi licenciatura en Humanidades para ir a Vinexpo. Por suerte, en aquel momento, lo que se llevaba era ser bianual. Seguro que pensarás que la capital francesa es la excusa para una escapadita romántica. Pero debo serte sincera: los que nos hemos pateado mucha moqueta sabemos que es incompatible Paris la nuit con hacer business en una feria de vinos. Descarta ir al Louvre e ir a ver a un distribuidor en el mismo día.

Lo que tiene de especial la BWW es que lo expande a toda la ciudad y a la ciudadanía, para que Barcelona sea la capital del vino a nivel mundial

En la Barcelona Wine Week también hemos tenido vista con una cosa: es la primera feria del calendario. Y se esperan 24.000 visitantes en este 2025. ¡Y la plaza Espanya se encuentra en el corazón de la ciudad! Si has llegado hasta este punto del artículo, puedes pensar que te interesa el mundo feria. Y lo entiendo, porque, precisamente, las ferias del mundo del vino tienen mucho sentido porque el vino hay que probarlo sí o sí. Pero lo que tiene de especial la BWW es que lo expande a toda la ciudad y a la ciudadanía, para que Barcelona sea la capital del vino a nivel mundial. Se realiza la ruta de hoteles (Hotel Wine Fest del 2 al 7 de febrero) e incluso ya están a la venta las entradas limitadas para el acontecimiento de Mujeres del Vino el miércoles 5, de las 19.00 h a las 22.00 h. Es también un salón pionero en sostenibilidad, tanto por el material de sus estands, como por el reciclaje de las botellas, ha declarado su directora, Céline Pérez. La BWW centra mucho la atención en su hub de conocimiento, que tendrá como eje el precioso patrimonio de viña centenaria que tenemos en la Península, como ha destacado su project manager Marta Macias.

En esta próxima edición, se doblará el espacio y congregará a más de 1.100 bodegas, reunidas bajo el paraguas de 75 denominaciones de origen distintas, lo que significa un 16% más que el año pasado. El éxito han sido los 600.000 euros de presupuesto que han logrado traer 700 compradores recomendados por los propios expositores y que la demanda funcione como brújula. También con la inteligente propuesta de participación igualitaria, tanto para grupos grandes o marcas reconocidas, como para bodegas más pequeñas y familiares. Así, la calidad del producto es el protagonista, y no tanto el dinero que quieren o pueden invertir. Justo el presidente de la BWW, Javier Pagés, acaba de ganar el premio "Personalidad del año" en los International Wine Challenge Industry Awards Spain. María Naranjo, directora de Industria Alimentaria, dice que le entra urticaria cuando hablamos de la calidad-precio de los vinos. Que hay que ambicionar, por encima de todo, la calidad y el placer y que estemos en el mercado Premium. También pide apostar por mercados como Corea del Sur, Japón, Polonia, Irlanda, Dinamarca o la República Dominicana. Los primeros ocho meses de 2024 (y ahora que viene la campaña fuerte de Navidad), se exportaron 1.986 millones de litros de vino y, aunque va a la baja, seguimos siendo el principal exportador de vino del mundo y el tercero en valor. Los mayores mercados siguen siendo Alemania, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Países Bajos y Suiza. Otro dato importante: España es el primer productor ecológico. La FEV (Federación Española del Vino) recuerda que un 80% del vino que hacemos lo exportamos, una buena cifra, ya que si nos lo bebiéramos nosotros tendríamos un problema de salud. Por esta conciencia de beber con moderación, se adhieren al drink in moderation europeo y al programa Vita e vino. Ambos apuestan por el consumo responsable. También se ha hablado mucho del impacto económico y social que tiene en el ámbito rural. Y de que crece el consumo de vinos frescos, como los blancos, los rosados y los espumosos, y el negro se ha tenido que adaptar al cambio climático, buscando más acidez y versatilidad. Así que, la quinta edición de la Barcelona Wine Week se celebrará del 3 al 5 de febrero... Y me ha encantado acabar el acto de presentación en el ICEX de Madrid exclamando: "¡nos vemos en Barcelona!"