Coincido con la población general (y los culturetas en particular) a la hora de reivindicar la tarea de Xavier Graset al frente del Més 324, un espacio que ha fomentado la presencia de la literatura dentro de la sopa informativa y que ha demostrado que charlar sobre libros resulta mucho más interesante que digerir la actualidad de la tribu. El trabajo de Xavier ha sido oportuno porque, en una televisión pública cada vez más enajenada de la cultura nacional, cuando menos se ha demostrado que charlar sobre libros nos desvela y hace país. 'La Nostra' sigue teniendo excelentes redactores culturales como, Carolina Rosich, Jofre Font y la querida Anna Guitart, que todavía puede asomar a la pantalla (a horas intempestivas) para pasarse una horita charlando con un autor y viajar un poco más allá de tópicos de contracubierta.

Pero la cultura, en nuestra televisión pública, todavía resulta un asunto de mera cuota supervivencial. Muy lejos quedan la mayoría de espacios temáticos dedicados al mundo de las artes que TV3 nos regaló durante décadas (me ahorraré mencionar algunos programas batiburrillo que lo han querido paliar y han acabado en una ensalada de despropósitos), creaciones que alguien haría bien en resucitar del olvido y para las que nuestra televisión contaría con gente sobradamente preparada, si se la quiere impulsar. Nos hace falta un programa sobre libros, como también deberíamos tener un espacio que hiciera honor a la excelente cuota de cineastas por metro cuadrado que ahora gastamos, y también sería oportuno disponer de algún agujero que celebrara el momento esplendoroso que vive la música catalana, sea la popular o la culta. Es inadmisible que nuestro presente cultural solo aparezca en la tele como uno breve.

Señores de 'La Nostra', queremos más libros. Necesitamos más libros. La lengua se nos morirá si no propagamos la palabra en pantalla

Si tenemos un canal que dedica todo un día al deporte, con un Cafarnaúm de tertulias absurdas en las que se destroza nuestra lengua de una forma altamente impune, digo yo que no sería una desgracia ofrecer a la ciudadanía un espacio dedicado a la danza, donde nuestras coreógrafas despuntan a un nivel demencial; o quién sabe si también sería una buena idea sustituir algunas películas de calidad repulsiva que programa la casa para recordar al espectador las mejores representaciones de nuestra escena. Servidor aprendió a amar el catalán memorizando los versos del Cyrano escritos por Xavier Bru y cantados por el maestro Flotats. Si hay millones de espectadores que llenan anualmente nuestras salas, y sabemos que Catalunya es un país rebosante de compañías profesionales y amateurs de teatro, ¿quién dice que un programa dedicado a las artes escénicas no tendría audiencia? ¿Dónde se ha escrito semejante enorme tontería?

Ahora que ya hemos visto que un programa de actualidad donde se hable de la letra no es ninguna marcianada, podríamos dar un pasito más y dotar de los recursos suficientes a un espacio semanal sobre libros donde el presentador tenga suficiente tiempo para leérselos y las entrevistas ganen todavía más empaque. En un momento extraordinariamente rico para la literatura catalana, resulta incomprensible que nuestra televisión no grabe conversaciones con Irene Solà, Elisenda Solsona, Joan Jordi Miralles o Carles Dachs. Durante años, nos hemos hecho pajas repasando las excelentes entrevistas de Soler Serrano o Montserrat Roig a alguno de nuestros escritores, justamente por su altísimo valor documental y literario; pues bien, en vez de llorar, ahora tenemos la oportunidad de hacer lo mismo desde la televisión pública y con una nómina de autores del Primer Mundo. Insisto hasta la náusea: ¿cómo podemos dejarnos perder la ocasión?

TV3 necesita un programa sobre libros, un espacio que podría dirigir y presentar gente nuestra, como Jaume C. Pons Alorda, Marina Porras, Bernat Reher, Berta Galofré, Esteve Plantada, Arià Paco... y esta es solo una de las posibles listas de cráneos privilegiados que se me ocurren mientras escribo (si no los conocéis, los podéis escuchar semanalmente en pódcast sobre libros espléndido, cuyo nombre se me escapa, por cosas de la edad; solo falla el presentador, que es un pedante notoriamente cretino). Solo hay que poner un poco de recursos, inventar un programa que vaya más allá del setting habitual de sofá y biblioteca, y dejar que las novelas, ensayos, poemarios y obras dramatúrgicas de nuestra magnífica literatura haga el resto. Señores de 'La Nostra', queremos más libros. Necesitamos más libros. La lengua se nos morirá si no propagamos la palabra en pantalla. Háganlo.