El golpe del ‘caso Errejón’ en Sumar es la última convulsión en un grupo parlamentario ya tocado desde su configuración el 23-J. Es precisamente alrededor de esa fecha donde está el principal foco de la crisis que interpela a Yolanda Díaz, Más Madrid y Podemos. Las 48 horas desde que se conoce la denuncia anónima difundida por Cristina Fallarás hasta la carta de dimisión de Errejón están reconstruidas. Fue Yolanda Díaz quien llamó al portavoz de Sumar el miércoles (23 de octubre) por la noche, “una de las llamadas más difíciles de su vida” y forzó su expulsión. Errejón reconoció los hechos de “machismo y vejaciones” a mujeres y fue incapaz de asegurar que no saldrían más casos. El carpetazo final fue en vano. Primero, por la necesidad de explicaciones. Y de esas respuestas, la principal es la denuncia anónima de una joven ese junio de 2023, a pocas semanas de las generales, durante la fiesta de un festival en Castellón que pasó por las tres marcas de izquierdas sin que ninguna hiciera nada.

Yolanda Díaz es la última parada de Íñigo Errejón y quien lo nombró portavoz parlamentario. La expresidenta ha querido cerrar el círculo en su comparecencia: Su equipo no le dijo nada, preguntó a Ione Belarra y a Más Madrid, y dieron el asunto por cerrado. Podemos dice que informó, por tanto, lo sabía, pero no precisa qué información trasladó a Díaz. Irene Montero era ministra de Igualdad y tampoco se conocen diligencias para ir más allá. Es más, pidió ir en las mismas listas donde iba Errejón de número 4 y Podemos compartió coalición electoral hasta la salida al Grupo Mixto.

Más Madrid ha cargado toda responsabilidad a la diputada madrileña, Loreto Arenillas, que se niega a entregar el acta. La ministra Mónica García reconoce que la gestión fue “insuficiente”. No profundizaron en su día y lo dieron por cerrado. Es cierto que el tuit era anónimo y desapareció a las dos horas. Pero la joven los señala por su nombre: “Se acerca una chica que se presenta como Loreto, y me dice que es amiga de Errejón”. Así que Más Madrid dejó las indagaciones en las peores manos. La declaración más clarificadora es la de Tania Sánchez al asegurar que a pocas semanas de las elecciones, con Yolanda Díaz configurando las listas más reñidas que se recuerdan, le dieron más peso al activo político de Errejón que a una joven sin identificar denunciando tocamientos en una noche de fiesta. 

La vida de Sumar como la conocemos terminará en esta legislatura. Lo más probable es que el artefacto electoral se desintegre en las marcas que lo integran

Hay otra zona de sombra que han reconocido las tres formaciones de izquierdas. Errejón se estaba tratando problemas de adicción y aun así pasó de un partido a otro hasta ser nombrado portavoz. Lo que nadie sabía era la gravedad de lo que hacía con las mujeres, el patrón y los abusos psicológicos y de maltrato. No existían denuncias formales, no es cierto que fuera vox populi en el Congreso y los testimonios de abusos han ido saliendo tras su cese.

Hasta ahora sabemos que nada funcionó en toda la cadena. No hubo protocolos de prevención, los mismos que Sumar impulsó por ley para su aplicación en empresas —como no los hay en el PP o VOX en el Congreso—. Fallaron “los mecanismos”, reconoce Sumar. Y también sus dirigentes. Y en este punto de las explicaciones, aunque falta detalle, hay que diferenciar entre quienes fueron responsables de minimizar la denuncia en junio de 2023 y que sean las dirigentes quienes tengan que responder por las agresiones de Íñigo Errejón.

La comparecencia con preguntas de Yolanda Díaz, cuatro días después de la explosión de la crisis, debía ser sobre la reestructuración de Sumar y el anuncio de la nueva portavocía (será mujer, seguro). Nada de esto podrán decidirlo por ahora. Este aldabonazo ha dejado extremadamente débil a una formación sin liderazgo orgánico (Díaz dimitió), a semanas de su cónclave y ejecutiva que debe sustituirla (Errejón era el autor del documento político) y con un Grupo Plurinacional tensionado por el reparto de carteras, comisiones y tiempos. Va a ser imposible para el partido que sustenta al Gobierno resolverlo de inmediato. Todo con una reforma fiscal y unos presupuestos por delante. En medio de dos crisis que tocan el nervio y eslabón del corazón de la coalición: corrupción y feminismo. 

La vida de Sumar como la conocemos terminará en esta legislatura. Lo más probable es que el artefacto electoral se desintegre en las marcas que lo integran. Está por ver si todo termina como empezó y Podemos e IU se unen en la próxima cita electoral. Incluso Pedro Sánchez ha dejado en el aire el futuro de la formación. Para entonces queda mucho… al menos lo suficiente para que Yolanda Díaz levante como pueda los 27 diputados que sostienen al Gobierno.