Si dedicáis muchas horas a las redes sociales, seguramente sabréis qué significan las siglas ASMR; porque os habréis topado con este concepto más de una vez y, en pleno arrebato intelectual, lo habréis buscado en Google. Pero si no sabéis de qué os estoy hablando, no os preocupéis, os lo cuento ahora mismo. ASMR significa literalmente: ‘autonomous sensory meridian response’; que traducido sería: ‘orgasmo cerebral’ —los catalanes siempre vamos directos al grano—, pero, literalmente, sería: ‘respuesta sensorial meridiana autónoma’ —el adjetivo meridiana no sé muy bien qué pinta, pero queda bien.
El ASMR u orgasmo cerebral es una experiencia tanto física como psicológica que suele manifestarse con una especie de hormigueo o escalofrío y, en algunos casos (los más afortunados), con un orgasmo. Supongo que ahora mismo os estaréis preguntando: ¿cómo?, ¿cómo?, ¡¿cómo es posible esto?! Calma, todo a su debido tiempo. Pues a través de una serie de estímulos, mayoritariamente auditivos y visuales.
Yo, al principio, no me lo creía; pensaba que era la típica estrategia de marketing para venderte un orgasmo. Pero lo cierto es que funciona (me lo ha dicho una amiga que ya ha tenido siete orgasmos y ocho escalofríos). Se ve que oyes unos sonidos y ves unas imágenes tan impactantes y relajantes para los sentidos, que se te ponen todos los pelos de punta; te desaparece la ansiedad y la rabia; se te llena el corazón de gozo y felicidad, y te quedas con los ojos en blanco y la boca abierta.
Para muchos jóvenes (y no tan jóvenes), escuchar y mirar estos vídeos o participar en directos de ASMR es un ansiolítico; son como caricias en el oído y en el cuerpo, como un oasis de calma y tranquilidad en una vida de estrés, incomprensión y soledad
Debo decir que, a mí, lo que realmente me relaja es llegar a fin de mes y no deber dinero a nadie —y si esto lo puedo hacer tumbada en una playa paradisíaca con un zumo de mango en las manos y una persona agradable dándome un masaje en la espalda, pues mucho mejor—. Pero que cada uno se relaje como quiera, faltaría más.
Volviendo al tema —cuando pienso en playas y mangos, me desconcentro—, este concepto se ha popularizado mucho en las redes sociales y corren muchos vídeos ASMR en plataformas como YouTube o TikTok. ¿Qué es un vídeo ASMR? Pues no es más que un vídeo muy estético (muchos colores, texturas...) en el que normalmente aparece una persona con un tono de voz muy dulce y suave que habla a través de un micro y que te acompaña en una experiencia de sonidos e imágenes para hacerte llegar hasta donde tú y tu inconsciente deseéis llegar (sensaciones de calma, bienestar, placer, excitación, diversión, alegría...). Los sonidos van desde susurros, música suave, sonidos de texturas, hasta el sonido de alguien hablando con la boca llena (alguien a quien, queda claro, no le han enseñado que esto no se hace, que es de mala educación y que es profundamente irritante para algunas personas —para mí no, ¡pero hay gente a la que le molesta mucho oír a alguien que hace ruido masticando!).
Para muchos jóvenes (y no tan jóvenes), escuchar y mirar estos vídeos o participar en directos de ASMR es un ansiolítico; son como caricias en el oído y en el cuerpo, como un oasis de calma y tranquilidad en una vida de estrés, incomprensión y soledad. Para otras personas, en cambio, es un momento de calma, de desconexión, de pasárselo bien, de mearse de risa o de excitarse. El ASMR es muy subjetivo, puede provocar tantas sensaciones como personas existen en el mundo. Si deseáis saber qué se siente, solo tenéis que probarlo, seguro que no os decepcionará.
Os he hecho un pequeño vídeo para que entendáis mejor de qué os hablo. Espero que os guste y os sintáis muy a gusto.