En un reciente artículo en este mismo diario, traté los niveles de formación de las personas en el mercado laboral catalán, concretamente de los activos, de los ocupados y de los desocupados, haciendo una cierta comparativa con la UE. En síntesis, ponía de relieve, con datos, el déficit de personal de nivel medio (con formación del tipo FP) y el gran peso de los titulados universitarios. Hoy me centraré en el tipo de empleos que desarrollan las personas ocupadas, en lo que viene a representar que piden las empresas. Lo haré utilizando la misma fuente de información (la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de este año).
Los 3,7 millones de empleados que hay en Catalunya se nos presentan de manera agrupada en nueve grandes tipos de empleos. La que suma más empleados es Servicios de restauración, personal, protección y vendedores, con una cifra de 736.000 personas, prácticamente un 20% del total; con unas cifras muy parecidas (724.000 personas) encontramos Técnicos y profesionales científicos e intelectuales. A continuación, con valores comprendidos entre los 300.000 y los 500.000 empleados, figuran cinco empleos bastante diferenciados cualitativamente entre ellos como son Empleados de oficina (contables, administrativos...), Técnicos de apoyo, Trabajadores cualificados de la manufactura y la construcción, Operadores de maquinaria (incluye a los transportistas) y, finalmente, los llamados Empleos elementales, que son los menos cualificados.
Queda por identificar un grupo de empleos menos numeroso, pero muy cualificado y crítico para el funcionamiento de la actividad productiva, como son los Directores y gerentes, en cierta manera los capitanes de barco, los responsables de comandar y supervisar las operaciones, de organizar los equipos, de planificar, etcétera. Estas personas, clave en toda economía, suman en Catalunya la cifra de 185.000 ocupados, un 5% del total. Finalmente, de los nueve tipos de empleos, el grupo menos numeroso de todos es el de los Trabajadores cualificados del sector primario, que suma en Catalunya 40.000 personas, un 1,1% de los ocupados.
La estructura por empleos que se da a Catalunya presenta una gran semejanza con la del conjunto del Estado, destacando si de caso un cierto mayor peso de Directores y gerentes y de Empleados de oficina, que se compensa con menores pesos de Empleos elementales, Trabajadores de la restauración, personal, etc. y Trabajadores del sector primario.
Uno se puede preguntar cómo se comparan las proporciones indicadas con las que se dan en otros países europeos. Para verlo he cogido dos economías avanzadas grandes, como son Alemania y Francia, y una también avanzada pero más pequeña que Catalunya, que es Dinamarca. En los tres casos el rasgo distintivo más claro es la diferente importancia que tienen los empleos de nivel técnico, los que podemos considerar motores cualificados del sistema productivo, sin considerar Directivos y gerentes. En Catalunya, los dos grupos de empleos de perfil más técnico suman prácticamente 1.200.000 personas, un 32% del total de ocupados. Es mucha gente y mucho peso relativo, pero la comparativa con los países indicados nos deja en una situación muy retrasada, porque concretamente estos empleos representan en nuestra casa 10 puntos porcentuales menos con respecto al total si nos comparamos con Francia y Alemania (42%), y (¡ojo!) 16 puntos menos que en Dinamarca, donde este colectivo sube ni más ni menos que hasta el 48%.
Otro rasgo diferencial claro de la estructura ocupacional catalana con respecto a Alemania y Francia es el gran peso que tienen en nuestra casa el grupo Trabajadores de restauración, servicios personales, protección y vendedores. Aquí, a consecuencia de la gran importancia económica del sector turístico, representan entre cinco y seis puntos porcentuales más que en Alemania y Francia, donde se sitúa en torno al 14%. En cambio, en Dinamarca estos empleos tienen un peso parecido al de Catalunya. En este sentido, también es de destacar el mayor peso en Catalunya (también en Dinamarca) de los Empleos elementales (empleados domésticos, limpieza, peones, ayudantes de cocina, etc.), que representan el 10,3% del total, casi tres puntos más que en Alemania y casi dos más que en Francia.
En síntesis, el tejido productivo catalán presenta, por un lado, un perfil global de empleos mucho menos tecnificado que lo que tienen países tecnológicamente más avanzados y, por el otro, un sobredimensionamiento de algunos empleos de servicios, en buena parte relacionados con la gran especialización turística que ha tomado nuestra economía, en detrimento de la histórica y decreciente especialización industrial.