Se ha hecho público que Madrid acogerá a partir de 2026 y hasta 2035 el Gran Premio de España de Fórmula 1. El acontecimiento tendría un impacto económico anual de 450 millones de euros, según anunciaron los políticos de turno en comparecencia conjunta con Stefano Domenicali, presidente y CEO de la Fórmula 1.

El Gran Premio de España de Fórmula 1 se celebra desde 1991 en el Circuit de Montmeló, y actualmente existe un contrato para asegurar dicho acontecimiento hasta 2026. Con la entrada en escena de Madrid, parece que se podría dar el caso de que a partir de esta fecha coexistieran ambas citas, la de Montmeló y la Madrid, una situación esta —la de dos premios en un mismo Estado— que ya se da en otros países, como Italia o Estados Unidos.

A diferencia de Montmeló, que es una infraestructura deportiva específica, la carrera de Madrid se desarrollará en un circuito urbano adaptado a los requisitos del acontecimiento, aunque una vez celebrado recuperará la funcionalidad anterior de calles y vías. Con este paso, la ciudad se incorpora a la fiebre mundial por albergar carreras que sirven para poner las ciudades en el mapa del mundo, gracias a que los premios los siguen más de 200 millones de personas.

La Generalitat históricamente se ha escudado en el tópico argumento de que el Circuit es un motor económico para el turismo y para proyectar la imagen de país. De hecho, la F1 es el acontecimiento más importante: con datos de 2023, los espectadores que asistieron al Circuit a lo largo de los cuatro días que dura, representaron prácticamente la mitad del total de los 605.000 espectadores del año pasado.

El proyecto de F1 en Madrid sería financiado completamente por el sector privado, por parte de grandes empresas multinacionales. Por el contrario, el Circuit de Catalunya, con los años que lleva celebrándose, curiosamente todavía no ha encontrado la manera de animar a este sector para poner dinero, razón por la que la Generalitat aporta avales para garantizar los ingresos que no se logran con la venta de entradas.

Los propietarios del Circuit son la Generalitat (78,3%), el Ajuntament de Montmeló (7,2%) y el RACC (14,4%). Pero quien responde realmente es la Generalitat (el conseller de Empresa i Treball, Roger Torrent, es el presidente de la institución), dado que los otros dos socios ya hace muchos años que se han desentendido de aportar dinero para tapar las pérdidas que va acumulando.

¿Cuál es la aportación del Circuit al progreso de Catalunya, aparte del turismo, un sector sobredimensionado en Barcelona?

El coste del Circuit para la Generalitat ha sido siempre un tema de controversia. Las pérdidas acumuladas desde 2009 superan los 70 millones de euros. Algunas fuentes sitúan la factura pública desde 2013 en más de 140, aportados sobre todo por la Generalitat, y también por el Ajuntament de Barcelona, la Diputación y, en una pequeña parte, el gobierno español. En 2021, por ejemplo, la Generalitat puso 29 para equilibrar las cuentas de la entidad. Sean cuales sean las cifras, económicamente, los beneficiarios directos de la F1 (los espectadores) no cubren los costes y generan déficit; y los beneficiarios indirectos (hostelería, transporte aéreo, restauración, ocio, etcétera) no quieren poner dinero.

Más allá de la propiedad y las aportaciones para cubrir déficits, hay otros aspectos que a mi criterio son tanto o más relevantes que todo lo anterior. Las apunto con motivo de la Fórmula 1, pero son aplicables a otros acontecimientos de carácter parecido y al equipamiento en general:

  1. ¿Las 120 hectáreas que ocupa el Circuit para el sector del ocio y la proyección internacional de Barcelona, en una zona tan saturada como Granollers y municipios del entorno, es el mejor uso posible de un territorio tan valioso como este?
  2. ¿Cuál es la aportación del Circuit al progreso de Catalunya, aparte del turismo, un sector sobredimensionado, aún más en la principal ciudad beneficiaria, que es Barcelona?
  3. Se ha utilizado metafóricamente que el Circuit es (o puede ser) un equipamiento puntero y motor para la economía. De momento, es motor de competiciones de motor y disfrute para los amantes de la velocidad, que no se puede decir que representen a la población de un país necesitado de mejorar tantos servicios básicos, por delante de los servicios lúdicos.
  4. ¿Alguien ha pensado en las externalidades negativas que genera el Circuit a los residentes de los alrededores afectados? Las congestiones puntuales de los accesos son un pequeño problema al lado del ruido en entrenamientos, carreras y otros acontecimientos prácticamente continuados (un movimiento ciudadano lo denuncia, aunque con poco éxito, a través de www.foracircuit.wordpress.com).
  5. Seguir potenciando una infraestructura que descansa en actividades consistentes en quemar combustibles de efecto invernadero (una pequeña parte en las carreras, y la mayor parte en los desplazamientos de los fans, por carretera, avión, etc.) no liga con el uso de dinero público, por mucho que existan proyectos para potenciar la movilidad verde o que se instalen placas solares.

Francamente, si la F1 se va a Madrid y allí lo paga todo el sector privado y sin necesidad de inversión pública, ¡mi enhorabuena! La pregunta es, ¿qué hacemos nosotros con el Circuit ahora que está y que nos cuesta tanto dinero a todos los catalanes?