Este otoño es probable que sea la última vez que Pedro Sánchez es reelegido como secretario general del PSOE y las claves de fondo son similares a su aterrizaje triunfal de 2016. Un viaje circular, procés mediante. El PSC le aupó en las primarias y Sánchez arrolló a Susana Díaz por más de 10 puntos. Las bases dijeron no al aparato, a los barones, a la vieja guardia y a la candidata andaluza, que planteó incluso acabar con la autonomía del PSC. Una revancha de los casi 180.000 militantes tras el Comité Federal (aquella noche de los cristales rotos del PSOE) sin paliativos.

Por la aceleración de los ciclos, será la última (penúltima, a lo sumo) reválida del presidente más resiliente en clave orgánica y de gobierno, por cómo se rehizo tras el ‘no es no’ y por cómo ha armado las distintas legislaturas con mayorías imposibles desde 2018. Y si el PSC le aupó, el pacto fiscal y la financiación catalana marcarán ahora el 41 Congreso Federal: los mensajes, el debate de fondo y por cómo se colocarán los díscolos y afines. Y porque servirá de revulsivo para quienes el 28M solo vieron las causas de la pérdida de los gobiernos autonómicos en Sánchez o el desplome de Podemos. 

El PSOE tenía pendiente el rearme tras la debacle autonómica, cuando perdió seis comunidades de las doce donde hubo elecciones. Ahora, esa hoja de ruta de congresos y la elección de nuevos liderazgos dejará el camino pavimentado para intentar recuperar el poder autonómico. Refriega mediante, cada territorio y cada sucesión será una batalla orgánica. Gobernar 3 de 17 comunidades es un batacazo inédito y tampoco pueden volver a aspirar a gobernar sin Valencia, Madrid, Andalucía o Galicia. Cataluña tira, pero no tanto. Así que el Congreso antes de la próxima cita electoral se dará en medio del debate más divisivo en el PSOE, nervio fundacional en su tensión del Mediterráneo a la Meseta, será el revulsivo del Congreso Federal más relevante desde la ratificación de Sánchez hace ya siete años.

El PSOE tenía pendiente el rearme tras la debacle autonómica, cuando perdió seis comunidades de las doce donde hubo elecciones

Por eso se celebra en Sevilla, y por eso refuerza Sánchez a Juan Espadas frente a la alternativa soterrada que alienta de Susana Díaz. Ferraz espera procesos más calientes en Extremadura, donde podría haber una alternativa al secretario general actual, Miguel Ángel Gallardo. En Aragón, por la resistencia (que no control orgánico) de Javier Lambán y Castilla La-Mancha, con Emiliano García-Page como azote oficial del sanchismo. En las tres comunidades donde gobierna el PSOE, no esperan rival por la norma no escrita de respetar a sus dirigentes. Habrá más movimientos internos de los que se ven. Con el asturiano Adrián Barbón o el madrileño Juan Lobato de fondo. Y los más ruidosos, García-Page al frente. 

El PSOE sigue siendo el partido con mayor estructura democrática interna. Siete años después de la consagración, Sánchez volverá a escuchar a los militantes. La ponencia marco que coordinará el comité redactor, se enviará a primeros de octubre a las 4.000 agrupaciones locales, donde cualquier afiliado puede hacer enmiendas y propuestas. Más allá de la financiación, las líneas generales del Comité Federal pasarán por reforzar ideológicamente el partido. Si Trump gana las elecciones el 5 de noviembre, el PSOE será el último bastión socialdemócrata con peso junto a Olaf Scholz, algo así como los últimos de una especie en extinción. Si ganan los demócratas, la constelación se amplía. Los servicios públicos, la desinformación, la hoja de ruta frente a la ultraderecha… serán los temas del documento marco, con el pacto fiscal como piedra de toque para los más críticos.

Se escribirá mucho en el camino hacia el Comité Federal y veremos si Sánchez consigue la penúltima proeza en el dominio del debate. Apartar la espinosa financiación autonómica con el paso marcado por el pacto ERC-PSC. No será fácil, los altavoces son muchos. El reto de Sánchez pasa por centrarse en una reelección holgada y en dejar un partido que más pronto que tarde será oposición en lo nacional y aspirante a recuperar el poder autonómico y local. Los que ahora se consoliden coincidiendo con el PSOE en el gobierno, serán la resistencia de lo que venga.