Después de que el independentismo haya perdido la mayoría absoluta en el Parlament de Catalunya Junqueras ha pedido cinco meses de reflexión para prepararse el congreso de ERC, Botran ha dicho que la CUP debe refundarse y Puigdemont quiere rehacer puentes. Tres líderes del independentismo, de una u otra forma, plantean que es necesaria una revisión. Me parece muy acertado. Pero la forma en la que se está planteando puede ser un error. Pues los tres lo han dicho en clave de partido y no en clave de movimiento. El historiador Jaume Vicens Vives escribió en Notícia de Catalunya "no hay posibilidad de cultura o de vida política y económica sin la existencia de un grupo humano que comprenda los objetivos a alcanzar por la sociedad que gobierna o dirige". El independentismo debe revisar sus objetivos. El independentismo debe reconocerse, de nuevo, como un grupo humano que gobierna o dirige. Partidos, entidades, personalidades independentistas: es necesario un nuevo programa conjunto.
La valoración de Pedro Sánchez y Salvador Illa al ver que el independentismo no suma mayoría absoluta ha sido tratar de dar sentido plebiscitario a las elecciones. Cuando el independentismo tenía mayoría absoluta no lo eran, pero ahora sí. Va de eso. Y el independentismo debe reaccionar. Haciendo la rectificación que una parte de la sociedad les ha pedido. Haciendo las paces entre ellos. Definiendo claramente cuáles son los nuevos objetivos y, atención, fijando un programa de gobierno. Si la voluntad de rehacer puentes, de reflexionar y de refundarse es honesta, el independentismo tiene una segunda oportunidad para seguir gobernando las principales instituciones de Catalunya: provocando la repetición de las elecciones al Parlament el próximo octubre.
Cuando las elecciones no van de independencia, el cuerpo electoral independentista no vota en esa clave
El argumento de "separados somos más" esta vez no ha funcionado. Sin mayoría absoluta clara —un acuerdo del PSC con PP y Vox, aunque posible como se ha visto en Barcelona, es muy forzado— Illa presentará candidatura porque ha quedado primero. Yendo separados los independentistas esto es así. Solo con que hubieran ido juntos ERC y Junts sería bien distinto. Un 55 a 42, a pesar de haber perdido la mayoría absoluta, convertiría el argumento de Illa favorable a los intereses del independentismo. Solo con que fueran juntos Junts y Esquerra en la acción política de Madrid, el PSOE no lo tendría nada sencillo para decidir según qué en Catalunya. Porque en política no siempre dos y dos son cuatro. En ese caso, catorce es mucho más que siete y siete. Según cómo se refunde el independentismo, una repetición electoral, que a la mayoría de partidos debería darle pánico, es justamente lo que les permite aguantar las posiciones. Y con un plan de gobierno ejecutándose, entonces sí, que se repiensen.
Porque el programa de gobierno del independentismo no puede ir sobre un casino. Debe tratar el déficit fiscal. Y la crisis de Rodalies. Y la lengua catalana. Y las infraestructuras. Y sí, debe decir cuál es la vía catalana por la independencia. Y sobre este programa es necesario que los partidos pacten, no que se peleen. Ya hemos tenido bastante de peleas que nos han ido empequeñeciendo electoralmente. Es necesario un grupo humano que comparta los objetivos a alcanzar, como decía Vicens Vives.
Se ha visto que cuando las elecciones no van de independencia, el cuerpo electoral independentista no vota en esa clave. Y esto es utilizado por los no independentistas para realizar una interpretación precisamente, ahora sí, en clave independentista. También es cierto que esto no puede durar siempre y que los partidos deben poder ofrecer modelos de sociedad diferentes para que los ciudadanos podamos escoger. ¿Pero qué sentido tiene hacerlo ahora si no eres dueño ni de la propia riqueza que generas y estás sufriendo represión y exilio?
¿La gente está cansada de ir a votar? Sí, tanto los independentistas como los no independentistas. Pero de aquí a octubre, si se hacen los deberes, pueden haber cambiado muchas cosas. Todo depende de si se ha empezado por refundar unos partidos o el independentismo.