Cuando todos señalan a quien conduce en dirección contraria, el kamikaze está localizado. En palabras de quien fuera la Representante Comercial de Estados Unidos de Joe Biden: “El tsunami viene para todos” pero está provocado por un solo actor. Es la primera vez que una posible recesión global se dispara por una decisión política deliberada. Kamala Harris lo predijo con la mitad de lo ya anunciado. “Los mercados van a subir como nunca”, dijo Trump. Y caen con más velocidad que en la crisis de 2008. La sangría trumpista es irreversible en lo geopolítico y en bolsa. Y es posible que esta segunda legislatura deje a las democracias liberales sin un lugar seguro donde volver. En tres meses, Estados Unidos es un actor impredecible, inestable y un valor poco seguro. Los tres enemigos de la economía financiera. Ahora la incógnita es cuánto dolor será capaz de aguantar Trump y cuánta presión de Wall Street, de los CEO de multinacionales, del old money y de sus propios socios. El caos que cree dominar en breve lo percibirá como indomable. De los planes para construir los tres imperios —Estados Unidos, China y Rusia—, el primero que va a sufrir los daños es Estados Unidos. A las pérdidas mil millonarias, se sumará la reacción de los ahorradores y consumidores americanos a la pérdida de sus ahorros y al desplome de sus fondos de pensiones.
En el aterrizaje nacional, Pedro Sánchez sale reforzado a corto plazo. El PP necesita cierto deshielo con el PSOE para distanciarse de Vox, y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, tiene el perfil para rebajar el tono político y mantener la mesa de diálogo con el equipo económico de Alberto Núñez Feijóo. El revival del 23J ha pillado al PP cerrando los pactos de presupuestos autonómicos con la ultraderecha. De nuevo, solo ha podido consumar el de Valencia, y Murcia y Aragón esperan en el cajón. En este contexto, no será fácil para Feijóo vender como un éxito los acuerdos con el único partido que apoya la masacre arancelaria.
El viaje de Pedro Sánchez a China es clave y coincide que estaba cerrado con Xi Jinping. El objetivo es abrir mercados y aumentar las exportaciones en un país donde más de 400 millones de personas tienen una renta per cápita equiparable a la occidental. La interlocución de Sánchez con China está coordinada con la Comisión Europea, sin mucho margen a la crítica política fácil. De hecho, una representación de la patronal CEOE acompaña al presidente y Antonio Garamendi lo defiende como “un mercado importante”.
En tres meses, Estados Unidos es un actor impredecible, inestable y un valor poco seguro. Los tres enemigos de la economía financiera
En medio de las turbulencias, ha pasado desapercibido el mensaje de Aitor Esteban, presidente del PNV, pidiendo a los socios unos presupuestos “por responsabilidad”. El escollo ahora es Podemos, no tanto Junts o ERC, según la percepción del Gobierno. Para negociar unos presupuestos, han pasado de pedir medidas sociales e inversiones a expropiaciones de prácticamente el 40% de los pisos entre fondos de inversión e inmuebles vacíos, unos aranceles a EE.UU. imposibles de aplicar unilateralmente o romper relaciones con Israel y salir de la OTAN. Peticiones de máximos como consecuencia de haberse lanzado ya a las generales. El anuncio de la candidatura de Irene Montero abre en canal la pugna con Sumar por encabezar el movimiento de izquierdas en el próximo ciclo. No hay ninguna posibilidad de que Podemos y Yolanda Díaz vayan unidos, a no ser que Díaz lo haga detrás de Irene Montero. Y si la dinámica se mantiene, podría repetirse el escenario de 2019, con Podemos e IU, por un lado, y el espacio de Compromís y lo que quede de Más País, por otro.
En el minuto-resultado, las cuentas de 2026 siguen congeladas. En el Congreso, veremos algo de deshielo de cara al parón vacacional de Semana Santa y tres semanas seguidas sin pleno. Para aflojar, el PSOE votará a favor de quitar el pleno que coincide con la convención de los populares europeos en Valencia (es más rentable políticamente la foto Feijóo-Mazón que una jornada de votaciones) e incluso a favor de regular el debate del Estado de la nación.
El frenazo financiero, la amenaza de la vuelta de la inflación y la recesión en Estados Unidos lo taparán casi todo. En el abril europeo se juega la respuesta coordinada a los aranceles de Trump. Mientras, Sánchez reforzará su papel en Asia, en Luxemburgo se decidirán los aranceles al acero y al aluminio, y se cerrará la foto fija de la amenaza arancelaria del 25% a Europa. Aún sin presupuestos, se impone la política macro.