En el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se establece que todo el mundo tiene derecho a la libertad de expresión y de  opinión. Este derecho incluye la libertad de investigar, recibir y difundir información por cualquier medio y en todas partes.

¿Por qué consideramos tan fundamental el derecho a la libertad de expresión?

Sin libertad de expresión, la población desconoce los hechos  —o, como mínimo, todos los hechos — y, por lo tanto, no dispone de la información necesaria para tomar las decisiones más adecuadas.

Sin una información de calidad se hace difícil, si no imposible, poder participar en los debates públicos, en los debates democráticos.

La libertad de expresión garantiza a los individuos y a determinados colectivos minoritarios que su voz será escuchada y, por lo tanto, visibilitza sus demandas, sus necesidades. La libertad de expresión permite investigaciones públicas que desincentivan las malas praxis y la corrupción.

Unos medios fuertes e independientes garantizan la transparencia y ayudan a controlar el funcionamiento de las administraciones y, por lo tanto, a denunciar las incompetencias y a reducir aquellas decisiones erróneas que en momentos de emergencia adquieren mayor relevancia.

Estos son solo algunos ejemplos de la trascendencia de este derecho en situaciones de normalidad, pero la libertad de expresión es más necesaria que nunca en momentos de grave crisis, como la que representa la actual pandemia.

La libertad de expresión permite investigaciones públicas que desincentivan las malas praxis y la corrupción

En estos momentos, la salud de la población depende de una atención sanitaria de calidad, como la que están prestando nuestros profesionales en circunstancias muy difíciles, pero también de tener acceso a una información cuidadosa, científicamente verificada, de los tratamientos y de la forma de protegerse uno mismo y a su familia. Por ello, es esencial que los gobiernos y las administraciones difundan información fiable y en formato accesible para  todo el mundo.

Al mismo tiempo, en estas situaciones de emergencia sanitaria, el periodismo —el buen periodismo— es crucial para suministrar al público una información crítica y monitorizar y vigilar las acciones de los gobiernos.

En estos momentos, cualquier acción de restricción o de criminalización por parte de los gobiernos de una información crítica sobre la gestión de la pandemia puede crear, paradójicamente, una amplia desconfianza sobre la información institucional, retrasar el acceso a una información fiable y representar un impacto muy negativo a la libertad de expresión.

El máximo respeto a la libertad de expresión y a la seguridad jurídica es fundamental en estos tiempos inciertos.

Los valores de la libertad, incluyendo obviamente la libertad de expresión y de información, y el derecho y el respeto a los derechos humanos son los principios sobre los que se sustenta el sistema democrático y a la vez es lo que permitirá una respuesta más eficaz y eficiente a la crisis que representa la pandemia del coronavirus.

 

Roger Loppacher i Crehuet, president del Consell de l’Audiovisual de Catalunya