Catalanes, catalanas, tenemos un grave problema con el sistema sanitario catalán: por un lado, cada vez es más difícil encontrar médicos, enfermeros y personal sanitario que hablen catalán y que, por lo tanto, nos puedan atender en nuestra lengua; y por el otro, cada vez recibimos una atención sanitaria más descuidada. Y las consecuencias de esta situación (que van desde morir oyendo una lengua que no nos es propia hasta recibir diagnósticos equivocados y, por lo tanto, ser tratados inadecuadamente) recaen directamente sobre los ciudadanos, que han pagado sin dilación la cuota de la Seguridad Social.
¿Por qué os hablo de todo esto? Pues porque ya hace tiempo que los médicos, enfermeros y personal sanitario se quejan de que trabajan en malas condiciones, y creo que es necesario hablar de ello, ya que nos afecta a todos. Hoy me centraré en los/las enfermeros/as y los/las comadrones/as (a partir de aquí utilizaré el masculino genérico, y al que no le vaya bien, pues, se tendrá que aguantar), que, a pesar de ser dos figuras imprescindibles en el ámbito sanitario, no se les valora como se merecen. Como todos sabemos, todo este estruendo estalló el 22 de noviembre de 2023 cuando el señor Manel Balcells (consejero de Salud) anunció un nuevo acuerdo laboral con los trabajadores del ICS (Institut Català de la Salut), Médicos de Cataluña y los grandes sindicatos (CCOO, UGT y el sindicato de enfermería SATSE), a través del cual aseguraba que conseguiría mejorar el sistema sanitario y la atención a la ciudadanía. ¿Vosotros habéis visto alguna mejora? Yo tampoco.
Lo único que sabe hacer el Gobierno de la Generalitat para quitarse las pulgas de encima es excusarse diciendo que «eso no depende de ellos, sino del Estado (español)» y que «no hay dinero»
¿De qué se quejan los enfermeros y los comadrones? Principalmente, se quejan de que deben atender a más personas de las que pueden asumir (una ratio inadecuada); que no se les reconoce la categoría profesional A1 (los tratan como diplomados); que les hacen contratos que parecen chistes (sueldos bajos y diez contratos en un año en vez de un solo contrato que se corresponda con su categoría profesional); que les ponen más tareas de las que pueden asumir y esto provoca que tengan menos tiempo para atender a los pacientes; que no se valoran suficientemente sus conocimientos, y, en el caso específico de los comadrones (mayoritariamente mujeres, por no decir el 100 %), que los tratan como enfermeros, que no se les tiene en cuenta la especialidad o la consideran inferior y que no les asignan una población para que la atención pueda ser continuada.
En cuanto a los comadrones, en los próximos años irán disminuyendo tanto en Cataluña como en el Estado español. Según la Asociación Catalana de Comadronas (ACL): «en la Unión Europea hay 69,8 comadronas por cada 100.000 mujeres y 25,9 comadronas por cada 1.000 nacimientos, mientras que en Cataluña la cifra desciende hasta 17 comadronas por cada 100.000 mujeres y 10,4 comadronas por cada 1.000 nacimientos». Y a todo esto se suma el hecho de que entre 2022 y 2026 se jubilarán 711 comadronas en todo el Estado español y que solo se están formando 377. Los números no salen...
Ante todos estos despropósitos, lo único que sabe hacer el Govern de la Generalitat para quitarse las pulgas de encima es excusarse diciendo que «eso no depende de ellos, sino del Estado (español)» y que «no hay dinero». Ni un niño de tres años habría hecho mejor eso de esconder la cabeza bajo el ala. Mientras, en el mundo real, los ciudadanos, después de haber saboreado durante años un sistema sanitario que era envidiado en todo el mundo, no estamos bien atendidos ni en los centros de atención primaria ni en los hospitales ni en las residencias. Eso sí, cabe decir que el conseller Manel Balcells ha presentado, conjuntamente con la consellera de Igualdad y Feminismos, Tània Verge, un plan «pionero en Europa» para abordar la violencia obstétrica y la vulneración de los derechos sexuales y reproductivos. Y yo me pregunto: ¿cómo piensa llevar a cabo este supermegaplan si no tenemos ni comadrones ni comadronas para atender a las mujeres?