La lista de comparecientes del Congreso y Senado por el caso Koldo versus caso Ayuso marca el guión por capítulos de la temporada primavera-verano con epicentro en las Cortes. El PP ha vendido la benevolencia de no citar a Pedro Sánchez o a Begoña Gómez, “por ahora". Alberto Núñez Feijóo lo reserva para más adelante, con la duda de traspasar una línea roja de imposible vuelta atrás. Pasada la tramitación de la amnistía —aunque le quedan semanas de trámite, no da mucho más de sí— la cámara alta será la comisión de oposición al Gobierno. Las comparecencias cerradas por el PP pasan por el corazón de la Moncloa y Ferraz. De Santos Cerdán a una larga lista de ministros.
Podían haber llamado al entorno del Ministerio de Fomento y administrativo de José Luis Ábalos y Koldo García, foco real del caso, uno como responsable político, otro en lo judicial. Pero el objetivo no es saber qué falló para que los contratos de la pandemia tuvieran un coladero para el presunto derroche de mordidas y corruptelas. El fin es hacer desfilar al entorno directo de Sánchez y, desgaste mediante, terminar en el familiar.
El presidente del Senado llamará a Francina Armengol en un choque institucional sin precedentes. También desfilará Salvador Illa, previsiblemente, antes de la campaña catalana, pero no antes de las vascas, en sincronía con el tempo electoral. También irán el ministro de Administraciones Públicas, Ángel Víctor Torres, y el de Interior, Fernando Grande-Marlaska.
El objetivo no es saber qué falló para que los contratos de la pandemia tuvieran un coladero para el presunto derroche de mordidas y corruptelas; el fin es hacer desfilar al entorno directo de Sánchez
En el caso de Begoña Gómez, el marcaje es en diferido. No está citada, pero sí los empresarios que pasaron por el máster o se hicieron fotos con la primera dama. Una lista de nombres que no está en el caso Koldo, que nada tiene que ver con los contratos de la pandemia, y sí con las noticias que utiliza el PP para construir la causa. El Instituto Empresa, donde Begoña Gómez dirige el máster, aparece en el listado; también Javier Hidalgo de Globalia o el empresario Carlos Barrabés, a quien firmó una carta de recomendación. Son conexiones sin irregularidades de fondo, “estéticamente cuestionables”, según reconocen incluso en el PP, pero que ayudan a Feijóo hacia lo que denominan intencionadamente “el colapso” de la legislatura.
A partir de ahora, tres ejes atraviesan la actualidad nacional. El triplete electoral hasta junio, el rifirrafe de las comparecencias y la acción política del Ejecutivo. De las elecciones, el match point está en el 12-M y, si no son un éxito para el PSC, se sumará a esto el margen de diferencia PP-PSOE de las europeas.
Mientras, el Ejecutivo va a intentar abrir una vía para las políticas del gobierno. Esta semana Pedro Sánchez ha empezado por la agenda de vivienda. Una cartera difícil de explicar cuando se traslada a la opinión pública. La vivienda es como la inflación, el ciudadano lo valora positivamente si no le carcomen el bolsillo los precios o si tener casa no se lleva todo el sueldo.
¿Las políticas de vivienda son un reto mayúsculo? Sí, a izquierda y derecha. ¿Requieren una alianza de todas las administraciones públicas como un objetivo país? También. Pero tiene dos limitaciones importantes. No puede obligar a las comunidades a aplicar la ley y la construcción de parque público es lenta. Dos obstáculos naturales de esta agenda, y más cuando hemos pasado de la política del corto plazo al inmediato.