Querido Sr. Cambray,

Hace unos días su conselleria hizo público un tuit de propaganda en el que resumía, con ocasión de fin de año, los avances conseguidos a lo largo de 2022. Cual fue nuestra sorpresa de Tietes, como depositarias de la confianza y gestoras de la ingente cantidad de quejas que generan usted y su departamento, al comprobar que nuestro propio balance no podía ser más opuesto. ¡Caramba, Sr. Cambray, parece que vivamos en universos paralelos y cada vez que lo escucho se me parece más usted a su homónimo del Twitter (@realcambray) que predica las virtudes de las constelaciones familiares y la biodanza, los batidos Herbalife y la evidencia científica del tarot y la astrología para principiantes! Eso nos ha obligado a nosotras, Les Tietes, a dejar de lado por un momento las compras de Reyes, los turrones, las uvas, el matasuegras, las bragas rojas y las discusiones con el cuñado sobre en qué cadena seguir las campanadas (que si la caspa de Los Morancos en la 1, las alegres transparencias de la Pedroche en Antena 3, nuestro Joel Joan en 8tv o Miki Núñez en la Tele3, personaje que por edad ya no sabemos ni quién es). Y como hacen en los medios de comunicación prestigiosos y de referencia, nosotras, Les Tietes en persona, le queremos hacer llegar la verdadera memoria de todo el año. Vaya tomando nota, conseller, que se le viene trabajo para 2023.

Para empezar, no se piense usted que ha resuelto del todo el conflicto laboral con sus queridos sindicatos. Tendrá que volver a poner en práctica sus míticas dotes de liderazgo y mediación con las nuevas huelgas convocadas para el 25 y 26 de enero. ¡Vaya calentando motores! Tan pronto como se reanude el curso escolar, le caen encima una serie de reivindicaciones pendientes como la reducción de las dos horas lectivas para los mayores de 55, los sexenios convertidos por arte de magia en "nonagenios" por gran parte del profesorado, el pacto de estabilidad para el personal docente y laboral, la recuperación del poder adquisitivo perdido, el amiguismo de las plazas de profesorado asignadas a dedo... y un largo etcétera. El chocolate del loro de aquella horita lectiva que redujo al profesorado —en el momento más inoportuno— solo sirvió como pequeña tregua y ahora le retornará como un boomerang en forma de avalancha de críticas de las familias por el desbarajuste pedagógico que supondrá.

Tampoco dé por cerrado el tema del catalán, y vigile si para salir del fuego del 25% de clases en castellano, no se ha metido usted en las brasas de un TSJC que lo obliga a hacer más materias troncales en esta lengua. ¿Seguro que no podía prever esta debilidad invasiva de los jueces españolizadores? ¿O es que quizás sí que lo preveía y nos vendió como victoria, por allá el mes de mayo, un decreto ley para blindar el catalán que usted sabía que era papel mojado y, simplemente, buscaba darse un poco de aire en un año bastante complicado? ¡Qué listo que es, conseller! Pillín, pillín.

Lo que sí que es un dato incuestionable son los nefastos resultados obtenidos por el alumnado en las Pruebas de Competencias Básicas que bajan en todas las materias tanto de 6.º de primaria como de 4.º de la ESO

Otra de sus medidas estrella de este año, el feminista y conciliador avance del calendario escolar, ha resultado ser otro propagandístico fiasco. Ni las madres han visto ninguna ventaja, ni la monitorización estaba garantizada, ni el alumnado ha salido beneficiado porque solo han ido a la escuela a jugar y a chamuscarse, condiciones que se repetirán cada inicio y final de curso, dado que como medidas para paliar la emergencia climática, usted solo ha propuesto arreglar cuatro persianas estropeadas y cuatro toldos mal puestos. ¿Pues a quién ha beneficiado esta medida? ¿A las empresas de ocio? ¿A las que suministran los caterings para las comidas a las escuelas? Pregúnteselo; como también se tendría que preguntar si la ocurrencia, aplicada con calzador, favorecía que el profesorado pudiera preparar como era necesario el nuevo currículum de la LOMLOE que todo el mundo parece que tiene mucha prisa por implementar. Actualmente, los equipos docentes van como pollos sin cabeza, tanto en la ESO como en el Bachillerato, y van improvisando asignaturas optativas y proyectos a mansalva, sin ninguna evidencia científica de que el método sea realmente eficaz. Y además, la nueva selectividad ha quedado aplazada para el 2028 porque ni los supuestamente expertos tienen claro qué y cómo tienen que evaluar. ¿Eran necesarias tantas prisas?

Hablando de evidencias científicas, lo que sí que es un dato incuestionable son los nefastos resultados obtenidos por el alumnado en las Pruebas de Competencias Básicas que bajan en todas las materias tanto de 6.º de primaria como de 4.º de la ESO —hasta un escandaloso descenso de 5 puntos en matemáticas—. ¿Cómo es que, curiosamente, usted se olvida de mencionarlos en su balance propagandístico de final de año? Pillín, pillín. ¿De verdad cree que son únicamente imputables a la pandemia? ¿Lo dice seriamente eso? Como todavía le deben quedar unos días de vacaciones, Les Tietes, que siempre velamos por las mejoras educativas del país, le ponemos como deberes que analice una serie de causas que parece que le han pasado por alto: ¿no será que las metodologías que ya hace unos años que se están experimentando no son ni mucho menos tan fiables como nos quieren hacer creer? ¿No podría ser que la evaluación por competencias y los proyectos vacíen totalmente la educación de verdadero conocimiento? ¿No será también que la supuesta inclusión de alumnado con necesidades educativas especiales, sin dotarla de los recursos económicos necesarios, no ha sido más que una exclusión de facto del mencionado alumnado y ha generado un colapso del sistema? ¿Antes de cerrar las escuelas que se encargaban de atender esta diversidad ahora hace cinco años, no deberían ustedes haberse asegurado de traspasar todos los recursos a las escuelas ordinarias?

Conseller, si su balance del 2022 es engañoso y sesgado, peores son todavía las medidas de pacotilla que anunció en el Parlament como herramientas para enderezar el problema

Mire, conseller, si su balance del 2022 es engañoso y sesgado, peores son todavía las medidas de pacotilla que anunció en el Parlament como herramientas para enderezar el problema. Paradójicamente, ahora que los alumnos saben menos, usted hace pagar los platos rotos al profesorado, obligándolo a hacer cursillos de formación que dudamos que resuelvan nada. Por no hablar de los talleristas de rap y de teatro que dice que ahora contratarán y ofrecerán a las escuelas para desarrollar las habilidades en lenguas del alumnado. ¿De verdad cree que con esta medida resolverá la catastrófica evidencia de que uno de cada cuatro alumnos no entiende lo que lee cuando acaba la primaria, dato que el Consejo Superior de Evaluación del Sistema Educativo nos proporcionó ya en el mes de octubre? ¿Ante este tsunami de datos en contra, le es posible seguir durmiendo el sueño de los justos?

Podríamos seguir enumerando argumentos para que haga una memoria del año que cerramos más ajustada a la realidad, pero como se nos hace tarde y tenemos que preparar la bolsa de cotillón para dar la bienvenida al año nuevo, de momento lo dejaremos aquí. No obstante, no nos privaremos de manifestarle que estamos en total desacuerdo con que para resolver este desbarajuste baste con las medidas de digitalización de las escuelas que ustedes anuncian a bombo y platillo, aprovechando la lotería que les cae de los fondos europeos Next Generation. Pero de eso ya hablaremos extensamente otro día.

De momento, le deseamos una buena entrada de año, ya que 2022 ha estado lleno de retrocesos en educación por culpa de todos aquellos que se empeñan en persistir en el error.

Salud y, como a usted le gusta decir, hagámoslo todo, hagámoslo bien y hagámoslo posible... ¡en 2023!

Atentamente,

Les Tietes