La primavera ha llegado a España, y según los datos oficiales, estamos teniendo temperaturas inusualmente altas y apenas lluvias. El año hidrológico 2021-2022 fue el tercero más seco desde que estos datos se registran. 

Por lo que a este año hidrológico se refiere, que comenzó en octubre, España padece una situación de sequía prolongada que se ha venido acusando desde el pasado diciembre. Los datos revelan que ha llovido un 21% menos de lo esperado. Así nos lo señala la Agencia Estatal de Meteorología. 2022 fue el sexto año más seco de nuestra historia, y el más caluroso desde 1961, según los datos recabados. 

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico nos explican que las unidades territoriales de sequía (UTS) han crecido, y llama la atención sobre todo en las Cuencas internas de Cataluña, así como en el sur de Andalucía. A estos territorios se suma Castilla-La Mancha si hablamos de escasez coyuntural de agua. 

El Observatorio Europeo de la Sequía alerta y nos avisa de que, si la anomalía en la temperatura y en las precipitaciones persiste durante lo que nos queda de primavera, la situación podría volverse crítica. Los agricultores y ganaderos ya están en pie de guerra, y no les falta razón. Porque, si bien es cierto que todos dependemos del agua para vivir, el sector agropecuario es de vital importancia, es un eje fundamental. Y están absolutamente abandonados. 

Los pantanos en Cataluña están en estos momentos al 28% de su capacidad habitual. La segunda cosecha de grano ya se considera perdida, con 25.000 millones de euros que se evaporan. 

Desde la junta directiva de la Asociación Catalana de Comunidades de Regantes se acusó al Govern de Pere Aragonès de ser más restrictivo en cuanto al uso del agua se refiere con el sector agrario que con el industrial y con el del ocio

Ayer, precisamente, desde la junta directiva de la Asociación Catalana de Comunidades de Regantes se acusó al Govern de Pere Aragonès de ser más restrictivo en cuanto al uso del agua se refiere con el sector agrario que con el industrial y con el del ocio. Concretamente, han denunciado que el sector agrario está sufriendo las medidas más restrictivas de agua. "El regadío es sinónimo de producción de alimentos y, si no podemos producir porque no podemos regar, nuestro grado de autoabastecimiento alimentario decaerá por debajo del actual 40%, y eso comportará más importaciones, con las consiguientes afectaciones al cambio climático", señalaron. Por la situación extrema, reclaman que se ponga en marcha una mesa del agua de Cataluña donde se establezcan las bases para un futuro Plan Nacional del Agua. 

Desde Fenacore (Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España) también reclaman un Pacto de Estado por el Agua como una de las medidas estructurales necesarias para luchar contra la sequía y evitar el encarecimiento de los alimentos. Según señalan, la mitad sur peninsular ha perdido ya sus cultivos de secano al no tener prácticamente cosecha. En la cuenca del Guadalquivir solamente tienen capacidad ahora mismo para regar 1 de cada 10 hectáreas, llevando al sector a la ruina completa. 

Entre las medidas que proponen se encuentran: la exención de cánones de regulación y tarifas de utilización del agua en todas las cuencas afectadas por la sequía, para poder así minimizar las pérdidas y no pagar por un agua que no reciben. Plantean también establecer un IVA reducido del 5% para el suministro de energía al regadío; que se apoye el uso conjunto de aguas superficiales y subterráneas mediante la agilización de los trámites para la apertura de pozos de sequía y los aprovechamientos estratégicos de aguas subterráneas que complementen los déficits de agua en situación de sequía. Piden apoyo para el uso de recursos no convencionales, como aguas regeneradas y procedentes de desaladoras en condiciones asequibles. Además de estas propuestas, están las que apuestan por flexibilizar las ayudas de la PAC, apoyar los ERTE en las Comunidades de Regantes y explotaciones agrícolas, eximir del IBI en todas las instalaciones de regadío, bonificar las cuotas sociales y reducir los índices de rendimiento neto. 

En Alicante, el pleno del Consell acaba de aprobar por decreto la concesión de 2,5 millones de euros en subvenciones dirigidas a las comunidades de regantes usuarias del trasvase Tajo-Segura, para obtener una reducción de 10 céntimos del metro cúbico de agua desalada destinada al riego de cultivos. Una reducción que, sumada a la subvención establecida por el Gobierno a nivel estatal, llegaría a ser de 0,22 euros por metro cúbico. 

Medidas que no se consideran suficientes. No se ven efectivas para los 800.000 agricultores y ganaderos que tienen que hacer frente a una situación que cada vez preocupa más. En la cuenca del Guadalquivir, las pérdidas podrían llegar a ser de al menos 3.000 millones de euros. 

Ante esta situación no cabe en la cabeza que se estén llevando a cabo medidas como la demolición de presas o la construcción de playas artificiales en medio de la península. 

Desde 2005 hasta 2021 se han eliminado 634 presas y azudes, según recuerda FENACORE. Y es que España es, en este momento, el país europeo con más infraestructuras de este tipo demolidas

La demolición de presas y azudes que se está produciendo en España, solamente puede agravar más los problemas ya existentes. La de Valdecaballeros, ya tiene sentencia de muerte. Su desaparición supondrá un golpe para la economía de la zona, pero sobre todo, a nivel medioambiental. Desde 2005 hasta 2021 se han eliminado 634 presas y azudes, según recuerda FENACORE. Y es que España es, en este momento, el país europeo con más infraestructuras de este tipo demolidas. 

Pero este destrozo no es el único que no se deja entender. Lo más atroz que he visto hasta ahora es el plan que se está desarrollando a pocos kilómetros de mi casa. En pleno centro peninsular: la playa artificial más grande de Europa. Sí. En la provincia de Guadalajara, a 50 kilómetros de Madrid (https://www.larazon.es/madrid/playa-artificial-mas-grande-europa-lado-madrid-abrira-este-2023_2023041164357086f7cb370001ec3370.html)

Seguramente, esto que acaba de leer le haya hecho dar un respingo. No es para menos. Con la situación que estamos viviendo, hay quien no tiene mejor ocurrencia que dar el visto bueno a semejante barbaridad. 

Y no le he hablado de que se cobrará entrada, esperando unos 400.000 visitantes al año. Ya va quedando claro lo que interesa aquí. 

Y es que, por mucho que nos digan a los vecinos de semejante ocurrencia que el agua se reutilizará y no supondrá derroche, esto no hay por dónde entenderlo. 

El ayuntamiento de Alovera ha cedido diez hectáreas a una empresa privada constructora para construir la playa artificial con agua del grifo. En un secarral. 

Tanto desde el Ayuntamiento como desde los socialistas de la región, se ha dado el visto bueno. Pero lo cierto es que por el momento no se ha visto mover ni una brizna de hierbajo en el lugar. 

Un par de ejemplos de las decisiones que nuestros gobernantes toman mientras los regantes agonizan. Cuesta trabajo entender cómo es posible comenzar un artículo hablando de los datos que nos avisan de una posible catástrofe ante la sequía y terminar hablando de la construcción de la playa artificial más grande de Europa en medio de un secarral. Y lo que es peor, ¿qué opciones tenemos?