De un tiempo a esta parte se ha ido extendiendo la sensación de que hay una alta desconexión entre la ciudadanía y la política. Esta sensación se ha resumido en una frase, que habréis oído o incluso pronunciado, y que se concentra en muy pocas palabras: "uy, es que a mí la política ya no me interesa". Y seguramente, en el campo independentista esta sentencia se ha dicho más veces y de manera menos elegante. El caso es que "a mí no me interesa la política" es eso, una sensación. Porque en realidad te interesa más del qué te piensas. Me explico:

Si no te interesa la política pero tienes una opinión hecha sobre el enfermero andaluz que dice que vuelve a casa porque no se ha sacado el C1 de catalán, sí que te interesa la política. Si piensas que todo personal médico en Catalunya tiene que poder atender a sus pacientes en la lengua oficial y materna de un catalanohablante, te interesa la política. Si piensas que no, que es el paciente el que tiene que cambiar de lengua, también te interesa. Los puestos en la administración pública no se han creado, en principio, para dar trabajo a opositores sino para cubrir necesidades de la administración en su trato hacia el ciudadano. Como en Catalunya, todo ciudadano tiene derecho a ser atendido en catalán, la persona que ocupa aquel lugar en la administración tiene que saber catalán. Fin de la discusión. Si estás de acuerdo con este diagnóstico, te interesa la política. Y si no, también.

Que el estado ejecute un 45% de las inversiones en Catalunya y un 165% en Madrid es política"

Si consideras que Catalunya tiene que tener competencias plenas en inmigración porque así será la Generalitat y no La Moncloa la que decide cuántos, de dónde, y con qué requisitos el país puede acoger recién llegados, te interesa la política. Si ya te está bien que sea Madrid quien haga de repartidora sin tener en cuenta la realidad de cada territorio y piensas que tiene que seguir siendo una competencia de unos cuantos ministerios y no de la administración catalana, también te interesa la política.

Si vas cada día con un tren de Rodalies y día sí día también sabes que -como los penaltis a favor del Real Madrid- tarde o temprano caerá alguno, también te interesa la política. Que el Estado presupueste que en el 2023 invertirá 2.276 millones de euros en infraestructuras en Catalunya y solo ejecute 1.028 millones (es decir, un 45%, menos de la mitad) es política. Como también lo es que en el mismo periodo y partida, el gasto a la Comunidad de Madrid fue de un 212%, es decir, más del doble del previsto.

Hay que ver a quién le interesa que no haya interés por la política"

Todo eso es política. Como también lo es la agenda institucional del president Salvador Illa. Que en los cuatro meses que lleva| en el cargo se haya visto media docena de veces con el Rey y ninguna con su antecesor, Carles Puigdemont, o que opte por ir a la celebración del día de la Constitución y no a la Nit de Santa Llúcia, también es política. Y por cierto, tanto él, el presidente Illa, como el PSC tienen muy claro que lo es, la ejecutan a la perfección, y les está dando muchos réditos porque, precisamente, lo presentan como si no fuera política sino simplemente sentido común.

Así pues, más que no interesarte a la política lo qué no te debe interesar es un tipo de política. Porque personas que dicen que no les interesa la política hay en todas partes. Y quizás lo que hay es un cierto interés en promover que la política no interesa. Y justamente lo que hay que ver es a quién le interesa, políticamente, que no haya ese interés por la política.