Querida Esther,
Me dirijo a ti con esta franqueza, porque me pongo en tu piel y yo estaría bien indignada. Mientras sigamos viviendo bajo el dominio de estos círculos exclusivamente masculinos y machistas como el de nuestros respectivos jefes, tú y yo, como mujeres, seguiremos siendo invisibles y ninguneadas, relegadas a ser meras oficinistas, eso sí, muy eficientes. ¿No te subió la presión y estuviste a punto de sufrir una embolia cuando viste que tu president, Salvador Illa en persona y mi boss, Andreas Schleicher, parecían pichones haciéndose carantoñas mientras firmaban el acuerdo de gobierno para enderezar el desastre educativo de tu país? ¡Solo les faltaba el puro y la copa del coñac ese vuestro que llamáis “Soberano”, que “era cosa de hombres”! Ay, chica, es que acabo de leer el libro de Martine Delvaux, que explica cómo funciona eso de la fraternidad entre los varones en los Boys Clubs y estoy muy concienciada de ello. Te lo recomiendo, reina. Nunca había visto nuestra condición subalterna tan claramente. ¿Que no lo tendrías que haber firmado tú, como consellera de Educació, este acuerdo? Mira que no te pase como a mí, que tenía que convertirme en directora de Educació i Competència y mírame ahora, relegada a secretaria, llevándole la agenda al capo de la OCDE.
En fin, déjame que me presente, que el otro día no te pude saludar. Soy Gerda y te escribo movida por el más puro sentido de la sororidad femenina y por el resentimiento. Ya sé que, con lo que te diré ahora, cometo alta traición y me peligra el trabajo, pero como estoy a punto de jubilarme y para lo que me queda en el convento, prefiero hacer una buena obra para una sister que dejar impune la mala fe de los malditos hombres de negro. ¿Tú tienes alguna idea del pacto que Salvador y Andreas firmaron el otro día? ¿Acaso has visto los acuerdos rubricados el miércoles? A estas alturas, yo no tengo ninguna constancia de nada con respecto a los términos del documento que pactaron, y eso que por oficio tendría que ser la primera en enterarme. Sin embargo, digan lo que digan, y aunque los dos capos se llenen la boca de buenas palabras, te quiero advertir que mejoras en educación, equidad, cooperación, desarrollo y justicia social, bla, bla, bla... verás muy pocas. Y menos todavía en el tiempo récord de cuatro años que se han marcado como horizonte para mejorar los resultados educativos. Desconfía de todo y de esto último todavía más. ¡Milagros a Lourdes!
El mismo organismo que, priorizando criterios económicos por encima de los educativos, ha provocado el desastre, ahora se os presenta como la solución y vosotros vais y la compráis
Como ya debes saber, mi boss fue el creador de las pruebas PISA en el año 2000, las que empezaron a introducir la evaluación por competencias en los sistemas pedagógicos. En realidad, las mencionadas competencias no eran otra cosa que una excusa perfecta para meter criterios neoliberales y economicistas en los currículums educativos. Porque el propósito de la escuela no era ya el de formar ciudadanos críticos y académicamente solventes, sino el de adiestrar a futuros trabajadores competentes y lo más baratitos posible. ¡Total, para acabar de licenciados mileuristas haciendo de camareros! Por eso los resultados no han parado de descender desde entonces. Y ahora cínicamente fingiremos que las causas de este declive formativo son totalmente externas: que si la diversidad en las aulas, que si la inmigración masiva, que si el mal uso de la tecnología, etc. Pero vosotros tranquilos, porque nosotros, la OCDE, que de hecho os hemos causado el problema, estamos aquí para ayudaros a enderezarlo. Si lo piensas bien, es exactamente como contratar a un bombero pirómano para que te apague los fuegos de California: el mismo organismo que, priorizando criterios económicos por encima de los educativos, ha provocado el desastre, prueba PISA tras prueba PISA, ahora se os presenta como la solución y vosotros vais y la compráis.
¿Crees quizás que exagero y que no hay para tanto? Quién te piensas que son estos de la OCDE a quienes yo les llevo la agenda desde hace tantos años?! Te recordaré que Andreas el mayo pasado fue el invitado de honor de la Reunión anual del Cercle d'Economia de Barcelona (RCE) —por cierto, con el patrocinio del famoso y cuestionado programa pedagógico para enseñar matemáticas, Innovamat— donde dio una charla con el significativo título de “La educación como palanca para la productividad”. Qué me dices eso, chica: ¿justicia y equidad riman con productividad? Ve con cuidado, reina, que estos de la OCDE, que son uña y carne con los de tu partido, el PSC, son los que cortan el bacalao financiero de verdad, no como aquel grupo de aficionados de la Bofill, por mucha subvención que reciban y muchos pisos turísticos que tengan en Barcelona. Cuidado, porque encomendarse a la OCDE tiene sus riesgos, no sea que os pase como a los pobres griegos que en 2010 sufrieron la intervención sin miramientos de los malditos hombres de negro de la Troika y de la misma OCDE, y que con sus supuestos rescates y consecuentes recortes acabaron endeudados, desmoralizados y con la dignidad desmenuzada. Poca broma con quien te la estás jugando.
Nada más, querida Esther. Yo ya he hecho mi trabajo advirtiéndote de la partida que los boys están jugando con el secretismo de sus acuerdos. Te deseo mucha suerte como consellera. La necesitarás.
Gerda, sister.