Querida Sra. Simó,
Soy Maria dels Socors Díez, y tengo un safari fotográfico en Tanzania contratado y pagado desde hace tres meses para ir con Toni (mi marido) y mi niño, y me veo venir que este año quizás no estaré a tiempo por culpa de todos los líos que su departamento ha provocado. Desde hace 11 años dirijo un instituto de secundaria del Vallès Occidental y siempre nos las hemos arreglado lo bastante bien con las compis de la junta directiva para empezar las vacaciones durante la segunda quincena de julio, porque nosotros sí que somos eficientes y lo dejábamos todo terminado para empezar en septiembre. Ya se debe imaginar que mi descontento proviene de las polémicas adjudicaciones de verano del profesorado que tendrían que haber salido el día 2 de julio y que ahora dicen que, con suerte, saldrán definitivamente hacia el 31 de este mes. Eso con la condición de que Ustedes consigan resolver el "supuesto" error que genera el aplicativo informático que están utilizando. Pero a mí no me explique cuentos, consellera, porque todas las que somos del gremio sabemos lo que realmente está pasando. Y yo, con estos calores, ya no tengo ánimos para esperar que resuelvan esta confusión. Lo que quiero es terminar pronto, sabiendo que mi plantilla está toda en su lugar.
Cuando la UE les obligó a convertir toda aquella enorme bolsa de interinos en precario —cosa que todo el mundo sabía que era un fraude de ley— en funcionarios regularizados, ustedes tendrían que haber previsto las casuísticas y problemas que todo el proceso acabaría generando. Entre los recientes concursos de méritos y las dos convocatorias de oposiciones light, la avalancha de personal que ahora tienen que colocar, reconozca Sra. Simó, que les ha desbordado. ¡Y es que hacer previsiones acertadas con criterios pedagógicos y no arbitrarios no ha sido nunca el punto fuerte de su departamento! Ahora resulta que tienen más maestros y profesorado que plazas disponibles en las diferentes especialidades, porque no calibraron que la regularización de interinos por oposición sería incompatible con las atribuciones de las direcciones para seleccionar hasta un 80% de la plantilla a dedo. Una práctica, le recuerdo, que desde la LEC del 2009 y el Decreto de Plantillas —impulsados por su compañero de partido, el Sr. Ernest Maragall—, ustedes mismos han ido fomentando curso tras curso, ya sea a través de las comisiones de servicio para desarrollar cargos o a través de las llamadas plazas perfiladas.
Con toda esta confusión que ustedes han causado, además de peligrar mi safari en Tanzania, también veo que peligra la estabilidad de mi plantilla que tantos años y disgustos me ha costado perfilar. No hará falta que le diga que yo soy una fan absoluta del Decreto de Plantillas que me ha permitido hacer y deshacer con respecto a la selección del profesorado de mi centro durante tantos y tantos años. No me diga ahora que la continuidad de mi proyecto y de mi claustro se verá afectada por un "supuesto" error del aplicativo informático que, en realidad, intenta esconder su incompetencia. Porque, dígame Sra. Simó, ¿quién me garantiza a mí que realmente se mantendrán todos los perfiles de profesorado que con tanta dedicación yo he ido creando? Después de todo el que me he tenido que oír decir por parte de los pocos funcionarios "pata negra" que todavía quedan en el centro sobre si "tenía montado un chiringuito" o gestionaba el instituto "como una república bananera", no me diga que mi cantidad de trabajo ha estado en vano.
Llegar hasta aquí no ha sido nada fácil. Yo he tenido que espabilarme y desarrollar técnicas sofisticadas de selección de personal a través de entrevistas y castings que no osarían utilizar ni en programas de TV3 como Euforia. Apenas un profesor o profesora nueva entra por la puerta yo los hago pasar por mi despacho y les leo la cartilla, advirtiéndoles que mi proyecto de dirección va a misa y que si quieren continuidad en el centro más vale que estén calladitos o calladitas porque yo no toleraré ningún tipo de cuestionamiento o disidencia y seré más implacable que con los concursantes del Supervivientes All Stars de Telecinco. Así es como me he ido haciendo una plantilla a medida de "maris" fieles protegidas. Por ejemplo, a Marisol le hice un perfil a medida de atención a la diversidad y le endosé los grupos más conflictivos a cambio de entrar todos los días a las 9, para poder llevar a la niña al jardín de infancia. En el caso de Maripili, que me parece que es de Òmnium, le encomendé el perfil de profesora responsable de la inmersión y apoyo lingüístico para asegurarle la plaza en el centro a cambio de su silencio con respecto a las irregularidades e incumplimientos cometidos con el tema del catalán. A Maribel, amiga mía desde que íbamos juntas a las monjas, la reclamé con un perfil de proyectos globalizados, aunque proyecto no haga ninguno, porque lo que yo le he encomendado es que, a manera de espía de la Stasi, me haga informes de los rumores que circulan por la sala de profesorado para poder tener bajo control la resistencia. Marimar fue un poco más complicada de colocar. Le tuve que hacer un perfil tic-tac-toc para el tema de los ordenadores, aunque ella misma me reconoció que las 90 horas de cursillos de competencias digitales no le habían servido para ponerse al día, pero a cambio no dice ni mu en los claustros, recoge todas las quejas del profesorado sobre el wifi, las pantallas y los equipamientos informáticos que no funcionan y se traga todas las colonias de la ESO con las pobres tutoras de turno.
No haga nada de caso cuando le digan que ha extendido un modelo privatizador y arbitrario de elección de personal, dentro de un sistema público que antes era más garantista y que tenía claros sus procedimientos. En el actual contexto neoliberal, la idea de la cosa pública y de sus servidores es una reliquia del pasado
Ahora bien, las dos niñas de mis ojos, mejor perfilados que con un eyeliner de la Dior, han sido los casos de mis dos boys, es decir, Toni y Àlvar. A mi marido, Toni, pobrecito, le tuve que echar una mano porque llevaba más de 23 años de interino en la especialidad de biología, y me lo hacían ir de aquí hacia allí por toda Catalunya, como si en vez de profesor fuera un vendedor ambulante de calcetines de nylon. Como comprenderá, así no podíamos garantizar la estabilidad familiar. Por lo tanto, aunque la biblioteca de mi centro hacía tiempo que estaba cerrada y criaba telarañas, le hice un perfil a medida de lectura y biblioteca escolar y ahora ya lo tengo a mi lado controlado. Entre nosotros, y de mujer a mujer, no piense que no me he arrepentido más de una vez de habérmelo metido también en el trabajo, sobre todo desde que hace 3 cursos que llegó al centro Àlvar, con 26 años, un profesor novel, también de biología y con quien intimé mucho, usted ya me entiende. Y como yo quiero que se quede en mi centro sí o sí, y no ha entrado precisamente por méritos académicos, yo le he hecho un perfil AICLE (de aprendizaje integrado de contenidos en lengua extranjera, por si usted no sabe qué quieren decir las siglas) porque ya se puede imaginar que sus méritos lingüísticos son otros. Como de momento, el apaño de mis maris y mis boys me funciona la mar de bien, ¿¿¡¡a ver si ahora me lo desbaratarán con el lío que se han hecho con estas últimas adjudicaciones de plazas!!??
Comprenderá, consellera, que aunque los sindicatos clamen encarnizadamente por la derogación de la LEC y el decreto de plantillas, yo siempre defenderé su mantenimiento. No haga nada de caso cuando le digan que ha extendido un modelo privatizador y arbitrario de elección de personal, dentro de un sistema público que antes era más garantista y que tenía claros sus procedimientos. En el actual contexto neoliberal, la idea de la cosa pública y de sus servidores es una reliquia del pasado, y estos interinos que acaban de aprobar las oposiciones y quieren ser "funcionarios" hará falta que entiendan que nunca lo serán en las condiciones de antes. Tienen que ser conscientes de que, como cualquier trabajador, se tienen que adaptar a las necesidades del sistema y del mercado y, por lo tanto, no escuche a aquellos que lloran porque ahora, quizás, con tantas plazas perfiladas como las mías, no se les puede adjudicar una de su especialidad. Y si, pongamos por caso, una interina que ha opositado para biología tiene que acabar haciendo matemáticas, ¡¡pues tampoco se acaba el mundo!! Incluso mi Toni, pobrecito, lo haría. Hace falta que las nuevas hornadas de "funcionarios" sean empleados versátiles y flexibles, y su departamento tiene que poder cambiar las reglas del juego en la adjudicación de plazas en cualquier momento, como en cualquier empresa privada. ¡¡Faltaría más!! Y no me malinterprete, si yo le escribo esta carta no es para pedirle que cambie la política de su departamento, sino para que haga el favor de buscar gestores que lo implementen de manera más eficiente y menos conflictiva. Tome ejemplo de la precisión suiza con la que dirijo mi centro e intente ahorrarse tanta confusión, porque yo me quiero ir bien tranquila de vacaciones a Tanzania con Toni y el niño, sabiendo que cuando vuelva seguiré teniendo a mi disposición los méritos lingüísticos de Àlvar, que le aseguro que son muchos.
Mano de hierro, consellera. Si controla mejor la gestión de su departamento, siempre podrá contar con mi apoyo.
Cordialmente,
Maria dels Socors Díez