¿Qué es Sumar? ¿Para qué sirve? ¿Cómo funciona en lo orgánico? ¿Qué capacidad de control e interlocución tiene Yolanda Díaz con sus marcas? Parte de las preguntas que debía resolver la asamblea fundacional del movimiento ocho meses después de las generales quedan de nuevo al albur de su andadura en el Ejecutivo y al remate durante el ciclo electoral. El 11,6% de participación es una debilidad en el aval. De los 70.000 inscritos que dice tener Sumar, han votado 8.179, 6.671 a favor de Díaz.
Desde su candidatura aseguran que al no haber tensión, ni dos listas en disputa, no había incentivos para votar. Participaron 14.179 con propuestas, votaron la mitad. Si lo comparamos con procesos similares, hace una semana en las primarias de IU para las europeas votaron 7.245 personas. Una sola formación contó con prácticamente el mismo número de afiliados. En Podemos, de los 36.054 votos emitidos en sus primarias a las europeas, Irene Montero obtuvo 30.581.
En lo orgánico, la asamblea de Sumar constata que carece de estructura territorial al renunciar a Madrid, Andalucía, València y Catalunya. Sin partido, el discurso nacional queda perimetrado en el Congreso y el Ejecutivo. No es poco, pero tampoco suficiente en un contexto de ruido y un terremoto político por semana.
¿Cómo afecta al PSOE la fragilidad de Sumar? Ni favorecen, ni les viene bien, aseguran. Y más desde que el Partido Popular decidiera no hacer preguntas a Yolanda Díaz en la sesión de control para bloquear su visibilidad. De incentivar el famoso "le voy a dar un dato", a ignorar a la vicepresidenta. El PSOE necesita una coalición a su izquierda fuerte porque entiende que los bloques electorales ya están definidos. Pasado el ciclo postbipartidista, desaparecido prácticamente Podemos —donde los socialistas tuvieron su mayor sangría—, hay un electorado que nunca votará al PSOE y estos necesitan un bloque fortalecido.
Díaz no ha conseguido sobreponer su liderazgo más allá de la cartera de Trabajo, ni imponer una voz común desde la izquierda que resuene por encima del PSOE
Pero la acción política del Gobierno invisibiliza a Sumar y le deja fuera del debate político. Es Sánchez contra la derecha. Sumar eligió la política de las buenas formas y la entrada del PSOE al choque directo con el PP anula su espacio. Lo que Díaz llama “el lodazal” es la estrategia de Pedro Sánchez para responder a los populares a corto y medio plazo. En medio de esta tensión, Sumar está en mute.
Los socialistas se enfrentan, como todos los partidos, a un ciclo electoral duro. Recuerdan que fueron con la gestión por delante en las municipales y autonómicas del 28-M y no llegaron. “Si no contestas a las barbaridades de la oposición, tu gente se desanima”, señalan en Ferraz. Y aunque no pretenden “llegar al nivel del PP”, en referencias a evitar el insulto personal, no van a aflojar.
Tampoco pinta bien la parada de las vascas, catalanas y europeas. Porque... ¿quiénes son los de Yolanda Díaz? En Euskadi la cabeza de lista, Alba García, tiene poco grado de conocimiento público y carnet de Podemos hasta el día del fichaje. Enfrente, la candidata Miren Gorrotxategi lleva cuatro años al frente de los morados. En Catalunya, los comunes han certificado su autonomía tumbando los presupuestos sin pasar por Díaz. Y en las europeas, la pugna PP y PSOE no les pondrá fácil la campaña. Esto tras no entrar en Galicia, tierra mater de Díaz. Si el electorado percibe que pierde tracción electoral, la fuga de votos puede estar servida.
Díaz mantiene una agenda potente en Trabajo, con cinco mesas de diálogo social abiertas. Entre ellas, la de reducción de jornada laboral, acuerdo estrella de la coalición; favorecer la inserción laboral del colectivo LGTBI desde la legislación laboral; recuperar el subsidio después de que Podemos lo tumbara; o buscar un protocolo de riesgos laborales para las trabajadoras del hogar.
Aún con esta agenda, Díaz no ha conseguido sobreponer su liderazgo más allá de la cartera de Trabajo, ni imponer una voz común desde la izquierda que resuene por encima del PSOE y represente al espacio de todas las marcas. Después de entrar en conflicto político con Podemos, tampoco ha mejorado los resultados de quien vino a sustituir. La misión no era fácil, ni está cerca de cumplirse.