Esta semana he publicado un artículo sobre un informe elaborado por el Ministerio de Defensa de Rusia relativo a los biolaboratorios americanos en territorios africanos. Una información que me pareció interesante, sobre todo por las implicaciones que esto pueda tener a nivel de salud a nivel mundial. Ya hemos visto cómo la mayoría de las evidencias apuntan al origen de laboratorio de la covid-19, tal y como se señala en el informe aprobado por la comisión específica de la Cámara de Representantes de Estados Unidos (contando con el voto tanto de republicanos como de demócratas).
Un riesgo, el de experimentar con patógenos, que para no pocos expertos pasa la línea roja del riesgo asumible. Las investigaciones sobre "ganancia de función" son objeto de intensos debates, sobre todo a nivel ético, pues mientras algunos juegan a ser pequeños dioses, alegando querer ir "por delante de la naturaleza", otros consideran que la realidad dista mucho de tener ese objetivo, sino más bien el de poder utilizar esos patógenos más infecciosos y más letales (con la modificación hecha en el laboratorio) para ser utilizados contra grupos de la población. Es decir, el riesgo de ser empleados como armas biológicas. Existe el riesgo de que así sea, y desde luego, quien desdeñe esta posibilidad parece no darse cuenta del tipo de psicópatas que abundan por doquier.
El informe del ministerio ruso señala que en 18 países africanos se están realizando estudios sobre la resistencia de microorganismos patógenos ante medicamentos, y que estas investigaciones están financiadas, en todo o en parte, por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC). En un listado de los países y de las empresas que en ellos realizan este tipo de investigaciones, aparecen también menciones al Pentágono, señalando así a investigaciones en las que la presencia militar debería hacernos pensar en que la seguridad es un asunto primordial en estos ámbitos. Andrew Huff, vicepresidente de Eco Health Alliance, nos contó en esta entrevista de qué manera se articulaba la financiación de este tipo de proyectos, y concretamente él mismo declaró ante el Congreso de EE. UU., bajo juramento, sobre las operaciones de su compañía en Wuhan.
Entre los nombres que se señalan en el informe ruso, llama la atención el de Metabiota. Posiblemente le resulte familiar esta compañía. Moscú señala que han cesado sus actividades en África actualmente, y según las declaraciones del General Alexéi Rtischev, que fue el responsable de presentar este informe ministerial, el personal de la compañía habría ocultado la relación que mantenían con el Pentágono. Se les acusa de haber aislado cepas de virus como el del ébola y exportarlas de manera ilegal. Le decía que quizás le suene el nombre de la empresa "Metabiota", pues se ha hecho referencia a ella, a pesar de la cantidad de ruido generado.
En marzo de 2022, el presidente de la Duma, Vyacheslav Volodin, afirmó públicamente que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, debía dar explicaciones sobre la participación de su hijo Hunter Biden en los laboratorios biológicos de Ucrania. "El propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está involucrado en la creación de laboratorios biológicos en Ucrania. Un fondo de inversión dirigido por su hijo, Hunter Biden, financió la investigación y la implementación del programa biológico militar de Estados Unidos. Es obvio que Joe Biden, como su padre y jefe de Estado, estaba al tanto de esta actividad". Señaló también a George Soros como partícipe en la financiación.
Estos asuntos están puestos sobre la mesa, se informa de ello en ruedas de prensa, se presentan informes documentados, pero algunos se empeñan en decir, sencillamente, que son "bulos de Rusia"
Los emails encontrados en el ordenador de Hunter Biden señalarían precisamente a sus operaciones con Metabiota. De todo esto escribí aquí, en marzo de 2022, explicando cómo lo que en un principio se dijo que eran "bulos rusos", terminó destapándose como veraz.
"Sin embargo, la nueva afirmación de Rusia de que el fondo de inversión del primer hijo estaba involucrado en la recaudación de dinero para proyectos de biolaboratorios en Ucrania era precisa, según los correos electrónicos que involucran los tratos de Hunter Biden en Ucrania, obtenidos primero por The Post e inicialmente informados por The Daily Mail", decía el New York Post. "Rosemont Seneca Technology Partners invirtió 500.000 dólares en la empresa de investigación de patógenos de San Francisco Metabiota y recaudó millones más a través de empresas que incluían a Goldman Sachs, según los correos electrónicos encontrados en la computadora, que fue abandonada en un taller de reparaciones de Delaware en abril de 2019 mientras Joe Biden se postulaba a la presidencia". "Hunter presentó Metabiota a los funcionarios de Burisma, la compañía de gas ucraniana de la que era miembro de la junta directiva , para un “proyecto científico” que involucraba laboratorios biológicos en Ucrania, según muestran los correos electrónicos. Un memorando de un funcionario de Metabiota al hijo del entonces vicepresidente en 2014 decía que la compañía podría “afirmar la independencia cultural y económica de Ucrania respecto de Rusia” recoge el medio New York Post.
En aquel marzo de 2022, el portavoz del ministerio de Defensa, Igor Konashenkov, declaró que lo que ellos llaman "operación militar especial de Rusia en Kyiv" (lo que desde occidente se considera la "invasión rusa de Ucrania"), había "aportado pruebas de que el régimen de Kyiv había eliminado con urgencia los rastros de un programa biológico militar financiado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos en Ucrania. Los empleados de los laboratorios ucranianos testificaron que el 24 de febrero se eliminaron con urgencia los patógenos de la peste, el ántrax, la tularemia, el cólera y otras enfermedades mortales".
Se señalaba también entonces que el jefe de las fuerzas de protección radiológica, química y biológica de Rusia, Igor Kirillov, había informado de manera oficial que "el fondo de inversión Rosemont Seneca Thornton, gobernado por Hunter Biden y el Foro Soros habían estado involucrados en la financiación de los laboratorios biológicos en Ucrania". La información que contenían los emails del ordenador de Hunter Biden, ahora ya considerados veraces, señalaba que Metabiota "era subcontratista del contratista principal del Departamento de Defensa, B&V (la firma Black & Veatch). Precisamente, B&V recibió en 2010 el encargo por parte de la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa de Estados Unidos de construir un laboratorio en Odessa con el fin de "mejorar los sistemas de vigilancia existentes del gobierno para detectar, informar y responder a ataques de bioterrorismo, epidemias y posibles pandemias".
Se exigieron explicaciones a Estados Unidos, y en un principio, se insistió en que todo eran "bulos rusos". Hasta que Victoria Nuland, ese mismo mes de marzo, compareció ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, siendo la subsecretaria de Estado de Estados Unidos para Asuntos Políticos, y reconoció que en Ucrania había algunas instalaciones que realizaban investigaciones biológicas clandestinas, manifestando que "estaban muy preocupados por la posibilidad de que las tropas rusas pudieran estar intentando hacerse con el control de los laboratorios". Desde el ministerio de Defensa ruso consideraron aquellas declaraciones como un reconocimiento de la participación del Pentágono en los programas biológicos militares en Ucrania. No era un asunto nuevo en 2022. En 2019, la fiscalía ucraniana abrió una investigación sobre Burisma, la compañía de gas de la que formaba parte de la junta directiva Hunter Biden desde 2014. En ese momento, Trump (que estaba al frente del gobierno estadounidense) habló con Zelenski por teléfono para, supuestamente, presionar en la investigación. Tiempo después, en 2018, el propio Joe Biden, en una conferencia pública del Council Foreing Relations, contó de qué manera quitó del medio al Fiscal General de Ucrania que estaba investigando estas cuestiones, sin ningún tipo de rubor: o dejaba de investigar, o se quedaban sin financiación.
Hemos soportado campañas de acoso y persecución cuando nos hemos dedicado a hacer nuestro trabajo: el de investigar, contrastar y ofrecerle a los lectores un material importante que, evidentemente, pone a muchos muy nerviosos
Unas líneas más arriba he mencionado a alguien que posiblemente también le suene: Igor Kirillov. Acaba de ser asesinado en Moscú y la autoría del atentado ha sido reconocida por Kyiv. Precisamente, llevaba años denunciando y presentando información sobre los biolaboratorios financiados por Estados Unidos.
Estos asuntos están puestos sobre la mesa, de hecho se informa de ello en ruedas de prensa, se presentan informes documentados, pero algunos se empeñan en decir, sencillamente, que son "bulos de Rusia". Que lo que digan desde su ministerio de Defensa, por ser rusos, no tiene credibilidad alguna. Siempre lo mismo. Y pobre del que ose a escribir sobre ello, a publicar una noticia sobre los informes publicados por el Kremlin. Porque entonces, serás acusado de estar financiado por los rusos, de ser un "hijo de Putin", de "cobrar bizum", o de ser agente que trabaja contra los intereses de España. Este tipo de "maravillas" se han afirmado sobre una servidora, por contarles todo esto que aquí les he contado hoy, citando siempre fuentes, y manteniendo siempre la necesaria prudencia ante lo que, evidentemente, pueden ser verdades a medias o información interesada. Y no son cosas que se digan de manera gratuita, ni inocente. Se han llegado a publicar en diarios como El Mundo, sin ningún tipo de prueba (porque evidentemente son acusaciones tan falsas como graves).
Por todo el que se interese por estos asuntos de la geopolítica, es bien sabido que existen líneas de financiación para engrasar la propaganda otanista. Y para ello se sirven de supuestas agencias de verificación de noticias, que son las que dicen lo que es verdad y lo que es mentira. Aplaudidas y acompañadas por gobiernos como el que actualmente tenemos, tan preocupado por los "bulos" y la "desinformación". Cómplices, todos ellos, de tratar de cubrir con un tupido velo todo aquello que pueda destapar a sus aliados, que cada vez más están siendo retratados.
Sin ir más lejos, esta semana se ha anunciado el cierre de la agencia de "propaganda y censura de Estados Unidos", el Global Engagement Center. Fundado en 2016, bajo la excusa de luchar contra la propaganda y desinformación. En 2023, se vio obligado a reconocer y a cortar los vínculos con la "Iniciativa de Desinformación Global" de George Soros, después de que se diera a conocer que la agencia estaba pagando a la organización de Soros para que realizase listas de medios de comunicación a las que se señalaba como "de alto riesgo" y ser así boicoteadas en el ámbito publicitario.
Sirvan estas pinceladas para tratar de ayudar a completar un puzzle, en el que cualquiera que haya tenido interés por conocer lo que estaba sucediendo tras la pandemia o la guerra de Ucrania, ha tenido que soportar las campañas de acoso y persecución bajo las acusaciones de ser "desinformador", "agente ruso" o cosas similares, cuando, en realidad, nos hemos dedicado a hacer nuestro trabajo: el de investigar, contrastar y ofrecerle a los lectores un material importante que, evidentemente, pone a muchos muy nerviosos.
Huelga decir que quien firma estas líneas nada tiene que ver con Rusia, ni ha recibido jamás ningún tipo de financiación del Kremlin, ni tiene interés en desinformar ni en publicar "bulos". Todo lo contrario: al igual que otras personas que han sido atacadas de la misma manera, hacemos nuestro trabajo manteniendo la libertad, trabajando de forma transparente y abierta y deseando vivir en un mundo más libre de mentiras y peligros que nos afectan a todos. El tiempo sirve para ir colocando todo en su lugar, y solamente manteniendo el faro encendido en los ideales de libertad y paz, podremos evitar que todas las atrocidades que se perpetran en las sombras dejen de suceder. Son demasiadas vidas inocentes las que se están segando, bajo los mantos de confusión que no podemos sostener en sociedades supuestamente democráticas.