¿Es legítimo saltarse la verdad a la torera y hacer afirmaciones sin tener pruebas de ello fidedignas? ¿Es legítimo mentir descaradamente para mejorar los índices de audiencia y tu sueldo? Son preguntas que seguramente ya se debían hacer hace dos millones de años nuestros antepasados cuando empezaron a fabricar las primeras herramientas. Me hago todas estas preguntas a raíz de la polémica entre Ter Stegen y Juliana Canet que ha corrido estos días por las redes sociales. Todo empezó en el programa de crónica social (mucho mejor decir de cotilleo o de chismorreo, tiene mucha más personalidad y una sonoridad mucho más divertida) Que no surti d’aquí de Catalunya Ràdio (de la corpo) —conducido por Marta Montaner, Juliana Canet y Roger Carandell— cuando se divulgó entre risas que el portero del Barça,  Marc ter Stegen, se había separado de su mujer, Daniela, a raíz de una infidelidad de ella. Según parece, por lo que entre todos comentaron, Daniela se estaría follando a su entrenador personal. Juliana Canet no dudó en alegrarse de ello: «En un mundo de futbolistas infieles a mí me parece transgresor que esta señora se folle a su entrenador personal, además es algo súper de rica americana que me flipa...». Ya os podéis imaginar que esto no gustó mucho al portero del Barça.

Ter Stegen no tardó nada en salir a defender su imagen a través de un tuit que decía que eran unos mentirosos y que estaba decepcionado por la mala gestión y la falta de control y de liderazgo de Catalunya Ràdio y el grupo 3Cat por haber difundido noticias falsas y violado derechos personales. Acabó el tuit diciendo que «El daño es irreparable». Supongo que después de esto se hicieron muchas llamadas y se enviaron muchos emoticonos a través de WhatsApp, porque poco después, desde la cuenta del programa Que no surti d’aquí, escribieron un tuit en el que se disculpaban por el dolor que habían causado al futbolista y a su familia e intentaban salvar el culo de Catalunya Ràdio y justificar su actitud grosera diciendo: «queremos dejar claro que no explicamos noticias con vocación periodística y en ningún caso representamos los servicios informativos de Catalunya Ràdio. El nuestro es un programa de entretenimiento, y nuestra intención es hacer crónica social».

¿Es necesario hacer radio basura en catalán? Aún diría más: ¿es necesario que la radio pública catalana, que pagamos entre todos, haga radio basura?

A mí, personalmente, lo que haga o no haga la gente con su vida me importa un pepino, sinceramente. Y los programas de cotilleo que se pasan el día chismorreando aún más. No me aportan nada; bueno, quizás alguna idea para escribir alguna trama de mi próxima novela. Parece que hoy en día, mientras te disculpes luego, puedes hacer y decir lo que te salga de las narices. Parece que los límites de la educación han desaparecido, que la libertad es hacer lo que te venga en gana en todo momento. Creo que la libertad es hacer lo que te venga en gana sin hacer —o intentando no hacer— daño a los demás. Entiendo que es un concepto difícil de integrar y de llevar a cabo porque todo es muy subjetivo (nadie piensa ni siente igual, y puedes pensar que no estás haciendo daño a nadie y estar haciéndolo a un montón de gente).

Dicho esto, pienso sinceramente que el portero del Barça se ha puesto un poco más nervioso de la cuenta —supongo que el ego masculino puede tener algo que ver—, porque, si es mentira, no hace falta que se preocupe por nada y, si es verdad, ya se ha separado y ya no hace falta que haga nada más. En cuanto al hecho de ensuciar su imagen, creo que ya la habían ensuciado antes, porque ya hacía tiempo que corrían rumores, y que con su tuit de indignación ha hecho que mucha más gente lo supiera. En cuanto al programa de Catalunya Ràdio, sería interesante que destinasen el dinero de los contribuyentes a programas que trataran temas mucho más interesantes. ¿Es necesario hacer radio basura en catalán? Aún diría más: ¿es necesario que la radio pública catalana, que pagamos entre todos, haga radio basura? Creo que de basura ya hay bastante en el mundo, intentemos que las radios que pagamos entre todos hagan productos un poco más elaborados y que aporten algo más a la sociedad que cotilleo basado en rumores. Volvamos al principio: ¿es legítimo mentir o divulgar noticias sin contrastarlas (aunque sea en un programa de radio basura) para aumentar los índices de audiencia (y hacer más dinero)? Yo diría que no, pero quizás me equivoco. Y vosotros, ¿qué opináis?