¿Veis cómo, si hiciéramos un referéndum de verdad, el 'no' querría votar? Les ha costado tres semanas y una declaración de independencia, pero al final han entendido que Catalunya solo puede ser lo que digan las urnas que tiene que ser.
El viernes se declaró la independencia en el Parlament, pero no somos una república. La república no existe. Somos un territorio en disputa. Se lo disputan el Estado y la Generalitat. Y los dos han entendido, por fin, que esta disputa no se dirime con violencia sino con democracia. Ni el miedo a la violencia era más que una táctica disuasiva, ni hay que enviar a los Mossos a disparar a la Guardia Civil. La democracia se impone.
Catalunya no se puede gobernar con la policía únicamente, como se vio el 1 de octubre. Es ingobernable con policías hospedados en barcos y teniendo que ir a dormir a Huesca. Ahora quieren ver si con las urnas pueden hacerla gobernable. Ahora es cuando puedes demostrar que con las urnas también es ingobernable, porque la voluntad popular no hace posible una comunidad autónoma de Catalunya dentro del reino de España.
Rajoy te ha propuesto un reto democrático porque le has ganado todos los retos en los que optaba por el autoritarismo. Por eso mismo convocó elecciones inmediatamente. Se nos había dicho que gobernarían Catalunya desde Madrid durante seis meses o un año, como dijo Soraya Sáenz de Santamaría. Necesitaban demostrar que pueden, que pueden gobernarte con 2 millones de personas y los representantes legítimos en contra. Si hubieran podido, significaba la lenta desaparición de las instituciones catalanas, por inanición.
España es, con todos los defectos y carencias, una democracia, y eventualmente tiene que haber elecciones: no se puede gobernar como una dictadura militar
Pero el coste de hacer esto, que es un coste violento, es altísimo. España es, con todos sus defectos y carencias, una democracia, y eventualmente tiene que haber elecciones: no se puede gobernar como una dictadura militar. Elecciones en el Estado y elecciones en Catalunya. ¿Cómo pacificas una comunidad como la catalana, con la fuerza económica y las raíces políticas que tiene, gobernándola sin permiso del pueblo? No puedes sin autodestruirte.
La dicotomía es la de siempre: o democracia y autodeterminación, o autoritarismo y prohibir Catalunya como sujeto político. La convocatoria de elecciones de Rajoy es la admisión de que las urnas y solo las urnas pueden solucionarlo. Ya era hora, Mariano, y gracias. Ya era hora de que PSOE, Cs y PP lo vieran. Lo pueden vestir como quieran, pero la verdad emerge.
Y la verdad es que Catalunya es un territorio en disputa: no es ni una república ni una comunidad autónoma. Y la verdad también es que tu problema de reconocimiento no es que los Estados Unidos de América no te reconozcan, el problema es que L'Hospitalet no te reconoce. Pero con las elecciones, todo el mundo reconoce que es una disputa a decidir así, democráticamente.
De todos los choques posibles para el control efectivo de la gobernanza en Catalunya, lo que tú quieres, lo que hace ocho años que pedimos y a lo que siempre daremos la bienvenida, es el choque de voluntades expresadas en una urna. 155 o independencia, esta es la elección, este es el marco.
La verdad también es que estas no son unas elecciones constituyentes. Las constituyentes debes ganártelas. Y no te las has ganado porque no controlas las instituciones del país. El Govern y el Parlament no lo tenían preparado porque no tenían previsto que el referéndum fuera a salir tan bien, que tanta gente saliera a votar, y que, efectivamente, se echara a la policía. Por este motivo, no estaban preparados psicológicamente para dar las órdenes que hacían falta y se han pasado 27 días discutiendo sobre elecciones. Esta es la noticia del día 1 y su legitimidad. Es lo que permite declarar la independencia y lo que fuerza al Estado y al unionismo a aplicar el 155 en formato procesista, es decir, haciendo como que pueden, cuando no pueden del todo, y tener que apelar a unas plebiscitarias para intentar seguir vaciándote las instituciones.
Pero en las urnas puedes ganar. En las urnas no hay fractura violenta. En las urnas está la admisión de que es una decisión a tomar así, libremente.
De todos los argumentos que se han utilizado en el Palau de la Generalitat estos días, estoy seguro de que lo que ha pesado más en el ánimo del president y del Govern ha sido que si se daban ciertas órdenes podía haber violencia
De todos los argumentos que se han utilizado en el Palau de la Generalitat estos días, estoy seguro de que lo que ha pesado más en el ánimo del president y del Govern ha sido que si se daban ciertas órdenes podía haber violencia. Porque el quid de la cuestión no son las famosas estructuras de Estado; eso, si se tiene que hacer, se hace como lo han hecho todas las nuevas repúblicas del siglo XX sin la tecnología que nosotros tenemos al alcance. La clave es la predisposición psicológica, la seguridad que da saber que puedes hacerlo porque todo el mundo entiende, policía y funcionarios incluidos, que te debes a la gente y a sus decisiones, especialmente en un país tan diverso como el nuestro, con tanta parte de la población ligada a otras partes de España. Y este es el marco que ha tenido que admitir Rajoy. Al final del juego no había muertos ni tanques, al final del juego había urnas.
No son las urnas de un referéndum pactado, como querría todo el mundo, pero es lo máximo que Rajoy y el Estado pueden hacer sin negarse a ellos mismos. Sin regalarte el derecho a la autodeterminación que tienes que ganarte tú y que te ganaste a hostias el día 1 de octubre. Las elecciones no tendrán todas las garantías, pero tampoco las tuvo el plebiscito de Pinochet y lo perdió. Estas elecciones solo las podía convocar Rajoy, las necesita para poder continuar. Las bofetadas han fracasado. Estamos ganando terreno al autoritarismo.
Protejamos las urnas. Protejamos las urnas del 21 de diciembre. Son urnas autonómicas porque la verdad es que Rajoy tiene suficiente fuerza para imponerlas, del mismo modo que no tiene suficiente fuerza para imponerse sin urnas. Estamos ganando terreno, exactamente como lo está ganando la verdad de fondo. Y por eso no podemos fliparnos y tenemos que ser fieles: Puigdemont no es el presidente de una República, aunque lo sea en tu lealtad y en la mía. Puigdemont es el president de la Generalitat en un territorio en disputa con el Estado, comandado por Rajoy.
El Estado asumía que lo boicotearíamos, al menos en parte. Que habría suficiente boicot para llevarlos a la presidencia de la Generalitat, y usarla, una vez más, para imponer el Estado en Catalunya. Que la CUP se desmarcaría y que eso daría alas a los Santis Viles y a los Espadalers, y que podrían ganar en condiciones como mínimo similares a las del 1-O, en participación, pero con la legitimidad que da tener los tanques y la policía detrás. Y podrían conseguir la presidencia para Iceta, o Arrimadas, o Xavier Domènech. Que ganen, si quieren, y que traten de pactarlo y gobernarnos. Si ocurre, es una derrota honorable. Si sale a votar el 80% de la población y perdemos, pues bien, es el país que somos. Pero hemos dejado sobre la mesa de la historia que esta y ninguna otra es la única manera de gobernar Catalunya. Graváoslo a fuego: han hincado la rodilla ante el pueblo.
Protejamos las urnas. Protejamos las urnas del 21 de diciembre
Pero si acudimos todos, si salimos los 2,3 millones de personas que salieron el 1-O, podemos ganar y con contundencia. Al fin y al cabo, es una campaña con un 155 aplicado, con Soraya de presidenta de facto y con órdenes de detención sobrevolando la cabeza del Govern y el president. Y con Jordi Sànchez y Jordi Cuixart en prisión. A los unionistas les compro sin dudarlo enfrentarme a este programa electoral.
Es comprensible reaccionar diciendo: el día 21 haré una paella. Es una buena respuesta a la de Iceta sobre el 1-O: él también dijo que haría una paella, en lugar de ir a votar. Pero si haces como Iceta, eres Iceta. Y mira dónde está ahora, protegido por la represión y teniendo que blanquear la ocupación del país. Mientras haya urnas en nuestro país, aunque las ponga Rajoy, que es quien disputa el territorio, para que voten los catalanes, todos, estas urnas son nuestras urnas, es nuestra voluntad popular, es nuestro pueblo decidiendo. ¿Quieren contarnos? Que se preparen, que será una noche larga con todos los interventores mirando.
Si ganamos, la elección para ellos seguirá siendo entre ser una democracia y perder Catalunya, o ser un estado autoritario, que ya hemos visto que es inviable más allá de 50 días y convocar unas elecciones.
El president no se tiene que esconder. Tiene que hacer campaña, ir al Palau de la Generalitat, operar con normalidad, como todo el mundo
El president no se tiene que esconder. Tiene que hacer campaña, ir al Palau de la Generalitat, operar con normalidad, como todo el mundo. Si el Estado decide que su campaña electoral es tratar de detener a Puigdemont, la nuestra será que no lo detengan, en la calle, donde todavía no nos han podido ganar nunca.
¿Cómo nos tenemos que presentar? Yo soy partidario del pluralismo, los partidos por separado, luchando por sus espacios, haciendo un frente común democrático y autodeterminista. Pero si el president cree que el mejor instrumento para hacer efectiva la declaración de independencia es otra cosa, adelante, que lo proponga: que lidere la manera de hacer efectiva la declaración que impulsó en el Parlament el día 27 de octubre del año 2017.
Y entonces, sí, las personas que se presenten tienen que saber que si ganamos, con la participación de todo el mundo, en campo contrario, con las garantías que los adversarios de la autodeterminación se han dado, al día siguiente se empieza a gobernar con la seguridad de que España ha sido derrotada democráticamente en Catalunya, y todo el mundo tiene que obedecer al pueblo.
Es así como se evita que mercadeen con nosotros, es así como se protege el 1 de octubre y la declaración democrática de independencia. Es así como se funda nuestra República: las urnas nunca nos darán miedo.