En estos días de celebraciones, actuaciones y exhibiciones en los colegios, escuelas municipales, deportivas, de teatro y danza, es muy frecuente encontrarse con prohibiciones para los familiares asistentes a estos eventos, que les impiden hacer fotos porque hay niños cuyos papás o mamás no quieren que sean fotografiados. Es perfectamente comprensible que no queramos que a nuestros hijos se les utilice para que su imagen aparezca publicada en cualquier sitio sin nuestro consentimiento. Pero eso es diferente al hecho de que la clase de nuestros hijos sea fotografiada en una actuación del colegio, por ejemplo. Sirva ya como anticipo que se pueden hacer fotos en estos eventos, sin ningún tipo de problema. Otra cosa es, como es lógico, que esas fotos no pueden ser compartidas en internet cuando salgan niños distintos al tuyo y no tengas la autorización de sus tutores legales. Los centros educativos, como pueden ser los colegios o escuelas infantiles, deben solicitar a las familias la autorización para poder publicar las imágenes de los niños en sus páginas web, en sus redes sociales. Sin embargo, si las fotografías se toman como parte de un proyecto educativo (y no para ser publicadas), no es necesario que se solicite autorización a los familiares. Todo esto viene explicado en detalle en una guía que preparó en su momento la Agencia de Protección de Datos, y que puede consultar aquí: https://www.aepd.es/documento/guia-centros-educativos.pdf
Estos son los principales puntos a tener en cuenta cuando acudimos a un evento y queremos hacer fotografías en las que saldrán menores y no disponemos de su autorización para publicarlas. En la guía que acabo de citar, hay muchos más detalles sobre la protección de datos de los menores, que no está de más conocer. Lo sorprendente es que se sigan produciendo situaciones incómodas y desagradables porque a veces, desde los centros educativos, se desconoce lo que realmente dice la ley, y en algunos prefieren atajar los problemas prohibiendo hacer fotos, sin más. De esta manera, privan a las familias de poder retratar un momento para el recuerdo, aprovechándose de que la mayoría de la gente desconoce la regulación existente al respecto.
Los adultos, en la gran mayoría de los casos, desconocen los límites de la libertad, los derechos y los peligros que existen en las redes
Escribía aquí hace poco sobre el uso de las pantallas y de los móviles entre los menores, sobre la situación actual en la que, desde el Gobierno del Estado, se quiere armonizar en todos los territorios una serie de medidas tendentes a limitar el uso de móviles entre los menores de 16 años, y entonces dediqué un pequeño espacio para reflexionar sobre la importancia que tendría abordar el uso que los adultos hacemos de las nuevas tecnologías. Porque no solamente tenemos un problema con los más jóvenes.
En esto de las fotografías, algo tan presente en estas fechas, se hace evidente que los adultos, en la gran mayoría de los casos, desconocen los límites de la libertad, los derechos y los peligros que existen en las redes. Estamos todos muy preocupados por nuestros hijos ante una pantalla (y no es para menos) y, sin embargo, hay quien no deja de publicar imágenes de menores, sin plantearse la cantidad de problemas que esto puede ocasionar. Recuerde que las fotografías, además de servir para exhibir algo a resto del mundo (que por desgracia parece ahora que es para lo único que se utilizan), sirven también para ayudar a recordar, para la esfera íntima, y sencillamente, para ser vistas y pasar un momento agradable, compartiéndolo con nuestros seres queridos.
Hubo un tiempo en que hacíamos menos fotos, pero las imprimíamos en los álbumes que ocupaban un lugar especial en nuestro salón, para ser vistas entre todos, para recordar y disfrutar de esos momentos. No todo era malo.