A partir del 9 de febrero, la infanta Cristina, hermana del rey Felipe VI e hija del rey Juan Carlos I, sexta en la línea sucesoria al trono de España, se sentará en el banquillo de los acusados del caso Nóos. La Audiencia de Palma ha hecho trizas la posición del Gobierno, representada, en este caso, a través del Ministerio Fiscal y de la Abogacía del Estado que la había exculpado de cualquier responsabilidad en dos delitos fiscales por los que la acusación popular, representada por Manos Limpias, pide hasta ocho años de prisión. Las tres magistradas de la Audiencia de Palma han sido contundentes en su resolución al asegurar, en contra de los representantes del Estado, que el delito fiscal no sólo afecta a la hacienda española, sino a todos los contribuyentes y a la sociedad en general.
Si primero fue el juez Castro el que contra viento y marea de la Administración del Estado decidió sentar a la infanta en el banquillo de los acusados teniendo enfrente al fiscal Horrach, ahora han sido tres mujeres de la Audiencia de Palma las que unánimemente han desestimado la petición de los abogados de Cristina de Borbón de que se anulara parcialmente el auto de apertura de juicio oral y se archivara el caso. Las explicaciones de "no me acuerdo, no me consta, no lo sé" que ofreció la infanta en febrero de 2014 en su condición de copropietaria de la sociedad Aizoon junto a su esposo, Iñaki Undargarin, y a través de la cual se produjo el supuesto fraude fiscal, deberán ser ahora, quizás, más concretas en un juicio que durará varios meses.
El hecho de que la resolución de la Audiencia se haya comunicado diez días antes del plazo previsto da idea de la determinación de las magistradas de zanjar el debate antes de entrar en el huracán mediático que siempre se produce en las últimas jornadas. De hecho, la radicalidad de la resolución y el hecho de que no sea recurrible sembró en las primeras horas un cierto desconcierto aparte de irritación en el letrado Roca, defensor de la infanta. A buen seguro se volverá a hablar en los próximos días de si debe renunciar Cristina de Borbón al puesto que ocupa en la línea sucesoria, un tema que ha podido esquivar hasta la fecha, pero sobre el que ahora muchos ejercerán nuevamente presión. A menos que sea ella la que dé el primer paso.