La Biblioteca Vaticana ocupa un lugar prominente en la Bienal de Artes Islámicas de Yeda, en Arabia Saudí. Quien vaya de viaje hacia la Meca y se detenga en el aeropuerto podrá ver cómo esta impresionante biblioteca romana expone algunas valiosas obras de su colección "Las artes de los números". El Vaticano ha aceptado participar en esta bienal porque lo ve como una "oportunidad tangible" para fomentar la fraternidad a través de valores universales, que actúan como "herramientas poderosas para la comprensión y la conexión" promoviendo el diálogo y la cooperación entre culturas diversas, según ha hecho saber el archivista y bibliotecario vaticano, Angelo Vincenzo Zani. "Obras de valor incalculable y raras" se han marchado de Roma dirección a la Meca para ser vistas y admiradas por los turistas, peregrinos y visitantes del aeropuerto saudí. El prefecto de la Biblioteca Vaticana, Mauro Mantovani, califica de extraordinaria la obra expuesta, que quiere ser un puente entre culturas y perspectivas filosóficas y religiosas diferentes. La Biblioteca Vaticana consta de 180.000 manuscritos, 1.600.000 libros, 9.000 incunables, 300.000 monedas y medallas, 200.000 fotografías y miles de estampas y diseños. En la muestra de Arabia Saudí se han escogido algunas obras que permitan establecer una conexión cultural con las obras musulmanas. Esta bienal saudí viene organizada por la Diriyah Biennale Foundation, que tiene la idea de explorar cómo la fe se experimenta y se expresa a través del arte, las emociones y el pensamiento. Las obras se podrán ver del 25 de enero hasta el 24 de mayo de 2025 en la terminal Hajj del Aeropuerto Internacional Rey Abdulaziz, que es precisamente la terminal de la Meca, la estructura arquitectónica imponente que cada año acoge miles de peregrinos que acuden a visitarla, siguiendo uno de los preceptos del Islam que así lo establece.

El hecho de que esté precisamente en una encrucijada, un lugar de paso, pero también de valor espiritual, provoca que este acontecimiento cultural sea uno de los más importantes del mundo musulmán. La Bienal quiere poner al alcance de los visitantes obras que ayuden a entender el arte y la cultura islámica no de hace siglos, sino con aportaciones al mundo de hoy, también desde la tecnología a la sanidad. La Bienal se concibe como una fiesta de la diversidad artística y no se quiere anclar solo en lo que ha producido el mismo Islam. El año pasado pasaron 600.000 personas por un espacio que ocupa 110.000 metros cuadrados. Los objetos expuestos no son solo para el disfrute estético, sino que se presentan también avances en la matemática, el comercio o la cartografía y la geometría. El arte sirve. Cuando hay una guerra, se destruye el arte precisamente porque se aprecia el valor. Ahora bien, el arte por sí solo no hace milagros. El arte no cambia nada. "El arte te cambia a ti", como confesó el director de cine norteamericano David Lynch.