Nos hemos ido, hemos vuelto… y todo es lo mismo. Agosto es como marzo: la misma escena, el mismo lugar y los mismos protagonistas. Algunos, con los papeles invertidos. Ahora no es Pedro Sánchez, sino Mariano Rajoy quien pide apoyo para ser investido. Pero Ciudadanos sigue en el mismo sitio, en el epicentro de un pacto con mucho boato, pero baldío. Salvo milagro laico que no se espera en las filas socialistas, la próxima semana no habrá tampoco presidente del Gobierno. Ni Rajoy será investido ni España tendrá gobierno. 170 son más que 131, pero tampoco son suficientes.
Así que el de Albert Rivera será otra vez El viaje a ninguna parte. Semejante al que el líder de Ciudadanos ya hizo en marzo y con algunos parecidos al de aquella España de los cincuenta que interpretaron en la gran pantalla Fernando Fernán Gómez y José Sacristán bajo ese título.
Aquella era una compañía de cómicos que luchaba desesperadamente en la posguerra por mantenerse a flote entre un tiempo que acababa (el de las pequeñas compañías de teatro) y otro que empezaba (el de las primeras salas de cine). Lo mismo podemos decir de los políticos que tenemos, no por caricatos sino porque todos buscan la supervivencia entre una España que acaba (la del bipartidismo) y otra que asoma (la del multipartidismo).
Con el apoyo de Ciudadanos, Sánchez fracasó en la investidura de marzo y con el apoyo de Ciudadanos, fracasará Rajoy en agosto
El líder de Ciudadanos pelea por mantener su espacio en el centro de las tablas porque sabe que, de celebrarse unas terceras elecciones, el PP puede dejarle electoralmente en los huesos. El del PSOE se ha instalado en el “no” y el bloqueo porque prefiere éste al noqueo que le tienen preparado en su propio partido para el próximo congreso. Rajoy es consciente de que o gobierna o tendrá que ceder el testigo y retirarse a Pontevedra. Y ¿Pablo Iglesias? Al de Podemos no le han dado más papel en este reparto que el de extra.
El caso es que con el apoyo de Ciudadanos, Sánchez fracasó en la investidura de marzo y con el apoyo de Ciudadanos, fracasará Rajoy en agosto. Tras las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre, ya veremos. Para entonces, habrá otro reparto, otros protagonistas y otro libreto. De momento, en esta película que nos han proyectado en agosto, como en la novela que escribió y llevó al cine Fernán Gómez, no hay más que miserias, separaciones, encuentros y personajes que se amoldan a las circunstancias en función de la época. En el caso de Rivera ora es la socialdemocracia, ora es el centroderecha.
En El viaje a ninguna parte que se publicó en 1985, hubo personajes que decidieron tomar otro camino y abandonar el teatro. Igual en 2016 también se trata de eso, de que algunos vayan pensando en salir de la escena y cedan el testigo. ¿Será ésta la próxima entrega de la política española? Algunos socialistas cuentan que es a lo que aspira Pedro Sánchez, a que Rajoy sea derrotado en una primera investidura y después exigir su cabeza para negociar una salida que evite unas terceras elecciones. Con semejante trofeo y el de no haber cedido a las presiones internas y externas para facilitar un gobierno de derechas, se presentaría ante los suyos. Primero ante el Comité Federal del PSOE. Después, ante la militancia. Eso cuentan…