El azar caprichoso del calendario ha querido que el día de la fiesta de la Asunción de la Virgen haya coincidido este año en un jueves, que es el día en que me dejan quincenalmente un espacio aquí en ElNacional.cat para explicar aquello que me parece que vale la pena que sea explicado. La Asunción de la Virgen es una fiesta que se celebra por todo el país, por todos los países, porque al caer en mitad del verano, y ahora de muchos periodos de vacaciones, hace que muchos pueblos y ciudades coincidiendo con estas fechas celebren su fiesta mayor.
¿Y qué se celebra? Originariamente, se celebra que, según la tradición y la teología de la Iglesia católica y de la Iglesia ortodoxa, el cuerpo y alma de la Virgen fueron llevados al cielo después de acabar sus días en la tierra. Esta fiesta mariana se celebra en Oriente desde el siglo VI y en Occidente desde el siglo VII.
Aunque el hecho que se celebra no fue declarado dogma por la Iglesia católica hasta el 1 de noviembre de 1950, cuando el papa Pío XII publicó la bula "Munificentissimus Deus", en la cual "se proclama, declara y define ser dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, completado el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial". La fiesta también tiene otras denominaciones, como de la Asunción de María, de la Virgen Dormida, de la Dormición de la Virgen o del Tránsito de María.
Pero querría destacar especialmente la vertiente más popular y más artística de la fiesta. Con respecto a la vertiente popular, el 15 de agosto es día señalado de muchas fiestas mayores. Las fiestas mayores son una estructura de país que no tendríamos que dejar perder ni desvirtuar. Las fiestas mayores son lugares de encuentro, espacios para compartir, albergues de alegría merecida después de un año de trabajo, inicio o fin de amores, punto de desenfreno, herramientas de socialización. Son lugares que necesitamos para hacer posible el vivir juntos. Ahora parece, a veces, que sea fiesta mayor todo el año, y es obvio que las oportunidades de esparcimiento se han multiplicado, pero tendríamos que dejar siempre espacio para la pervivencia de las tradiciones y para el fomento de la convivencia.
Dejemos espacio y tiempo a las fiestas mayores, y vivamos arraigadamente la asistencia al oficio, las sardanas, los bailes, las orquestas, los farolillos, la fiesta de los pequeños y los recuerdos de los mayores
Si los catalanes nos quisiéramos de verdad, y no refunfuñáramos tanto, mantendríamos las tradiciones, de acuerdo con las esencias por las cuales fueron creadas. Cada espacio y cada tiempo sirven para una finalidad determinada. Dejemos espacio y tiempo a las fiestas mayores, y vivamos arraigadamente la asistencia al oficio, las sardanas, los bailes, las orquestas, los farolillos, la fiesta de los pequeños y los recuerdos de los mayores. Y debemos, en este sentido, agradecer mucho el trabajo eficaz, muy a menudo callado y que a veces pasa demasiado desapercibido, de tantas comisiones de fiestas, de tantas y tantas personas que le destinan tiempo e ilusiones. Gracias por el esfuerzo de querernos hacer mejores.
Y con respecto al ámbito artístico, querría destacar dos grandes celebraciones en los Països Catalans de la Asunción de María: el Misteri d’Elx y el Llit de la Mare de Déu.
En la Basílica Menor de Santa Maria de Elx (Baix Vinalopó) se celebra en torno al 15 de agosto una representación lírico-teatral en la cual se reflejan varias tradiciones procedentes de los relatos apócrifos sobre la Asunción de María. Es una representación tan conocida y querida que, contrariamente a las instrucciones del concilio de Trento que prohibió representar obras teatrales en el interior de los templos, el papa Urbano VIII firmó una bula el año 1632 eximiendo al Misteri de esa prohibición.
Con respecto al Llit de la Mare de Déu d'Agost, en Mallorca existe la tradición de instalar en la catedral y en otras parroquias de la isla un túmulo que representa el cuerpo de la Virgen justo antes de subir al cielo. La escena se suele representar sobre un cadalso donde descansa una figura yacente de la Virgen, un cadalso que es ornado con ángeles custodios, velas, flores y hierbas aromáticas. Esta tradición, con la misma forma, también se mantiene en la catedral de Lleida y en la de L'Alguer, donde se instala el cadalso ocho días antes del 15 de agosto.
En definitiva, feliz fiesta mayor a los que la celebráis hoy; felicidades a los pueblos y ciudades que hacen hoy fiesta grande; y buena festividad de la Asunción a todo el mundo. E id, si podéis, a ver y participar en alguna de las sugerencias populares y artísticas que os he hecho.