Como nieta de un andaluz que soy, debo deciros que estoy destrozada por lo que sucedió hace unos días con la Virgen del Rocío en el programa Està passant de TV3. Tengo el corazón hecho añicos; he dejado de encontrar sentido a la vida; he perdido el apetito, la fe y la esperanza en la humanidad; miro al cielo y ya no siento la alegría que sentía cuando veía a los pájaros danzar de un lado a otro. Y todo esto por culpa de la parodia que la actriz Judit Martín hizo de la Virgen del Rocío en este programa. Para que entendáis el dolor tan profundo que siento y empaticéis, aunque sea un poco, conmigo, os pondré un par de ejemplos: es como si, a un catalán, le untasen el pan con tomate con un aceite que no es de primera prensada en frío; o como si a un madrileño le hablaran en catalán en pleno centro de Madrid. ¿Cómo os quedaríais? Me entendéis ahora, ¿verdad?
Hace días que me pregunto, ¿cómo es posible que se haya permitido tal blasfemia? No podemos tolerar que, en una televisión pública, aparezca la Virgen del Rocío tan mal maquillada y con un acento tan poco genuino. Todo el mundo sabe que cuando, a principios del siglo XV, el cazador sevillano se encontró con la imagen de la Virgen del Rocío —colocada sobre el tronco de un árbol, en La Rocina— hablaba un catalán con acento de Olot muy cerrado (seguramente por eso todo el mundo la malinterpretó y estamos como estamos). Sin embargo, la raíz del problema radica en que la imagen de la virgen que encontró el cazador sevillano estaba retocada con Photoshop y llevaba más de un filtro. No me cansaré de repetirlo: no abuséis de los filtros y de los retoques, porque hacéis coger ilusión a la gente con cosas que no son reales y entonces los decepcionáis. Luego no os quejéis si os piden milagros y no sabéis ni cómo poneros para hacerlos realidad.
Da igual si la vida es injusta y te pegan palos, la religión siempre estará a tu lado en los peores momentos para solucionarte la vida y para que no tengas que tomar tú las decisiones
La parodia que se hizo en TV3, aparte de no reflejar bien el acento de Olot, mostró una virgen muy sexual. Todo el mundo sabe que la realidad es muy diferente a cómo la pintan: vivimos en una sociedad estresada, con muchos problemas sexuales (disfunción eréctil, falta de deseo, frigidez...); por mucho que la gente quiera aparentar todo lo contrario. Encontré que la calentura de la virgen era poco realista y que, expresada en una televisión pública que ve a mucha gente, podría desencadenar un gran alud de frustración a los espectadores. Considero que habría sido mucho más realista y productivo mostrar una virgen asexual, carente de deseos carnales y más centrada en el bien de la humanidad. Se habría ajustado mucho más a la realidad y la gente se habría sentido mucho más reconfortada.
Y ya para cerrar mi razonamiento y hacerlo aún más sólido, también debemos tener en cuenta que mucha gente necesita la religión y toda su simbología para sentir que no están solos, que hay alguien que siempre vela por ellos. Da igual si la vida es injusta y te pegan palos, la religión siempre estará a tu lado en los peores momentos para solucionarte la vida y para que no tengas que tomar tú las decisiones. ¿Y vosotros os creéis con el derecho de sacar toda esa ilusión y toda esta esperanza a tanta gente? Sinceramente, lo encuentro muy egoísta.
Espero que, la próxima vez que alguien quiera parodiar a una virgen, tenga en cuenta todo esto que os he expuesto hasta ahora y podamos evitar un mal mayor. Ante la adversidad, debemos estar siempre unidos.