Las valencianas son un género de baile exclusivamente valenciano extendido por la comarca de l'Horta y algunas comarcas próximas. Hay tres estilos diferentes: l'U y Dos, L'U y Dotze y L'U, los dos primeros guardan relación en la jota y el tercero en el fandango andaluz. Y también existen las jotas de Tres y Cuatro que son un tipo de baile diferente del resto de géneros tradicionales valencianos y que son propias de las comarcas de Marina Alta, l'Alcoià y La Vall d'Albaida.
Esta breve introducción de los bailes tradicionales valencianos nos sirve para hacer un paralelismo con las audiencias de la nueva televisión À Punt. Desde que inició las emisiones el pasado 10 de junio, la televisión autonómica valenciana que dirige Empar Marco, había tenido 120 días de tregua sin que nadie pudiera evaluar el índice de aceptación de su programación por parte de los cinco millones de espectadores potenciales.
Pues bien desde el pasado 10 de octubre, À Punt, nacida con el objetivo de ofrecer una información de proximidad y calidad, ya esta siendo sometida al veredicto de los índice de audiencia que hacen buenas o hunden las mejores de las intenciones de los directivos de cualquier televisión de ámbito estatal o autonómica.
La semana del 10 al 19 de octubre se ha sido un test, televisivamente hablando, para que todo el mundo sepa en qué índice de audiencia bailará À Punt sin tener que esperar más allá de un año como algunos nos quieren hacer creer. La cadena ya ha escogido L'U i Dos.
Fenómenos externos
El Dios de la lluvia ha irrumpido en la rutina televisiva de À Punt y ha venido a ratificar que las catástrofes y los sucesos inesperados son los mejores aliados de la programación de cualquier medio de comunicación. Desde el día 10 de octubre la cadena ha tenido los siguientes índice de audiencia 2,4%, 1,9%,0,8%, 1,2%, 1,9%, 1,4%, 1,5%, 2,2%, 4,5% y 3,2%. Estos dos últimos guarismos corresponden al seguimiento de los valencianos de la programación ofrecida por la cadena durante el episodio de got fría que ha recorrido el País Valencià de arriba abajo.
La media, pues, es de un 2,1%, se a decir, dos de cada cien valencianos que miran la televisión en el País Valencià han escogido À Punt para entretenerse e informarse incluyendo los días de la programación sobrevenida por los fenómenos meteorológicos.
No es para tirar cohetes constatar que la máxima audiencia de À Punt sea de 84.000 espectadores de un total potencial de cinco millones. La autocomplacencia pincha al comprobar que durante el mismo periodo de tiempo la media del resto de televisiones autonómicas españolas ha sido del 8,2% sin la participación de fenómenos externos.
El contrato programa firmado entre el gobierno de la Generalitat y la Corporación Valenciana de Medios de Comunicación para el periodo 2018-2020, establece que, al final de lo mismo, el objetivo se situará en la media de las audiencias del total de laso cadenas autonómicas ponderando sus respectivos presupuestos por habitante.
Como todavía somos un territorio con baja financiación, si ignoramos el 8,2% que ya registran las otras televisiones, el objetivo tendría que ser, como mínimo, el 4,1%. La dirección está a tiempo de cambiar y escoger otro baile.