Se calcula que en el cementerio municipal de Paterna, en la comarca de l'Horta, puede haber los cuerpos enterrados de 2.237 personas fusiladas por el régimen franquista entre los años 1939 y 1956. Esta semana han empezado los trabajos de excavación y exhumación de la Fosa 112 del cementerio y se espera encontrar dos sacas más con 100 cuerpos de vecinos de la Safor i la Ribera. La apertura de la Fosa112, se suma a la 113, la 94, la 88 y la 22 ya abiertas desde principio de la legislatura y de las que se han sacado decenas de cadáveres que todavía están en proceso de identificación.
Entre los cuerpos que se espera encontrar con esta nueva acción figura el de Vicente Gómez Marí, alcalde republicano de Tabernas de la Valldigna. Ha sido precisamente este consistorio de la Safor el que ha impulsado el proceso excavatorio ya adjudicado por más de 95.700 euros, de los cuales la Diputació de València ha aportado una subvención de 89.719 euros.
Tanto Gómez Marí como el resto de represaliados fueron fusilados en el paredón de España en Paterna, entre el 30 de noviembre y el 9 de diciembre de 1939. Entre los muertos, según la documentación recogida, además de los de Tavernes, hay vecinos de Cullera, Albalat, Sollana, Carlet, Vilanova de Castelló, l'Alcúdia, Manises, Torrent, Paterna, Puçol, Silla, Oliva, Sagunt, Sueca, Alberic, Alcàsser, Alginet, Alaquàs, Benifaió y Beniparrell.
Dos años para identificar los cuerpos
Los trabajos de excavación y exhumación de la fosa común, a cargo del equipo que dirige el arqueólogo Miguel Mezquida, se prolongarán durante los próximos dos meses. "En unas semanas esperamos llegar a los restos de los represaliados, después se inicia el proceso de delimitación de la fosa y el comienzo de exhumaciones"
Una vez finalizados los trabajos de campo, se enviarán las muestras a la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid, donde se estudiarán los restos exhumados. "Después de este proceso, una empresa genética hará los análisis de las muestras de ADN a las familias involucradas en el proceso", ha detallado al arqueólogo. Análisis que, junto con los estudios arqueológicos y antropológicos, permitirán la individualización e identificación completa de los restos de las víctimas para ser devueltas a sus parientes en un plazo máximo de dos años.