Los investigadores del caso Erial, los agentes de la UCO que durante dos años han examinado la vida de Eduardo Zaplana, han calculado en 86 millones de euros el negocio que la familia de Juan Cotino, expresidente de Les Corts Valencianes, generó con el trato de favor que al expresidente de la Generalitat les dio en diferentes adjudicaciones públicas.
En concreto, la investigación judicial pivota en torno a los parques eólicos y la privatización del servicio de las ITV. Con esta cifra no resultarían extrañas las comisiones de casi once millones de euros que supuestamente se pagaron a mercantiles de la trama del exministro desde la misma empresa Sedesa de la familia Cotino, según informa Las Provincias. Las comisiones se habrían escondido como facturación falsa, con el fin de ocultar el origen del dinero.
Según fuentes de la investigación, Zaplana hacéis servir, al menos tres sociedades dentro de la estructura de la empresa que presuntamente diseñó para esconder el dinero y empezó a repatriarlo en España desde Luxemburgo a partir de 2006. A través de diferentes métodos ingresaba las cantidades procedentes de los sobornos en dos de estas sociedades (Med Levante y Costera del Glorio) y tenía una tercera con la que realizaba inversiones inmobiliarias.