Los informes técnicos y universitarios relacionados con la dinámica del sector cultural señalan que "desde hace años, el Pais Valenciano se encuentra enmarcado en una lógica estatal que concentra, por razones estructurales, la creación y producción en Madrid y Barcelona, situándolo como la tercera área metropolitana de España pero a una distancia muy considerable". Los expertos económicos también han mostrado la debilidad de industrias culturales como el sector editorial y el audiovisual, dejando en evidencia la inexistencia de alguna especialización relativa destacable. En los últimos años, las políticas culturales de las instituciones públicas valencianas han intentado reactivar el sector con apuestas que se han encontrado con dificultades de sostenibilidad financiera, unas, y de eficacia, otros, además de los recortes presupuestarios económicos derivados de la crisis económica.
El Consell Valencià de Cultura, institución consultiva de la Generalitat, hace años que muestra su preocupación por esta realidad. No obstante, a pesar del panorama, ha abierto debates sociales y de reflexión con la convicción de que el capital humano de este País con las infraestructuras del conocimiento y la formación que ofrece la diversidad de arte, la creatividad y la innovación, son los elementos sobre los que se puede construir un nuevo modelo productivo basado en la Cultura y la Ciencia.
Con este diagnóstico previo, Sonia Alejo, actriz; Paqui Méndez, artista visual, Claudia Montero, compositora; Ana López, investigadora de la Universitat de València y Marisol Salanova, crítica de arte dan, a El Nacional, su opinión profesional con respecto al binomio mujeres y cultura y qué cambios tendrían que producirse con el fin de conseguir que la cultura se convierta en un nuevo modelo productivo en el Pais Valenciano.
El problema está al sistema educativo. La mujer tiene que contemplarse como sujeto protagonista. (Ana López, investigadora)
"Te contesto desde una perspectiva de género, la cultura representa una herramienta especial para toda la cuestión del mundo laboral, del enriquecimiento del desarrollo social"...dice Ana López, investigadora de la Universidad de Valencia que lleva| años poniéndole cifras a la invisibilidad de la mujer en el campo de las artes, la ciencia y la política. "Parte de la culpa de que no sea un motor económico tan fuerte como tendría que ser es, por| la falta de aprovechamiento del talento. El sistema educativo lo desperdicia".
"El caso más claro es, por ejemplo, la relación de las mujeres con las tecnologías. Tenemos que entender el sistema educativo como transmisor de cultura que permita a cada persona desarrollarse y que se considere a la mujer como un sujeto protagonista o si no, lo que estamos haciendo, es perder posibilidades de tener talento que llegue a los lugares donde harían falta que esté. Las mujeres siempre están en una posición más innovadora. Para que las mujeres creadoras puedan hacer de la cultura un motor económico, en principio, tiene que darse que ellas sean sujetos de la historia, del desarrollo social, tecnológico y cultural.. Eso solamente se puede dar desde el sistema educativo".
Tenemos que potenciar el trabajos híbridos con financiación pública y privada. (Marisol Salanova, crítico de arte)
Marisol Salanova, es crítica de arte y comisaría de exposiciones culturales. "Yo creo que la cultura, cada vez más, en el Pais Valenciano se dirige hacia un modelo económico como agente productor. En ese sentido, hemos sido muy remilgados a la hora de buscar y encontrar apoyo económico; hemos pensado que eso no estaba bien visto. Pero es un estereotipo que está rompiéndose. Cada vez trabajamos más con productos híbridos, al menos yo, como comisaría de exposiciones. Son proyectos que tienen carga de financiación privada y pública. Esta es la apuesta cuando hablo de proyectos híbridos viables"
Los proyectos culturales tienen que estar bajo la tutela de los creadores para que nadie los manipule. (Claudia Montero, compositora)
"Yo vengo de uno otra cultural", comenta Claudia Montero compositora Argentina residente en Valencia y ganadora de dos premios Grammy Latino. "Estoy convencida de que la cultura puede crear riqueza y, sobre todo, muchísimos puestos de trabajo. La cuestión es que el control de esa producción esté amparada por la parte creativa original con un apoyo social y político para que eso no se pueda manipular. Si se invierte en políticas culturales, hay un retorno a la sociedad como riqueza, trabajo y como espacio". Claudia Montero añade: "El ámbito de la música genera muchos puesto de trabajo. Por ejemplo, un creador ó compositor escribe una ópera, pero detrás de ese trabajo habrá gente que se ocupará de diseñar la escenografía, el vestuario, la producción, la difusión y promoción del acontecimiento.. Eso con continuidad en el tiempo, genera una permanencia de los puestos de trabajo que reporta a la sociedad y devuelve a los propios trabajadores".
La cultura es un motor económico, social y sociopolítico. (Sònia Alejo, actriz)
"De hecho la cultura es un modelo productivo, dice Sònia Alejo, actriz, pero nunca se ha puesto la mirada sobre la cultura porque no ha sido una prioridad para los gobiernos". "Las artes escénicas mueven dinero porque para cualquier montaje necesitas músicos, carpinteros, vehículos... y una serie de gastos que alimentan otros sectores de servicios . Se mira mucho las subvenciones que se dan a la cultura pero no aquellas que se dan a fondo perdido a muchas empresas que son también deficitarias y sobre las que nunca se ha puesto el foco. La cultura en más de ser un motor económico lo de ser también social, sociopolítico, incluso ha mover a los ciudadanos para que sean personas libres. La cultura hace ese papel. Lo que pasa es que un Estado como el nuestro, nunca la ha considerado una prioridad como en Francia".
El cine es una se industria subvencionada. (Paqui Gómez, directora de cortometrajes)
"El caso del cine, dice a la directora Paqui Méndez, es bastante complicado; esta es una es industria muy subvencionada; los audiovisuales y la televisión son otro tema. Yo me preocupo más de hacer una tarea educativa, hago un producto de encargo por una institución para transmitir valores y sensibilizar a los estudiantes en temas sociales. Y aunque, a partir de ahí, sí género equipos de trabajo, la rentabilidad es social y no económica".
Un informe reciente del Consell Valencià de Cultura recomienda movilizar la creatividad y asociarla al emprendimiento, convencer a los inversos públicos y privados que arriesgen en estas nuevas actividades y que informan a la opinión pública de la importancia de sus aportaciones para mejorar la calidad de vida con el objetivo de dirigir la competitividad del país hacia la unión entre la creación, la innovación y la producción. Como ha declarado a El Nacional Jesús Huguet, secretario executivo del CVC: "la cultura no sólo representa un tanto por ciento elevado dentro del país si no que es quien más puede abrirse como generadora de puestos de trabajo; más que otro sector económico. Es el sector en el que los profesionales, no cobrando más que otro, están más a gusto y contentos. Es el sector que más solidifica la identidad y el orgullo de país y el que más propone la internacionalización. La cultura del siglo XXI no es un pasatiempo, es una cultura de producto y de rentabilidad".