Los primeros refugiados de la Operación Esperanza han pisado el puerto de Valencia pasadas las siete de la mañana el buque Dattilo, de la armada Italiana, con 274 migrantes procedentes de Libia amarraba en el muelle de curceros escoltado por el práctico del puerto y lanchas de la guardia civil. Le seguirán en las próximas horas el Aquarius, y el Orión. En total 929 personas que llegan con la esperanza de obtener la carta de refugiados y que no se les aplique la ley de extranjería, como han adelantado fuentes oficiales del gobierno español. De ser así, muchos de ellos podrían ser devueltos a su país de origen.

 2300 personas componen el operativo de asistencia sanitaria y jurídica además que durante las próximas horas evaluarán a todas las personas antes de ser reubicadas en los centros de acogida de la Generalitat Valenciana y a la espera que las pesquisas político-judiciales dictaminen cuál será su futuro. Qué pasará con estas personas está siendo motivo de tensión entre las administraciones públicas pues, desde el momento que el Gobierno del Estado aprobó la petición de la ciudad de Valencia de ofrecer su puerto como destino seguro para estas personas,fuentes de la Generalitat Valenciana dieron por hecho que la totalidad de los 929 migrantes recogidos por la ONG SOS Mediterranée en la costa Libia obtendrían  la carta de refugiado a su llegada.

aquarius atenció mèdica

Con el paso de los días, tanto la vicepresidenta del gobierno de España Carmen Calvo  les aplicará el mismo protocolo que cuando alguien accede mediante una patera a las costas españolas o es interceptado en el frontera.

La vicepresidenta del gobierno valenciano, ha insistido en los últimos días que durante las reuniones de coordinación con los representantes de la administración del Estado nunca se planteó la aplicación de la ley de extranjería.

También los representantes de Médicos Sin Fronteras han exigido que éstas 929 personas sean tratados como refugiados y se les garantice sus derechos. “El corredor migratorio del mediterráneo es el más mortífero del mundo. Traer el Aquarius hasta València ha sido un precedente muy negativo. Nosotros trabajamos en los puntos de origen y hemos perdido ocho días de rescate de otros centenares de personas. Espero que este episodio haga reflexionar a todos los dirigentes de la Unión Europea y aborden de manera muy distinta la atención a los refugiados de cómo lo han estado haciendo hasta ahora”.

DAVID NOGUERA

 Así de contundente se ha mostrado David Noguera, presidente de Médicos Sin Fronteras, antes de la llegada, al puerto de València, del Aquarius y otras dos embarcaciones con 629 migrantes procedentes de Libia. Ha sido una travesía muy larga, nuestra opción siempre fue desembarcarlos en el puerto más cercano. Dentro de las tres embarcaciones viajan colectivos muy vulnerables, niños, embrazadas, personas que han sufrido quemaduras de segundo grado por la mezcla del agua y del combustible… pero los pacientes están estables aunque con un alto nivel de estrés no sólo por la travesía sino por lo que han vivido durante  las semanas y meses anteriores hasta que, finalmente han podido llegar a un puerto seguro”.

Noguera es tajante: “estas personas, nuestros pacientes, vienen de Libia un país donde se ejerce continuadamente la violencia, la extorsión y la violencia contra las mujeres. Todos deben ser tratados dignamente, como refugiados y pedimos que ese estatus se respete”. “Hemos conseguido mantener a los niños y las familias juntas para darles un entorno lo más tranquilo posible, pero nuestro rol como Médicos sin Fronteras termina en el momento que desembarquen y se hagan cargo de ellos las autoridades y los servicios de asistencia que se están disponiendo”.

Las tareas de evaluación médica, identificación y reubicación de los recién llegados a puerto se prolongará durante un tiempo todavía no concretado por los responsables de la operación, sólo que recibirán una autorización especial de un mes y después serán tratados “según la legalidad”.