El Partido Popular ha deshojado la margarita y ha decidido que María José Català (València, 1981), diputada autonómica y exconsejera de Cultura y Educación, será su candidata a la alcaldía de la ciudad de València en las elecciones de este año. Catalá ha sido escogida por descarte porque los favoritos de la dirección, el eurodiputado Esteban González Pons y el abogado Manuel Broseta, declinaron la propuesta hecha por Pablo Casado para encabezar la candidatura. La elección de Catalá se ha hecho esperar porque en palabras del vicesecretario del PP Javier Maroto se tenía que encontrar a una persona con uno "atractivo especial, no sólo por su capacidad de gestión o proyecto, sino por lo que transmita desde la parte emocional".
El proceso para elegir finalmente a la candidata se ha hecho tirando de encuestas de popularidad, y la diputada tuvo que empadronarse en València el pasado 28 de diciembre, cuando su nombre ganó posibilidades. Catalá fue alcaldesa del municipio de Torrent del 2007 al 2012 y no era la candidata de Isabel Bonig, quien prefería a un candidato independiente como el abogado Broseta.
La dirección nacional del partido ha impuesto el nombre de una diputada autonómica que, aunque no ha pisado nunca el ayuntamiento de València y nuevo de los diez concejales de este partido están imputados por el caso Taula, tiene opciones de ganarle la alcaldía a Joan Ribó, quien gobierna gracias al pacto de la Nau (Compromís, PSPV y Valencia en Comú) porque la diferencia entre el bloque de izquierdas y el de derechas (PP y Ciudadanos) fue solo de un concejal en las elecciones de 2015.