Tres de los cuatro presidents de la Generalitat Valenciana que ha tenido el Partido Popular, se encuentran imputados o condenados por distintos delitos relacionados en su mayoría con la corrupción. José Luis Olivas, Francisco Camps y Eduardo Zaplana. El único máximo dirigente del PP valenciano que a día de hoy sigue limpio es el senador y último president de la Generalitat, Alberto Fabra. Este fue uno de los líderes del PP menos apreciado por la sede central de su partido en Madrid, que incluso puso en duda su candidatura hasta unos meses antes de las elecciones del 2011. Cuando fue elegido presidente del Consell, Fabra estableció como prioridad una línea roja para alejar lo máximo posible a su partido y al Govern valenciano de los casos de corrupción, algo que le costó enfrentamientos dentro de su formación política.
Quien sí fue investigado y condenado fue el sucesor de Zaplana en el cargo, José Luis Olivas, president de la Generalitat entre 2002 y 2003. El exjefe del Consell falseó en 2008 una factura de 580.000 euros precisamente para una empresa de Vicente Cotino —detenido hoy junto a Zaplana en la operación Erial— por servicios que nunca se prestaron. Olivas, que fue presidente de Bancaja y Banc de València, fue condenado por este delito a un año y medio de prisión.
Su sucesor en el cargo, Francisco Camps, quien gobernó desde 2003 hasta 2011, se enfrenta en la actualidad a diversas imputaciones. Si bien salió indemne del caso de los trajes siendo declarado no culpable por un jurado popular, actualmente se encuentra investigado en dos piezas de la Fórmula 1 por presunta prevaricación y malversación de fondos así como en la visita del papa Benedicto XVI a València en 2006.